El Tejo se vacía y deja El Espinar con abastecimiento para 30 días

En El Espinar, por ejemplo, las restricciones de utilización y consumo de agua que se sucedieron en el verano al amparo de los bandos municipales que dictó la alcaldesa, la socialista Alicia Palomo, han servido en parte para que aún puedan salvarse reservas que permitan un uso cotidiano normal. Pero el calendario deshoja los días, las semanas y los meses y la lluvia parece haberse olvidado de este paraje.

El Tejo, suministrador hídrico de El Espinar, está «al 13% de su capacidad». Tampoco es que sea un acuífero demasiado grande. Más bien todo lo contrario. La carga es muy pequeña, de unos 130.000 metros cúbicos, especifica la regidora. La máxima responsable del Ayuntamiento de El Espinar advierte de la amenaza que se cierne por culpa de la escasez de agua provocada por el prolongadísimo periodo de sequía. «La situación es especialmente delicada», hace hincapié Palomo, quien este jueves se ha reunido con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Juan Ignacio Diego, para hacerle llegar la creciente inquietud causada por esta carencia hídrica.

Alerta de que el embalse puede mantener el abastecimiento habitual «durante treinta días más». Luego, si las precipitaciones no calman la sed que arrastra El Tejo, sería necesario recurrir al embalse de Vado de las Cabras, que es mucho más pequeño todavía.

El Tejo está al nivel mínimo en su uso normal desde que se construyera en los años setenta. El responsable del organismo regulador de la cuenca del Duero transmitió a la alcaldesa espinariega su confianza y esperanza en que las borrascas y las precipitaciones irrumpan en los mapas del tiempo más pronto que tarde para aliviar los males del embalse y así rebajar la alarma hídrica.

Pero conforme el nivel de reservas baja, aumentan las dudas de Alicia Palomo. La experiencia le dice que «año tras año» se están repitiendo los mismos problemas. El Tejo, ante un periodo de sequía tan largo, se queda corto para abastecer a la población, que durante el año se acerca a los 10.000 residentes entre los cuatro núcleos que componen el término municipal. En verano, ese censo se triplica.

En la entrevista con el presidente de la CHD, la alcaldesa ha llamado la atención, una vez más, sobre esta problemática y la necesidad de garantizar los recursos hídricos en general –y el suministro de agua potable, en particular– a lo largo de todas las épocas del año.

Palomo ha vuelto incidir en la necesidad de recrecer el embalse de El Tejo, aunque también ha puesto de manifiesto que el antiguo proyecto es susceptible de cambiar y modificarse para adecuarse a lo que dicte el órgano regulador y la Administración. Aquella propuesta pasó al cajón de las iniciativas fallidas después de que se topara con una declaración negativa de impacto ambiental.

Palomo cree que hay que avanzar en una infraestructura «diferente» a la que se planteó en aquella ocasión, partiendo del mismo punto emisor. Es decir, «quizás no haga falta que se eleve veinte metros y a lo mejor con cinco ya puede garantizar el suministro», sugiere a modo de ejemplo la regidora de El Espinar. A principios de este año, el Ayuntamiento de la localidad volvió a la carga y registró otra petición para que se iniciaran los trámites pertinentes con el fin de elaborar un nuevo estudio sobre el embalse de El Tejo y su presa.

Precisamente, otro de los puntos que ha tratado la alcaldesa con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero fueron las fugas de agua en la presa. Desde hace trece meses, el organismo estatal lleva recabando medidas sistemáticas de todas las filtraciones. Es el procedimiento a seguir, que lleva su tiempo. Para asumir un criterio de la importancia y variación de las filtraciones, los técnicos especialistas de la Confederación necesitan contar con los valores recogidos a lo largo de, al menos, un año.

Alicia Palomo apunta que en la toma de contacto con Juan Ignacio Diego no se han concretado esos datos para definir el diagnóstico del estado de salud de la presa. Además, la CHD ha insistido en la exposición de que «las aguas filtradas no se pierden, sino que el Ayuntamiento las viene aprovechando mediante su desvío a la tubería de toma del abastecimiento municipal».