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El muñeco de una anciana que teje el árbol de Navidad realizado a ganchillo de Carrascal del Río. ÁNGELA MARTÍN
Las tejedoras segovianas de la Navidad

Las tejedoras segovianas de la Navidad

Unión vecinal ·

Las luces de colores dan paso a los elementos ornamentales de ganchillo que protagonizan la decoración navideña de La Estación de El Espinar y Carrascal del Río

Ana María Criado

Segovia

Martes, 27 de diciembre 2022, 00:24

Han sido semanas de diseño, preparación y trabajo, de tejer hasta altas horas de la madrugada, ya sea a la luz de las velas, la luna o el flexo. Pero ha merecido la pena. El esfuerzo realizado ahora se traduce en minutos de ilusión de los vecinos de la localidad La Estación de El Espinar y el municipio Carrascal del Río, que han incorporado nuevos elementos ornamentales en sus espacios hasta el punto de celebrar la Navidad bajo las faldas de árboles de ganchillo o croché.

El invierno que habitualmente llena de frío y soledad los pequeños pueblos del medio rural ha sido algo más cálido este año. Durante los últimos meses, aproximadamente 30 personas se han reunido cada viernes en un centro de La Estación para compartir momentos y, a su vez, tejer adornos navideños. Del mismo modo, 15 mujeres de Carrascal del Río han permanecido en contacto a través de una red organizada para elaborar pequeñas piezas de ganchillo que se han unido posteriormente para elaborar un árbol que atrae la mirada de vecinos y visitantes.

Cuando terminó el Festival Femuka, que se celebra cada año en la localidad espinariega, «nos quedamos vacíos», sostiene la integrante del grupo colaborador Tejiendo La Estación, Marisa Jiménez. Por ello, multitud de personas de diferentes provincias y ciudades, de primera o segunda residencia, apostaron por trasladar la iniciativa a un nuevo proyecto: Tejiendo la Navidad.

Pino navideño con materiales de croché en La Estación de El Espinar. PEDRO LUIS MERINO

La agrupación nació en octubre con el objetivo de ejecutar cuatro grandes pinos cónicos de 2,60 metros de altura revestidos de croché, los cuales ahora están presentes en los espacios de mayor afluencia. «Los inviernos en los pueblos son muy largos y gracias a esta iniciativa nos hemos juntado para tomar un café, tejer y pasarlo bien; ha tenido una gran aceptación», se alegra Jiménez. De hecho, hace hincapié en que, por primera vez, muchas personas han acudido a estos encuentros únicamente para aprender a hacer ganchillo. «Hay tanto jóvenes como mayores», puntualiza.

La propuesta se puso en marcha con un fondo común y posteriormente se presentó ante el Ayuntamiento de El Espinar, que dio su beneplácito para colaborar con estas estructuras que se suman al catálogo municipal de adornos navideños. Muñecos y copos de nieve, flores, bolas de Navidad o regalos, todos ellos de ganchillo, son algunos de los elementos decorativos que se disponen junto a los pinos. Los colores predominantes son los propios de la época festiva, el verde y el rojo; y dos de los árboles cuentan incluso con focos interiores para ser aún más vistosos por la noche.

Furor por el ganchillo

«A la gente le llama mucho la atención esta decoración, desde mi ventana veo cómo se paran a hacer fotos», asegura Jiménez. Ella misma ha elaborado un belén de ganchillo al que cada año suma nuevas piezas, pero no ha sido la única. Tres vecinas de Escalona del Prado son las autoras del nacimiento de croché que en estas fechas se puede visitar en el seminario de Segovia.

El ganchillo está de moda. Tal es el furor que ha creado esta técnica que la Navidad de otros municipios, como es Carrascal del Río, ha estrenado nuevos adornos de croché. «Vi varios ejemplos en internet y pensé que podía ser un entretenimiento para muchos vecinos durante el invierno», detalla Sara Parra, carrascaleña impulsora de la iniciativa. «Lo propuse y las mujeres mayores del pueblo se pusieron manos a la obra llenas de ilusión», recuerda.

Los materiales se entregaron en noviembre a cada una de las 15 participantes, algunas de ellas de 80 años, y en una semana ya habían alcanzado el objetivo previsto. «Cosieron 200 cuadrados de ganchillo y querían más y más», señala. «Dejaban sus avances en la tienda del pueblo y otras, cuando iban a comprar el pan, los recogían para unirlos en sus casas», añade Parra. Al principio, solicitaron la colaboración de asociaciones y particulares para sufragar los costes, que ascienden a más de 350 euros. Tras ello, el ayuntamiento se encargó de costear la estructura metálica de 3,5 metros de altura que da forma al árbol y que cuenta con luces navideñas en su interior.

Pero esto no acaba aquí. Las carrascaleñas también tejieron bolas decorativas, un cartel que dice 'Feliz Navidad', un faldón para el balcón del edificio consistorial, varios paraguas que se colgaron en el anejo deBurgomillodo, adornos en punto de cruz y, por último, «el rostro de una abuelita encargada de tejer el árbol de Navidad», se enorgullece la portavoz. «Ojalá pronto podamos darle un acompañante», confía.

Ya tienen presupuesto para continuar el año que viene. «Queremos ampliar el catálogo de adornos, hace que Carrascal se convierta en una postal navideña», aclara Parra. La inauguración del pino de ganchillo se vivió como una fiesta en el pueblo.Se sirvió chocolate caliente y proliferaron las fotografías con un adorno reutilizable, que verá la luz muchos años más, y no conlleva gasto energético, tan solo la unión vecinal.

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