Guille Duque, nuevo entrenador del Turégano, posa para una entrevista a El Norte. Óscar Costa

«Por suerte o desgracia, son mis amigos»

Guille Duque asume el papel de entrenador a los 26 años tras ser un líder sobre en el vestuario del Turégano: «Sé que van a ir a muerte conmigo»

Jueves, 7 de marzo 2024, 10:42

Cuando el presidente del Turégano, Luis Peromingo, informó a su plantilla de que conocería a su nuevo técnico antes del siguiente entrenamiento, llegó al campo de El Burgo sin caras nuevas bajo el brazo. Así fue como Guille Duque comunicó a sus compañeros que ahora ... sería su entrenador. «Pero va a seguir jugando, ¿no?», respondieron. Ni la normativa ni su ética lo permiten, así que un referente del vestuario en las últimas tres campañas deja los terrenos de juego hasta final de temporada para sentarse en el banquillo de Regional de Aficionados a los 26 años. «Al principio choca, pero luego lo entienden. Tengo la suerte o la desgracia de que son mis amigos para todo y sé que van a ir a muerte conmigo».

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Las tres derrotas seguidas ante Unami (5-3), San José (4-2) y Briviesca (1-3), la última en casa ante el equipo que marcaba entonces el 'play-off' de ascenso a Tercera, llevaron al club a un punto de no retorno. «Son muchos partidos en los que no compites bien, encajas muchos goles y da la sensación de que el equipo ha entrado en una dinámica jodida, de agachar la cabeza». La derrota en casa del sábado 17 ante el Briviesca provocó el cese de Paco Maroto dos días después. Consecuencia de una paradoja. «Si bien es cierto que con Paco hemos mejorado brutalmente en los entrenos, llega la hora de los partidos y la gente no cree en el discurso». Una propuesta basada en la libertad de cada jugador, obligado siempre a salir de la zona de confort táctica para mejorar.

En la disyuntiva, con la opción de recuperar a Luis Bertó, el técnico que llevó al equipo al 'play-off' en las dos temporadas previas, Duque analizó la situación y presentó su candidatura. «Muchos jugadores acabaron descontentos, no con él, porque es una persona magnífica, pero sí un poco quemados por su metodología. Viendo eso y que somos 23 jugadores sanos con ficha, en un ataque de sinceridad me propongo como entrenador, 'dejo de jugar, intentamos quedar lo más arriba y que no le suponga un cambio tan drástico al club.' Va a venir un entrenador que va a dejar a siete tíos fuera y no quiero que se rompa el grupo». Y el club convirtió en entrenador a su jugador y preparador físico. «Siempre he ido adaptando mi rol a las necesidades del club».

Canterano de la Segoviana y entrenador durante ocho años en las categorías inferiores del club, asume su nuevo rol. «Creo en los 22 compañeros que tengo» Permaneció un día y medio en silencio, con el vestuario inquieto por quién iba a llegar. Cuando se develó el misterio, habla de una transición tranquila hacia el rol de técnico. «Todos queríamos lo mismo, estar lo más arriba posible. Incluso yo tenía dudas de cómo iba a ser, pero tengo que agradecérselo, han cambiado el chip de manera increíble».

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Son los puntos del Turégano tras las 20 primeras jornadas en el grupo A de la Regional de Aficionados. Es octavo a diez del Villamuriel, que marca el 'play-off' de ascenso, y a 15 del San José, líder. El curso pasado ganó sus últimos diez partidos de la temporada regular.

A ello se añade el reto de la juventud: cómo ganarse el respeto de jugadores mayores. «Yo me lo he ganado por mi forma de ser en el día a día en lo que llevo en el Turégano. Siempre he querido dar ejemplo, que crezca el club, y he dado argumentos desde lo futbolístico dentro de mis conocimientos. Han entendido que no estoy ahí porque es la única solución que había, sino porque creemos como club que es la mejor solución». Y ve en los ojos de sus ahora pupilos que creen en su mensaje. «Eso es la leche, entrenes al Real Madrid o a alevines».

Habla de centrarse en lo futbolístico, de «volver a la esencia» de lo que es el Turégano. «Aunar en un sistema de juego la inteligencia de los equipos de Paco Maroto y la energía de los equipos de Luis Bertó». En 4-5-1 o un 4-3-3. «Es dar soluciones tácticas para aplicar en el partido lo que hemos trabajado durante toda la semana. No hay que inventar el fútbol, se hace para ganar».

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La charla antes de su primer partido fue natural. «Me pareció tan emocionante mirar a la cara a los jugadores mientras les explicaba cada cosa que no quise abarcar al aspecto emocional. No quería sobreexcitar a nadie, solo quería que tuvieran confianza». Algo tan difícil de recuperar en un equipo que partía con el cartel de gran favorito al ascenso a Tercera. Tras encajar casi una media de cuatro goles por partido en sus últimas tres derrotas, el primer objetivo fue recuperar su defensa. En apenas tres días, el trabajo deparó un 0-0 en Vista Alegre. Sin milagros, pero en la dirección correcta. «Conseguimos ser un equipo muy serio y solvente». Duque asume su naturaleza. «Soy consciente de mi intensidad». Algo que se plasmó en «un derroche de intensidad, concentración y confianza».

«A los jugadores nos ha faltado ese cien por cien de querer estar lo más arriba posible»

¿Y después qué? Su rol compartido de preparador físico y jugador no le ha permitido dar el máximo en el campo, así que cuando vuelva a vestirse de corto no duplicará esfuerzos. «Esta etapa como entrenador tiene fecha de caducidad, son tres meses. Tengo edad, capacidad y sobre todo ganas de recuperar mi cien por cien como jugador. Suena incongruente. ¿Quiero dar mi cien por cien y me he quitado tres meses de jugar? Pues sí. Necesitaba verme desde fuera. Me ha gustado hacer que tus compañeros den el cien por cien con tus actos en vez de con tus palabras».

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Guille ve el vaso medio lleno: los pasos del club en la categoría, desde un novato de Provincial a candidato al ascenso, «uno de los nombres propios de la Regional». Pero un salto a Tercera requiere el máximo. «Yo sé que Paco ha dado el cien por cien, pero a nosotros como jugadores nos ha faltado ese cien por cien de querer estar lo más arriba posible». Pero con todo, pese a estar a nueve puntos del 'play-off', no descarta nada, máxime por la tradición del Turégano, que ganó sus últimos diez partidos el curso pasado. «Es algo que ya hemos hecho y quiero creer en que podemos repertirlo. ¿Por qué no?»

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