La subida de la luz repercute ya en Segovia en el precio de productos básicos como el pan

El mes de octubre tampoco ha reflejado buenos datos por ahora. El pasado jueves 7, el precio medio de la luz en el mercado mayorista alcanzó los 288,53 euros por Mw/h. Fue la cifra más alta de la historia y se registró después de que la tarifa eléctrica batiera otras dos marcas en algo menos de una semana (los días 1 y 6), sobrepasando la barrera de los 200 euros por Mw/h.

La organización Facua-Consumidores en Acción calcula que el recibo de los primeros siete días de octubre se ha encarecido, para un usuario medio, en torno a 136 euros, un 54% más que hace un año. Esta organización también apunta que la factura del pasado septiembre se incrementó un 95,2% con respecto al mismo mes de 2020, por lo que ha supuesto la mensualidad más cara hasta el momento.

Esta subida en el precio de la luz ha hecho mella en los gastos de muchos negocios segovianos. Juan José Marín, propietario de la Pastelería Marín en la capital, así lo confirma: «Nos está afectando mucho». Los pequeños empresarios como él cada vez obtienen menos margen de ganancias y ya se están planteando repercutir este incremento de la electricidad en el consumidor final. Marín cuenta que los meses de julio y agosto de este año ha pagado un recibo mensual de 1.480 euros, mientras que el año pasado el importe por el consumo de electricidad fue de 1.010 euros. Es decir, en comparación con el verano anterior su factura se ha encarecido casi un 50%.

El dueño de esta panadería y pastelería, que cuenta con una zona de cafetería, asevera que el precio de los productos propios que ellos mismos elaboran en el obrador se mantiene. Pero la nueva tarifa de la luz sí que ha repercutido, por ejemplo, en lo que la clientela paga por el pan precocinado que comercializan. Ahora las barras cuestan entre 4 y 10 céntimos más, dependiendo del tipo de pan.

El coste de elaboración de los productos de repostería también se ha encarecido ya que el precio de alimentos básicos como la harina ha subido. Marín apunta, además, que les ha llegado una carta de empresas proveedoras de café en las que les avisan de un incremento del precio del grano. «Ha sido una cadena de todos los productos», afirma refiriéndose a la incidencia de la nueva tarifa de la luz.

Lo que más consume en este tipo de negocios es la maquinaria a motor, que tiene «arranques continuos», y los hornos, que requieren «casi una hora de consumo hasta que cogen la temperatura idónea y se calientan», explica el propietario de la panadería. Las cámaras de conservación y el aire acondicionado en verano contribuyen también a encarecer la factura.

Con respecto a las diferencias de precio en las tarifas de las horas valle, punta e intermedia, Marín insiste en que en su negocio «no se pueden cambiar horarios porque se necesita el producto a una hora determinada». De cara al invierno, espera que no siga la escalada de la tarifa eléctrica. «Veremos la incidencia que tiene la energía sobre los costes generales. Yo creo que el kilovatio estará ya tocando los precios máximos».

En la peluquería y salón de estética Tonos, en la capital segoviana, la subida del precio de la luz también ha sembrado preocupación. Las hermanas Belén y Rocío Bernabé llevan 33 años al frente de este establecimiento. En su caso, no tienen que pagar alquiler porque ya son propietarias del local, pero hacen hincapié en que este tipo de negocios arrastran de por sí ya muchos gastos, a los que se suma el incremento en la factura eléctrica. Este último mes de agosto habían pagado unos 300 euros, alrededor de 40 euros más que el año pasado.

En este establecimiento la calefacción es eléctrica, por lo que las facturas en invierno distan mucho de las que reciben en verano. Rocío Bernabé advierte de que, si ya en temporadas anteriores han llegado a pagar en torno a 500 euros mensuales por la electricidad en los meses más fríos, este año el montante seguramente sea más elevado. Aunque «se nota que en invierno se paga más», dice que desde que abrieron el negocio nunca han visto un crecimiento «tan grande» en el precio de la luz.

Por su parte, Belén Bernabé confiesa que tienen que «hacer malabarismos» para adaptarse a los diferentes horarios de la tarifa. La hora punta, la más cara, prácticamente coincide con su horario laboral. Señala que suelen ser los dueños quienes finalmente asumen los costes extra derivados del aumento del precio de la electricidad.

Sin embargo, confiesa que en su peluquería están pensando en repercutirlo en el consumidor en un futuro: «De momento no lo hemos hecho, pero nos lo estamos planteando», sopesa. Belén Bernabé recuerda que, además de sufrir el aumento del precio de la energía, las peluquerías tienen que lidiar con un IVA que está al 21%, a pesar de que el sector lleva meses reclamando que se rebaje al 10%.

«Si ya teníamos problemas para llegar a fin de mes, porque es complicado, con la subida de la luz el coste es mayor. Y si aumentan los costes y nosotros no subimos los precios, eso también repercute en los sueldos», explica. «No me extraña que muchas peluquerías estén asfixiadas», zanja.

El sector hostelero también sufre en gran medida la subida de la electricidad. El dueño del bar Ibiza, Daniel Yuste, se muestra algo más aliviado que otros empresarios, dado que contrató una tarifa plana y no ha notado apenas el incremento del precio en su negocio. Lo mismo le ocurre a Felipe García, propietario del restaurante El Túnel de Goriche, quien también tiene este tipo de tarifa. «Lo hicimos a tiempo y por eso no nos ha variado mucho el recibo», reconoce. «Si no lo hubiera tenido, estaría 'enmarronado' completamente», añade el hostelero. Según apunta García, en su bar no se han visto abocados a repercutir esa subida en los clientes, pero asegura que conoce otros compañeros de profesión a los que no les ha quedado más remedio que encarecer los precios finales de algunos productos, como el café o el menú del día.

El propietario de este establecimiento enumera todos los aparatos de su bar que consumen energía –freidoras, cámaras frigoríficas, hornos, ventiladores, aire acondicionado…– y asevera que, de no tener esta tarifa plana energética, su coste «sería el doble» que el del año pasado. «Es una locura», denuncia, y concluye que donde sí ha notado la subida es en la bombona de gas que utiliza para su cocina y cuyo precio también ha crecido en los últimos meses.

Por el contrario, Daniel Quesada, uno de los copropietarios del bar La Zapatería en la plaza de la Universidad, señala que la subida de la factura de su establecimiento es «bastante grande» en comparación con la del año pasado. El recibo mensual solía rondar los 1.000 euros y calcula que se ha encarecido entorno a un 10% en los últimos meses.

Por el momento, no han repercutido esa subida en los precios de las consumiciones porque el cliente «no entendería una subida de precios en octubre». «Si lo repercutes hoy, el mes que viene vuelve a subir y no consigues nada, solo ahuyentar clientes», pone de manifiesto. No obstante, Quesada no descarta revisar las tarifas de la carta de su negocio a comienzos del año 2022 si el precio de la luz continúa al alza.