Álvaro Rivas | Cantante de Alcalá Norte
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Álvaro Rivas | Cantante de Alcalá Norte
«Solo soy un pijo de Arturo Soria, amigo de los bakalas para salvar el Motorola»Alcalá Norte se ha coronado como la banda más importante de España en 2024 con un solo disco y puñados rebosantes de himnos como 'La vida cañón', 'La calle Elfo', 'Supermán', 'Los chavales' o 'No llores Dr G.' Lo dicen los medios especializados en conjugar ... las tendencias en la música con los gustos del público, caminando por el alambre que separa lo singular, lo artesano y alternativo de lo comercial y mayoritario. La prensa y generaciones de sonoridades han bendecido a Alcalá Norte y su álbum, 'Ciudad Lineal', como una de eclosiones más rutilantes de los últimos tiempos. Hasta Rosalía se ha rendido a ellos aunque las coordenadas estilíticas que manejan estén distantes.
Ese año triunfal que les ha subido a escenarios de los grandes festivales encara su recta final con una gira por salas, recintos más recoletos que exaltan la cercanía del sexteto compuesto por Álvaro Rivas (vocalista), Jaime Barbosa (baterista); Juan Pablo Juliá y Carlos Elías (guitarras); Laura de Diego (teclado electrónico), y Pablo Prieto (al bajo), con sus feligreses. Este viernes, a las 21 horas, se abrirán las puertas de la sala Octavo Arte de La Lastrilla (Segovia) para degustar 'in situ' la 'Gira cañón'.
El cantante ha superado recientemente un trance de salud. Le explotó el apéndice y arrastró algunas complicaciones. Un susto del que se recupera. «Tengo varios tajos por la tripa. Uno todavía me duele al cantar, y eso hace que no esté al 100% sobre el escenario. Estoy bien, soy capaz de cantar a tope, pero el dolor limita mis movimientos».
-En la convalecencia, ¿cambian las prioridades? ¿Se ve o se afronta la vida de otra manera, sobre todo después del frenesí del que veníais?
-Bendito frenesí. Ahora mismo solo quiero recuperar mi plena fuerza para seguir haciendo lo mismo. Aunque de gira se coma y se duerma mal, por mucho que tratemos de remediarlo, mi nueva rutina me gusta. Mis compromisos con el deporte vertebran mis jornadas y el buen sueño entre semana es innegociable.
-Creo que al final ese paréntesis que cerráis con la vuelta a la 'Gira Cañón' por, aunque haya sido por un accidente de salud, ha podido venir bien.
-Sí. Llevamos más de un año centrados en los directos. La fuente se había secado, pero tras este parón las aguas brotan por nuevas grietas. Estuve postrado, pero entretenido.
Álvaro Rivas
Vocalista de Alcalá Norte
-Vuestro éxito no es flor de un día, hay antes entre cinco y seis años de trabajo, una pandemia, cambios más o menos traumáticos en la formación hasta que el proyecto se consolida y explota la pasada primavera. ¿Da tiempo a saborearlo, a deleitarse con lo conseguido?
-Cuesta saborearlo todo, pero llevamos tatuado lo que Yosi canta en 'Parece que aún fue ayer'. Tocar en Tomavistas fue una experiencia increíble, disputándole la audiencia a Los Planetas y conociéndolos en persona al acabar nuestros conciertos; pero apenas pudimos tomárnoslo como un ensayo general del Primavera Sound, que tuvo lugar una semana después. Luego tuvimos un mesecito para preparar el BBK Live, abriendo el escenario principal del sábado, ante un número de personas que no habíamos visto nunca antes. Alcalá Norte nos ha pasado por encima, y nos estamos dejando revolcar. El verano pasado lo vivimos como un sueño. El foco estaba puesto en disfrutar la experiencia como quien se va de Erasmus sin pensar demasiado en su carrera universitaria. En otoño nació un compromiso más estrictamente profesional.
-Hablando de explotar, ¿qué es la vida cañón?
-La vida cañón es ir a Casa Duque el día después de tocar. Primero el toquín, luego el cochinillo.
-En una sociedad donde todo pasa a una velocidad fugaz, ¿con qué te quedas del periplo de Alcalá Norte hasta ahora? ¿Qué huella os gustaría dejar en un futuro esperemos fructífero y lejano?
-Por primera vez tengo un oficio y lo honro. Nunca había sido tan fácil luchar contra la pereza. Mi meta es prosaica: servir de modelo a otras bandas a la hora de constituirse en sociedad de creadores e intérpretes, rodeados de profesionales que les ayudan a cubrir nacientes necesidades. Es un mercado complicado, con actores muy consolidados y otros gigantes venideros; pero existen resquicios donde las bandas pueden existir sin regalar su propia sangre. Yo sirvo a la causa de José Gerpe [apoderado de la banda].
Álvaro Rivas
Vocalista de Alcalá Norte
-¿Y qué papel juega la música en ese contexto de convulsión, de inmediatez?
-El que quieras. Puede contribuir a la excitación generalizada, batiendo año tras año el récord de horas publicadas en Spotify y también favorecer la personal evasión del ejecutante o del oyente. Cuando estoy haciendo una canción con los compañeros y damos vida a algo que no la tenía hacía un rato, me siento más allá del tiempo.
-A Alcalá Norte se le puede definir como una banda de barrio, de Ciudad Lineal en este caso. ¿Habéis sufrido el clasismo del que habláis en algunas de las canciones de vuestro disco? ¿Es la industria de la música clasista? ¿Se cerraron muchas puertas antes de que se abriera la de Balaunka, sello vasco que ha editado el disco?
-Yo solo soy un pijo de Arturo Soria, amigo de los bakalas para salvar el Motorola. Las oficinas de Warner y las de Universal están en nuestro barrio. Eso facilita enormemente las cosas. Solo José, nuestro apoderado, sabe a cuántas puertas llamó con el disco ya grabado. Nosotros, por nuestra cuenta, solo recibimos el rechazo, más bien la amable indiferencia de un par de sellos. No conocíamos muchos más. Luego negociamos con otro señor, que tenía mucha prisa por firmar un contrato inane, antes de asociarnos finalmente con José, que es quien nos casó con Balaunka.
-¿Merece estar en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua el concepto 'indie'?
-Digo yo, pues lo llevo consumiendo desde la adolescencia. Aparte, reciben el nombre de 'indie' varios estilos de música concretos, desde el guitarreo anglosajón de comienzos de los años 2000, ya viniera de sellos independientes o de grandes marcas, al pop melódico español que arrastra ahora a los festivales a gentes de entre 30 y 50 años. Abogo por dejar a cada cual disfrutar de sus palabras fetiche, pues estas etiquetas no hacen mal a nadie.
-En cuanto a las referencias que rezuma este trabajo, hay texturas de The Cure, Joy Division, New Order e incluso Oasis o The Stone Roses, así como de Décima Víctima, Glutamayo Ye-Yé, Alaska y Dinarama, Burning, Los Planetas, e incluso otros grupos contemporáneos y vecinos madrileños vuestros como La Paloma. ¿Este halo ochentero y noventero ha podido ser una de las razones de que vuestro cancionero haya calado en diferentes generaciones, tal y como se ve en vuestros conciertos?
-Sí, es indudable, había espacio para ese rollo ochentero que mezcla luz y tinieblas. Me reconozco en casi todo lo citado, pero con The Cure, Burning y The Stone Roses basta para delimitar nuestra sonoridad. En cuanto a las guitarras de nuestro álbum, que nos conectan con contemporáneos como La Paloma, eso es principalmente mérito de Carlos, el Doctor Rock.
-Las canciones están plagadas de referencias históricas, sociológicas, literarias o filosóficas; pero sin pedanterías, incluso con gracejo y algo de pose canalla. ¿Es algo intencionado o es la traslación de vuestra amistad, de vuestras reuniones y conversaciones a las canciones?
-Las letras de este álbum han nacido así por necesidad, del puro collage de versos y estrofas que nacieron separados los unos de las otras. Así, en nuestras canciones se mezclan historias de los libros con cotilleos y chascarrillos. Me da miedo que, con la profesionalización, perdamos esa chispa. Para evitarlo, necesito sentir a Barbosa como amigo antes que como socio.
Álvaro Rivas
Vocalista de Alcalá Norte
Álvaro Rivas
Vocalista de Alcalá Norte
-Trabajáis ya en el segundo álbum. Vais a tener menos margen para que salga a la luz. ¿Sentís esa presión de las expectativas creadas?
-Es una experiencia de creación diferente a lo que conocemos. Todavía no tenemos fechas de entrega marcadas, pero sabemos que toca ser diligentes. El primer álbum suele ser algo sobrevenido; al menos ese fue nuestro caso. Pero este segundo álbum ha nacido sin que lo invoquemos. Es más difícil de lo que parece encontrar huecos para componer juntos. Me estoy poniendo las pilas por mi cuenta, y pronto se involucrarán el resto.
-En apenas unos meses, has pasado de compatibilizar los escenarios, la carretera y los ensayos con el trabajo en una aseguradora; pero ha sido imposible continuar esa 'doble vida' y te has decantado por Alcalá Norte. ¿Lo echas de menos, o el vivir de la música era ese objetivo que uno se marca y que ha llegado antes de tiempo, quizás?
-No echo de menos trabajar para una gran empresa. En ellas no he hecho nunca nada por gusto. Me he sentido útil, eso ya es bastante, y con eso tendré que vivir cuando se agote Alcalá Norte. Pero es imposible echar de menos una rutina desmotivadora. Ahora me siento jugando, jugando en serio. No esperábamos estar donde estamos. Pero pienso: ¿'pa' qué entramos a una sala de ensayo en 2019 sino pa esto?
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