Una sociedad venezolana compra el palacio de La Serreta

El Palacio de la Serreta cambia de manos por tercera vez en 600 años. A los ya antiguos propietarios les ha costado encontrar nuevo dueño para el que fue uno de los pabellones de caza más antiguos de España. El cartel de 'vendido' figura en el escaparate virtual de algunos de los portales inmobiliarios dedicados a la comercialización de los complejos más exclusivos y selectos. Y el ubicado en el término de Lastras de Cuéllar lo es, a juzgar del precio de salida del que partía, 19 millones de euros, y por la impresionante discreción en la que se han manejado los intermediarios y la propiedad a la hora de negociar con posibles compradores.

En la localidad apenas tienen datos de su nuevo convecino, aunque saben a ciencia cierta que detrás está una sociedad capitaneada por un empresario de Venezuela, que se quedó prendado de las instalaciones, de su historia, del paisaje y de su potencial como lugar idóneo para el retiro y descanso. En el municipio está muy extendida la opinión de que el nuevo titular de La Serreta la quiere para «su uso y disfrute».

La empresa inmobiliaria Rimontgó ha sido clave en la venta. En su web presume de una «larga reputación basada en la confidencialidad». De hecho, hace poco más de un mes, al hacer público el cambio de manos, la compañía desvelaba que la finca y el palacete habían sido presentados de «manera confidencial y directa a posibles compradores de dentro y fuera de España, siempre con total discreción y solo en círculos de confianza».

La empresa también se ha hecho cargo de otros trámites, como el contacto con la Administración regional, así como la gestión de informes y permisos urbanísticos y medioambientales.

La venta de La Serreta se produce prácticamente un año después de que un grupo inversor extranjero, con capital mayoritariamente asiático, mostrara su interés en adquirir el complejo e inyectar más de 200 millones de euros para construir un complejo hotelero de lujo. Los promotores del proyecto, planificado para desarrollarse en tres fases durante tres años, se echaron atrás. De esa forma, se vinieron abajo las elevadas pretensiones de albergar un residencial de unas doscientas habitaciones, tres restaurantes, una bodega experimental, un campo de polo y un balneario.

Con esa retirada se desvanecieron también las expectativas de generación de empleo en la comarca y en toda la provincia de Segovia, ya que la iniciativa barajaba la creación de alrededor de quinientos puestos de trabajo directos y más de un millar indirectos. Ahora en el pueblo esperan que la nueva propiedad se asiente con la intención de sembrar riqueza y trabajo.

La Serreta es un ejemplo de patrimonio único en España que data de 1464. Durante 600 años, nobles y reyes han disfrutado de esta finca. Se trata de un singular palacio, ubicado en una zona boscosa, con un gran valor histórico y cultural, que nace con la donación que hizo la Isabel I de Castilla al primer duque de Alburquerque.

En 2014 se puso a la venta con una superficie total de 1.039 metros cuadrados y ocho dormitorios, y una casa de huéspedes de 280 metros cuadrados. En el jardín está la capilla de San Antonio, datado en el siglo XV. En la propuesta de venta se mencionaba también que la estancia poseía cien caballos de raza 'Quarter Horse', la mayoría nacidos y criados en el sitio.