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Un simulador es un aparato capaz de reproducir las condiciones de un fenómeno, mecanismo o acontecimiento para permitir la enseñanza, el adiestramiento y que el hombre se habitúe a la realidad a la que, en un momento dado, deberá enfrentarse.
El Centro Artillero de Simulación (CAS) es el cofre en el que se encuentran las joyas de la corona de la Academia de Artillería: los simuladores de tiro. Organizado en el año 2001 con el objetivo de apoyar la formación de los alumnos y el adiestramiento de las unidades del Arma, el CAS agrupa los distintos simuladores que la Academia ha ido incorporando y modernizando a lo largo de los últimos años: el simulador de fuegos (Simaca), los tres simuladores del sistema de misil antiaéreo Mistral, el simulador del cañón antiaéreo 35/90 y el simulador de artillería antiaérea Aula COAAAS.
En la víspera del Día de las Fuerzas Armadas, la Academia de Artillería mostró a los periodistas el funcionamiento interno del CAS. «La Academia tiene 254 años de historia, pero, a día de hoy, sigue siendo puntera, un centro de referencia que atiende las necesidades de las fuerzas armadas del presente y del futuro», dijo el director de la Academia de Artillería, coronel José María Martínez Ferrer, que introdujo la visita junto al jefe del simulador, el teniente coronel Miguel Ángel Cervera.
La misión del Centro Artillero de Simulación es el planeamiento, la dirección y la coordinación del empleo de los medios de simulación asignados, así como su operación, con la finalidad de contribuir a la instrucción y adiestramiento de los alumnos de la Academia de Artillería y del personal de las unidades de artillería de campaña y artillería antiaérea del Ejército de Tierra. «Lejos quedan ya los tiempos de los ejercicios de tiro en Baterías, en los que se tiraba contra la sierra, y aunque las prácticas de fuego real siguen siendo necesarias, este simulador es necesario para realizar la cantidad de disparos que el aprendizaje requiere», añade Martínez Ferrer. Por las instalaciones del Centro Artillero de Simulación, donde la actividad bulle a diario, reciben formación y adiestramiento entre 1.500 y 2.000 militares al año. El ahorro que el simulador permite al Ministerio de Defensa es para tener en cuenta, pues se estima en 1.380 millones de euros al año, aproximadamente.
Simulador de Artillería de Campaña en su origen, actualmente es un simulador de fuegos que permite el adiestramiento del personal de los diferentes elementos de puestos de mando y observadores de un grupo de artillería de campaña, tanto en los aspectos técnicos del tiro como en el empleo táctico de la artillería: la integración de los fuegos en la maniobra terrestre, la coordinación de los diferentes fuegos y la gestión de la información de blancos. «Es un simulador de tipo virtual formado por un conjunto de hardware con arquitectura de tipo distribuido que, con un software propio y un motor gráfico, proporciona gran realismo y nivel de detalle al campo de batalla», explica el teniente coronel Cervera.
Las instalaciones del Simaca permiten albergar los puestos de mando y las células de coordinación de fuegos de un grupo de artillería de campaña, así como elementos de puestos de mando de las unidades de combate a los que apoyan. Dispone de un tres salas con pantallas panorámicas y un conjunto de salas polivalentes dotadas de todos los elementos necesarios para la observación del tiro y el enlace.
El Mistral constituye otro de los fuertes del centro. Se trata de un simulador de tipo virtual, réplica del puesto de tiro del misil antiaéreo Mistral, al cual se ha acoplado un proyector y una pantalla en la que se reproduce en 3D un combate antiaéreo. La misión de esta pieza es la instrucción y validación de la dotación integrada por el jefe del puesto de tiro y del apuntador/tirador en la adquisición, seguimiento y tiro contra objetivos aéreos, desde la fase de alerta hasta el disparo del misil. Además, incluye una reproducción del sistema de visión térmica para tiro nocturno. El CAS dispone de tres simuladores Mistral, que pueden enlazarse entre sí para practicar la distribución de fuegos.
Por otra parte, el simulador de cañón antiaéreo 35/90 es una réplica del puesto del apuntador que dispone la pieza real. En su periscopio, el artillero puede ver un combate antiaéreo reproducido en 3D. La función de esta pieza es la instrucción y la validación del apuntador/tirador en la adquisición, seguimiento y fuego contra objetivos aéreos a baja cota, así como en la secuencia de preparación del tiro. Este simulador posee asimismo un calculador y un ordenador que transforma la puntería en datos de tiro, además del visor donde se representa, de manera virtual, el mundo que es preciso recrear.
En el corazón del simulador están los 75 ordenadores que permiten su funcionamiento. Ingenieros de la empresa Tecnobit aseguran el mantenimiento diario. El CAS adopta la tecnología de los videojuegos bélicos de hoy, gráficos similares y más inteligencia artificial, pero con un nivel de complejidad y realismo muy superior, con el fin de ajustarse a las exigencias de un entrenamiento profesional. Las formas poligonales del viejo Simaca, pionero cuando se puso en marcha en 2001, han dejado paso a un nuevo software que en 2002 saltó de la industria de los videojuegos a la armamentística de los Estados Unidos y que en 2015 entró en la Academia de Artillería en la versión más moderna. En el simulador de la Academia se pueden desarrollar operaciones virtuales en escenarios reales o ficticios y recrear cualquier parte del mundo, siempre que se disponga de la cartografía adecuada. Un lujo que permite al centro de estudios militares segoviano seguir en vanguardia.
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