Tratándose de Los Silverios, se esperaba que no fuera un pregón al uso, y las expectativas no se vieron defraudadas. Los hijos, nietos y biznietos del célebre Mariano San Romualdo, Silverio, echaron mano de sus dulzainas para bendecir el comienzo de unas Ferias y Fiestas ... de San Juan y San Pedro muy especiales por tratarse de las primeras que se celebran después de la pandemia, tras dos años en blanco a causa del dichoso virus. Por eso, la plaza Oriental presentaba anoche un magnífico golpe de vista, con un público entregado a los actos inaugurales primero y al concierto de Ana Guerra después.
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Los Silverios, acompañados de los gigantes y cabezudos, alentaron a sumergirse en la «juerga» y la «diversión» con palabras, pero también con música, pues aderezaron el pregón interpretando algunas de sus piezas más populares, como 'El zángano', la 'Entradilla de Luis Barreno', el 'Pasacalles de gigantones' y la 'Jota de la guitarra'. Para empezar, recordaron a su padre, que en junio de 1992 fue el encargado de pronunciar este mismo pregón: «Hace treinta años, Mariano San Romualdo, Silverio, pregonaba estas Ferias y Fiestas desde el balcón de la Casa Consistorial. Nuestro padre decía que él, siendo hombre de pocas palabras, prefería dejar hablar a su dulzaina. Hoy, en un día tan especial para Los Silverios, permítannos que nos dejemos acompañar por un miembro de honor de nuestra familia, la dulzaina».
Los pregoneros echaron la vista atrás para recordar la trayectoria de toda una dinastía de dulzaineros y su primera salida con los gigantes y cabezudos, hace ahora ochenta años: «Corría el año 1942 y por primera vez las dulzainas y los tambores de los Silverios acompañaban a los gigantes en las Ferias de San Juan. En aquellos primeros años, de estrecheces, en los que la fiesta era muy valorada, por ser poco habitual, Silverio, el primer Silverio de la saga, salía acompañado por sus hijos Mariano, Simón y Miguel, y después también por Silverín. Los gigantes se guardaban en el Ayuntamiento, salían todos los días de las fiestas y visitaban los distintos barrios de la ciudad. No era tarea ligera –bajo el sol de finales de junio, enfundados en el traje típico– realizar aquellos recorridos, que empezaban de buena mañana y acababan cuando caía la tarde. Los pequeños de la familia bajaban a San Lorenzo o San Marcos el almuerzo a los músicos». Los años pasaron y la figura de Mariano San Romualdo, hijo de Silverio, fue emergiendo con fuerza: «Primero con sus hermanos, luego con sus hijos (José, Manín, Javi, Fernando, Jesús y Carlos), después con sus nietos e incluso con sus biznietos... «Las fiestas han cambiado, ya no se sale todos los días, ni se visitan todos los barrios, pero la esencia es al misma. Ahora, tras la puerta de La Alhóndiga, los gigantes y cabezudos esperan impacientes la llegada de junio. Nuestros amigos de cartón y madera, que hoy han tenido la gentileza de acompañarnos, porque también son un poco de esta familia, se visten con sus mejores galas y salen a pasear, a disfrutar, por las calles de Segovia. A vivir sus fiestas, como lo hacen todos los segovianos. Como lo hacemos Los Silverios, que con la tradición a hombros y la sonrisa de la primera vez bajamos a buscarlos a La Alhóndiga a encontrarnos de nuevo».
Los Silverios dejaron paso a las celebraciones agradeciendo al Ayuntamiento haberles concedido el «honor» de pregonar las fiestas. «Las cuatro generaciones de Silverios que hoy nos damos cita en este escenario, representando a una familia muy extensa, queremos daros las gracias a todos vosotros, los segovianos, que al final sois los que lleváis ochenta años haciendo la fiesta a nuestro lado. De esas coplas para echar la despedida, nos quedamos con la 'Jota de la guitarra': 'Qué bien suenan las dulzainas cuando tocan Los Silverios, cuando están todos de juerga en casa de los abuelos'. Hoy la juerga es en Segovia y estamos todos invitados. Que suenen las dulzainas, que suenen los tambores, porque empieza la fiesta. ¡Viva Segovia! ¡Viva Castilla!», gritó Ana San Romualdo, portavoz de la familia.
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El acto inaugural, a los pies del Acueducto, brilló como siempre. Antes del pregón tuvo lugar la presentación de la nueva alcaldesa mayor de las fiestas, Beatriz Lázaro Martín, y los representantes de los distintos barrios que integran la ciudad. Beatriz recibió la montera de manos de María Rosa Gaona, dama en las fiestas de 2019, en representación del Hogar Centro. Las damas y el caballero de este año salieron acompañados por los miembros de la corporación municipal. Son Oliva Rodao (Centro San José), María García (Santo Tomás), Konstantin Milchev (La Albuera), Natalia Reyes (Santa Eulalia), Itziar Carmona (Cristo del Mercado), Alejandra García (Madrona), Alba García (Revenga), Lucía Pérez Manso (San Andrés), Marina García (Zamarramala), Lucía Valverde (Nueva Segovia), Judith González (El Salvador), Lucía Pérez Casado (San Marcos), Sandra Merino (San Lorenzo), Marina Sanz (Hontoria), Diana García (San Millán) y Nerea Senín (Puente de Hierro). Cuando callaron las dulzainas de Los Silverios, la alcaldesa de Segovia, Clara Martín, deseó unos días de alegría y lanzó el chupinazo que daba por inauguradas las Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro. Inmediatamente, un formidable castillo de fuegos artificiales empezaba a arder en los altos del cementerio. Eran las once y media en punto cuando Ana Guerra subía al escenario entre los aplausos de los muchos seguidores segovianos que abarrotaban la plaza Oriental. Era el primer concierto de las Ferias y Fiestas de 2022.
Así acabó la primera jornada festiva, que previamente, a las ocho de la tarde, había tenido un aperitivo de lujo en el pasacalles con el que la Escuela de Dulzaina de Segovia rindió homenaje a Pablo Zamarrón, dulzainero, investigador del folclore y académico de San Quirce. Los dulzaineros acompañaron al músico en un animado y divertido pasacalles que partió de las inmediaciones de la iglesia de San Millán y concluyó en la Plaza Mayor. Como músico tradicional, Zamarrón pertenece a la primera promoción de la Escuela de Dulzaina Agapito Marazuela de la Diputación de Segovia, y ha formado parte de diferentes agrupaciones de música tradicional y antigua, como Rebolada, Velay, La Órdiga, Ministriles de San Nicolás, Los Zamarrones, Carrapinar, etcétera. Los trabajos son innumerables en la trayectoria de un hombre que ha dedicado buena parte de su vida a investigar y divulgar el folclore, en muchas ocasiones a través de talleres de construcción de pequeños instrumentos musicales populares y de muestras didácticas de instrumentos musicales tradicionales en colegios, institutos, conservatorios y aulas didácticas.
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La animación ha sido grande, toda la noche, en las calles. La buena temperatura y las ganas de fiestas favorecieron la afluencia de personas, en su mayoría jóvenes, a la verbena de la Plaza Mayor. Fue la primera prueba para el Ayuntamiento, que el viernes anunció un ambicioso despliegue de medios para garantizar la seguridad. En este sentido, agentes de la Policía Local controlaron en todo momento los accesos a la Plaza Mayor, en las calles aledañas, para impedir que en el interior del recinto las aglomeraciones se desbordaran. También empezaron a funcionar los urinarios portátiles que el Ayuntamiento de Segovia ha instalado en Marqués del Arco, San Frutos, Herrería y Potro.
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