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Es el adalid segoviano contra la sierra madrileña. Se considera un activista rural y son varias acciones emprendidas bajo esta denominación. A pocos días de cumplir 17 años, Arturo Francisco Barbero será reconocido como el joven que borró la forma incorrecta de 'sierra de Madrid' del mapa. O, al menos, de Wikipedia. Ha revisado un sinfín de entradas de esta enciclopedia virtual para incluir la sierra de Guadarrama o la de Somosierra. En concreto, más de 300. Pero aún queda camino por recorrer.
Es posible que el joven de Trescasas sea una de las personas que mejor conoce cómo esta posicionada la provincia de Segovia en internet. Hace años, era necesario coleccionar decenas de tomos de libros para construir una enciclopedia en cualquier hogar. Ahora, con tan solo un 'clic', es posible recopilar toda la información deseada y disponible en la red. Pero este proceso conlleva riesgos, ya que los errores se expanden rápidamente, como sucede con el concepto de la 'sierra de Madrid'.
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«No existe una sierra de Madrid y tampoco de Segovia, aunque esta haya pertenecido a la provincia durante cientos de años», asegura el activista. En un momento de su vida, el joven se interesó por la historia segoviana y empezó a navegar por la enciclopedia virtual colaborativa. Al principio observó que había multitud de entradas que incluían este concepto «erróneo», pero no le dio importancia. Sin embargo, poco a poco fue consciente de que los medios de comunicación y otras web usaban este contenido en sus informaciones. «El error cada vez se extendía más», señala.
Hace un año, decidió tomar parte en el asunto. Se sentó frente al ordenador e indagó en Wikipedia para sustituir sierra de Madrid por la de Guadarrama e, incluso, de Somosierra o Gredos. Llegó a corregir 300 entradas, hasta el punto de que este concepto desapareció por completo. «Ya no queda ninguno más, ahora toca batallar con el de 'sierra madrileña'», asevera. Aunque justifica los cambios, otros usuarios de la enciclopedia colaborativa «se oponen totalmente a ellos». Y si son de mayor rango, poco tiene que hacer el trescasense. No obstante, no pierde la esperanza. A día de hoy, busca referencias en libros y otras publicaciones para demostrar que, sin duda alguna, es necesaria la rectificación.
«Puede editarlo cualquiera. Si lo corriges en una página minoritaria, seguramente no te digan nada, pero si lo haces en una que tiene más tráfico de visitas, hay más problemas», subraya. Ha rectificado las entradas de decenas de pueblos madrileños en la ladera de la sierra, multitud de personalidades con casas vacacionales en esta ubicación e, incluso, la página de la propia sierra de Guadarrama. Cualquiera que visite este último artículo, encontrará en su etimología una frase incluida por Arturo Francisco: «A veces la sierra de Guadarrama es citada con la denominación errónea de sierra de Madrid, con las consiguientes quejas de ciudadanos y entidades de la vertiente segoviana».
Incluso se hizo eco de esta equivocación en la biografía del escritor Pío Baroja, cuando se narra su encuentro en la sierra madrileña con el hispanista suizo Paul Schmitz. «Conseguí cambiarlo de extranjis pero un usuario lo ha revertido, tendré que intentarlo otra vez», asume confiado.Asimismo, encuentra un paralelismo con el caso de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia. «Pone que ya no existe y eso no es verdad, estoy investigando sobre ella porque está siendo difícil cambiarlo», lamenta.
El activista segoviano no encuentra una explicación clara a esta situación, que ya fue criticada por instituciones como la Diputación Provincial o la Asociación Segovia Sur hace varios años. Lo que tiene claro es que, con cada confusión, «me hierve la sangre», confiesa. Es un incidente que «escuece» tanto a mayores como a jóvenes vecinos de la provincia.
«Quiero pensar que es algo accidental debido al desconocimiento», indica. «Pero sí hay alguna ocasión en la que se nota que es a propósito», declara Arturo Francisco. De hecho, observa que, todo lo que se acerca un poco a esta comunidad uniprovincial es como si pasase a ser de su propiedad. «Se lo están intentado apropiar y lo están consiguiendo. No en términos territoriales, sino de conocimiento», se queja. «El río Tajo pronto pasará a llamarse río de Madrid», bromea.
El activista segoviano también ha realizado otras contribuciones a Wikipedia. Es el caso de las fotografías que faltaban en multitud de páginas de pueblos y que él mismo ha aportado. Incluso ha visitado con su bicicleta muchas localidades exclusivamente con este fin. Asimismo, critica que, por lo general, hay muy poca información de Segovia en esta enciclopedia virtual. Mientras que la entrada de la capital segoviana cuenta con casi 50.000 caracteres escritos, la de Ávila supera los 105.000. «Voy a intentar ampliarla y mejorarla poco a poco», apuesta.
El joven Arturo Francisco Barbero estudia 2º de Bachillerato en el IES Andrés Laguna y ya ha decidido que quiere acceder a la universidad para estudiar un Doble Grado en Informática y Economía. Pero hay un problema: «No me quiero ir de aquí», sostiene.Todo apunta a que tendrá que hacerlo, ya que esta formación no se imparte en la provincia. «A todos los jóvenes nos toca irnos fuera y luego es difícil volver», lamenta.
La despoblación es una amenaza y no hay viso de solución. En opinión del activista de Trescasas, «se piensa en pequeño, entonces nos va pequeño», lamenta. Por eso apela a pensar en grande. «Ojalá hubiera suficientes servicios e infraestructuras para que cualquiera persona pudiera quedarse», porque no todos se quieren ir, remarca.
«Segovia es una ciudad y lo ha sido cientos de años antes de que apareciera Madrid», explica. Entonces, ¿por qué hay tanta diferencia poblacional? Según el joven, Segovia no es tan pequeña como parece y «tiene mucho que decir». Solo hay que mirar su cinturón metropolitano, donde los pueblos del alfoz han experimentado un gran crecimiento. «Todos los segovianos tenemos el sentimiento de que nos podría ir mejor; nos tiene que ir mejor», sostiene. Para que ese deseo se cumpla, llama a la implicación de ciudadanos y instituciones para voltear la situación.
Por algo se empieza, ya sea al cambiar las entradas de Wikipedia, llamar a los medios de comunicación para avisar del error o tomar parte para sacar adelante proyectos. «Tenemos que ir con la cabeza bien alta», concluye.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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