Un cazador, acompañado de su perro, apunta con su escopeta. El Norte
Segovia

La sequía reduce a mínimos históricos las especies de caza menor

Algunos cotos segovianos se han visto obligados a cerrar la captura de perdices y fomentar su protección en pleno auge de los jabalíes y corzos

Jueves, 23 de febrero 2023, 18:24

La temporada general de caza se dio por concluida en la provincia a finales de enero y este fin de semana se escucharán los últimos disparos relativos al periodo de captura de corzo o jabalí. Los aficionados segovianos a la actividad cinegética guardan sus escopetas ... tras vivir una de las peores campañas de los últimos años con motivo de la sequía. Las perdices alcanzan mínimos históricos hasta el punto de haberse restringido su caza en algunos cotos mientras que las especies cinegéticas de mayor tamaño están en pleno auge, ante lo que los cazadores piden aliviar las presiones para su control.

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En los 499 cotos repartidos por toda la provincia se puede encontrar un total de treinta especies de caza menor y siete de caza mayor. Sin embargo, no todas se capturan con la misma facilidad y frecuencia. En la última temporada general de caza, el balance arroja uno de los peores resultados de la última década, sobre todo en lo que se refiere a especies cinegéticas menores.

En líneas generales, esta campaña ha sido «mala», coindicen portavoces segovianos del sector cinegético. La primavera seca y las altas temperaturas en el verano han reducido en gran medida la reproducción de algunos animales. «La perdiz ha estado muy mal porque las polladas fueron reducidas al no haber humedad», afirma el delegado provincial de la Federación de Caza de Castilla y León, José Luis Gómez San Frutos. A su juicio, el clima influye en gran medida en la época del anidamiento y el verano ha sido más largo y caluroso que otros años. Otras amenazas, como la depredación o las enfermedades, han provocado que hasta un 40% de los polluelos «no hayan podido salir adelante», determina.

«Ha habido muchos cotos que han decidido no abrir la caza de perdiz, hemos tenido incluso que cuidarla», sostiene. Esto se debe a que la prohibición de su captura ha estado ligada a la distribución de comederos y bebederos especialmente dirigidos a estos animales. Lo mismo ha sucedido con la liebre, cuya presencia en algunas zonas es prácticamente residual hasta el punto de limitar su caza a los galgueros. «Ahora ha empezado a afectarla incluso la mixomatosis de los conejos», lamenta Gómez, quien asegura que ya se han podido certificar algunos casos en la provincia.

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Mayor control

Sorprendentemente, el conejo es la especie que «está salvando la temporada». El número de ejemplares ha crecido en algunos territorios y en otros se mantiene. «Está recuperándose», se alegra del mismo modo el presidente de la Asociación de amigos de la Pesca y Caza San Frutos de la capital segoviana, Luis San Miguel. En cualquier caso, no llega a estar a la altura de la caza mayor, en pleno auge, lo que es «una buena señal» y, a su vez, «preocupante».

499cotos de caza hay en total repartidos por el conjunto de la provincia segoviana.

Aunque el calor también ha afectado a los jabalíes, ya que han tardado más de lo previsto en bajar de las zonas altas de la sierra, «ahora mismo están proliferando por todos los lados», indica Gómez. Numerosas monterías inaugurales fracasaron, pero los cazadores pudieron sobrellevar la situación con las capturas de corzos. El también llamado 'duende del bosque' ya no se limita a este hábitat tradicional. A de hoy, ha roto los esquemas y «está disperso y están por todos los lados, incluso en cultivos o siembras», añade el delegado de la federación.

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Es un caso paradigmático. «Cada vez se abaten más corzos y jabalíes y son especies que van en aumento», refiere. Aunque valoran este aspecto de forma positiva, San Miguel incide en la necesidad de su control y endurecer la presión sobre estas presas porque pueden llegar a ser un «auténtico peligro» en las carreteras. Precisamente, los accidentes por atropello de animales han aumentado un 60% en la última década, así como también crecen los «daños a la agricultura», insiste Gómez.

Amenazas

La actividad cinegética tiene una presencia histórica en Segovia. La riqueza de su territorio tiene su reflejo en esta actividad, de modo que hay cotos peores y mejores. Algunos de los más prolíficos son los del norte, donde hay más humedad y crecen más pastos, arbustos y maleza que satisfacen de alimento y refugio a los animales. Por el contrario, otros no cuentan con la misma suerte, lo que suele coincidir con la existencia de «grandes explotaciones agrícolas», señala Gómez.

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«Los polluelos de perdiz pueden reducirse en un 40% desde la cría hasta que se abre la temporada de caza por la depredación»

josé luis gómez san frutos

Delegado segoviano de la Federación de Caza

«El aumento de la caza mayor es buena noticia, pero habría que hacer presión sobre ella para evitar accidentes en las carreteras»

luis san miguel

Presidente Asociación de Caza y Pesca San Frutos

«Es el principal problema que tenemos, sobre todo para la población de aves», confiesa. La agricultura está presente en casi todos lós términos provinciales, por lo que los cazadores destacan la necesidad de vigilar las nuevas técnicas y el uso de productos perjudiciales, como herbicidas y tratamientos de semillas que afectan negativamente a las aves granívoras.

Además, la concentración parcelaria ha conllevado a la «desaparición de linderos» que limitan las posibilidades que los animales tienen para ocultarse, lo que implica una «mayor depredación», determina el delegado segoviano de la federación de caza. Un aspecto importante es vigilar que las caceras de las tierras «no sean como si fueran tuberías; al contrario de lo que se piensa, es necesario que haya maleza para que puedan esconderse», continúa el aficionado a la caza y trabajador en la armería Prieto, Roberto Benito.

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Falta de relevo

A esta preocupación por la disminución de algunas especies se suma la progresiva caída de nuevos aficionados a la caza. «El dato de cazadores va en descenso, hay mucha gente mayor que se sale y los jóvenes no entran», considera Gómez, a la vez que destaca como noticia positiva la incorporación de un gran número de mujeres en los últimos años.

4.000es la cifra aproximada de cazadores segovianos activos, según la estimación de la Federación autonómica de Caza.

La cifra de cazadores residentes en Segovia ronda los 4.000. Para ello, la federación se basa en las estadísticas de emisión de licencia de armas. En los últimos cinco años, la Comandancia de la Guardia Civil ha expedido un total de 3.382, de los cuales la inmensa mayoría -3.000- se corresponden a la renovación de autorizaciones concedidas con anterioridad. No obstante, la provincia cuenta con más de 7.000 armas activas.

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«La caza no se va a extinguir, pero cada vez hay menos hijos que siguen los pasos de sus padres cazadores», estima Benito. El motivo que achacan a esta situación es que, del mismo modo, «cada vez lo ponen más difícil, hay que superar más pruebas y adaptarse a más normativas», añade. Ya sea el límite por cupos o la necesidad de autorizaciones, «ponen muchas trabas a la gente que quiere empezar», puntualiza.

Otro indicador de esta mengua es el número de miembros de la asociación de caza y pesca de la ciudad. «Somos 60 asociados y la cifra va bajando», lamenta San Miguel. «La organización se nutría principalmente de pescadores y la actividad ha caído en picado en toda la región», sostiene. Lo relaciona a la normativa que restringe las zonas de aguas libres trucheras y también al encarecimiento de los permisos para desarrollar la actividad, que alcanzan los 20 euros por día. «La pesca, en Segovia, prácticamente ha desaparecido», concluye.

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