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Las dificultades para ver la televisión en la provincia están encogiendo el espacio de la TDT en beneficio de los operadores de internet. La TDT ... no tiene término medio —o se ve o no se ve— y no son pocos los pueblos de Segovia que no tienen seguro ver el partido de fútbol de turno o su cita diaria con Pasapalabra. Repetidores como el de la Atalaya que no cubren con nitidez todo el territorio o la pérdida de señal que conlleva la falta de mantenimiento en las instalaciones deja la pantalla en negro a muchos segovianos que acaban pagando a la compañía de internet para asegurarse ver la televisión pública.
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Los hogares que resisten con sus antenas van a contracorriente porque la competencia con el 4G y 5G cada vez crea más interferencias. A ello se suma la semana que viene una nueva traba para los televisores que no tengan alta definición. El 14 de febrero será el fin de las emisiones en SD por parte de las operadoras. A partir de este día, solo emitirán en HD para acogerse a la normativa europea.
Las pantallas de alta definición son aquellas que cuentan, como mínimo, con 1920 píxeles horizontales por 1080 verticales. Para poder ver estos canales, además de tener cobertura y la antena adaptada, el usuario necesita un equipo compatible con HD. Más del 98% de los aparatos son compatibles y no se verán afectados. Quien actualmente vea canales en HD significa que es compatible. Pero quien tenga un televisor sin HD tiene dos opciones: comprarse uno o adquirir un aparato para sintonizar la señal. Una incomodidad añadida para estos usuarios, generalmente de avanzada edad, que tendrían que volver a usar dos mandos, como en la llegada de la TDT en 2010: uno para la analógica y otro para la digital.
La fecha original para el apagón era el 1 de enero de 2023, pero se ha retrasado 13 meses para «asegurar la adaptación de todos y cerrar los detalles con las televisiones y también con las Comunidades Autónomas», subraya la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones. La coyuntura ha hecho que suban los precios de los televisores más modestos y los receptores en HD están agotados porque no es un artículo del que las tiendas hagan acopio. El consejo de los instaladores es que no compensa renovar un televisor con más de diez años.
La evolución de la última década es que cada vez hay menos antenas, un declive de la TDT. La primera resintonización llegó en 2014, y provocó un cambio generalizado de antenas en comunidades de vecinos. Fue el 'Dividendo 1', una medida que buscaba dejar espacio a la telefonía móvil e introducir el 4G a cambio de quitar espacio radioeléctrico a la televisión.
Pero la telefonía necesitaba más con el 5G y en 2020 se adueñó de más frecuencias, fue el 'Dividendo 2'. La tendencia hace esperar nuevos dividendos: la televisión pública, lejos de crecer, tiende a encogerse. Como ocurre en las autopistas, la reducción de carriles dificulta el tráfico. La competencia en el espacio eleva la presión de las instalaciones, mucho más sensibles a cualquier imperfección en la señal.
La ubicación de los repetidores es clave. Años atrás, el de referencia era Navacerrada y la señal de Telemadrid llegaba a Valladolid. Ahora, Segovia bebe de La Atalaya, situado entre los términos municipales de Trescasas y Palazuelos de Eresma, con 1.647 metros de altura: una reducción de 200 metros y con menos potencia.
La consecuencia es que hay pueblos en los que ver la televisión es una yincana, con problemas diarios. El otro gran centro está en Pradales, en el municipio de Carabias, en el nordeste de la provincia. Los grandes repetidores están reforzados entre sí porque los cortes en emisión cuestan millones de euros a la empresa mantenedora.
Al no ser suficiente, se instalaron repetidores en pueblos de mil habitantes. Pero no en todos; Carbonero el Mayor no lo tiene y es uno de los municipios con más vecinos afectados. Al adentrarse en Tierra de Pinares empiezan los problemas; Cuéllar, Navas de Oro o Nava de la Asunción tienen sus repetidores, pero los pueblos del entorno pasan penurias. Hacia el lado madrileño, en Otero de Herreros no sobra señal y registra incidencias cuando hay fuertes precipitaciones o temperaturas muy altas. Como Garcillán, pese a su cercanía con La Atalaya, lo que empeora en el camino hacia Santa María la Real de Nieva
Navafría está a suficiente distancia respecto a la capital para que la señal sea un problema, así que allí hay un tercer gran repetidor. La potencia es baja porque elevarla interferiría con otras señales. La alternativa sería instalar repetidores en todos los pueblos. Pero la estadística sitúa a los vecinos de esos pueblos como un porcentaje marginal y el sistema ofrece satélite o fibra óptica.
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