Los segovianos gastan ahora un 23% más en comprar una casa que hace ocho meses

Por el momento, reina la incertidumbre sobre el modo en el que se llevará a cabo, ya que no se sabe ni cuánto subirá ni cuándo se producirá. «Lo único que tenemos claro es que afectará a las hipotecas ya constituidas con interés variable y a las nuevas que se firmen a partir de la subida», explica el presidente Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Segovia, Miguel Tovar.

Una vez que se produzca este incremento, el experto asegura que la clave estará en negociar unas buenas condiciones para los préstamos con interés fijo porque «para los bancos es más beneficioso colocar el dinero en bienes raíces como la vivienda». Esto se debe a que es «una inversión más segura que otras como las que pueden llevar a cabo en empresas», argumenta Miguel Tovar. También lo es para los compradores porque es un bien que se deteriora poco y suele tener una plusvalía. Además, «sufre menos oscilaciones que los bonos o la bolsa».

Asimismo, el presidente de los agentes inmobiliarios de la provincia advierte de que la subida de los tipos de interés tendrá una repercusión más directa en la vivienda usada porque quienes compren inmuebles en construcción «tendrán que esperar un año o año medio para recibir la propiedad y será entonces cuando inicien las negociaciones de los préstamos». Asimismo, al tratarse de un periodo de tiempo relativamente largo es probable que «los precios hipotecarios se hayan estabilizado» para entonces, matiza Miguel Tovar.

La irrupción de la pandemia del coronavirus ha repercutido en todos los sectores, también en el inmobiliario, aunque en este caso las consecuencias a corto plazo no han sido negativas. El hecho de que los ciudadanos hayan estado un año medio moviéndose menos de lo habitual y gastando cantidades inferiores a las de ejercicios anteriores ha beneficiado a su capacidad de ahorro. Algo que también ha quedado patente en el ligero incremento de las adquisiciones de viviendas sin necesidad de hipoteca.

Miguel Tovar revela que la compra de casas se ha disparado en el último año porque «es una inversión segura y más en un momento en el que sale caro tener el dinero en los bancos». Solo en los dos primeros meses de 2022 se produjeron 349 transacciones de compraventa de viviendas en la provincia segoviana. De ellas, 365 fueron de segunda mano y 32 de nueva construcción.

Si se comparan ejercicios completos, esta tendencia resulta evidente, ya que 2019, el curso antes de la doble crisis sanitaria y económica desencadenada por la pandemia de la covid-19, cerró con un total de 1.768 transacciones de estas características, 243 correspondientes a viviendas nuevas y 1.525 a usadas. Es decir, que casi el 14% de los propietarios adquirieron obra nueva. Mientras tanto, en 2021 se alcanzaron las 2.234 ventas de inmuebles, de ellas, tan solo 240 fueron de casas a estrenar, es decir, el porcentaje bajó al 10%, y 1.994 operaciones se dedicaron a viviendas de segunda mano.

Estas cifras reflejan que en 2021 el mercado experimentó un incremento del 21% con respecto al año previo a la crisis sanitaria. Aunque es cierto que el inmovilismo social que generó la llegada y expansión del coronavirus en 2020 también provocó una ralentización de las transacciones en el sector inmobiliario con 1.692 operaciones de compraventa a lo largo de dicho ejercicio. De modo que, si se compara con este periodo, el aumento de la actividad en tan solo un año ha sido superior al 24%.

Ahora la situación es cambiante porque la subida de los costes energéticos ha desencadenado un aumento en el precio de la vivienda. Hasta el punto de que, según el presidente de este colegio profesional, en los últimos ocho meses se ha encarecido entre un 20% y un 23%. De modo, que en una vivienda de 200.000 euros la subida ronda los 40.000.

«No todo se debe a la guerra en Ucrania porque los precios de la luz, el gas y el gasóleo ya tenían una tendencia creciente desde hace más de un año», apunta Miguel Tovar. Sin embargo, «sí que ha supuesto un envite más fuerte y los promotores y constructores ya no pueden asumir estos sobrecostes que también afectan al transporte o a los materiales, con subidas de hasta un 40%», precisa el presidente segoviano de los agentes de la propiedad inmobilaria.

El parque de casas usadas en la provincia no ha experimentado este incremento de precios, excepto aquellas que requieren rehabilitación o reforma, motivo por el cual han acaparado el crecimiento de las ventas. Durante el pasado año, se vendieron en Segovia tres viviendas nuevas menos que en 2019; sin embargo, las adquisiciones de usadas fueron 469 más.

En la actualidad, el precio del metro cuadrado en la ciudad se encuentra en una horquilla media de entre 1.300 y 1.500 euros, aunque varía de forma considerable en función de la zona. Por ejemplo, el centro es bastante más caro que barrios como San Lorenzo. Además, hay importantes diferencias entre las calles principales y más comerciales, que son escasas, y las perpendiculares, que están muy próximas, pero pueden registrar precios entre un 40% o un 50% más bajos.

A los inmuebles nuevos suelen acceder los jóvenes que deciden emanciparse y que tras unos años en el mercado laboral compran su primera vivienda. Además, lo habitual es que den este paso en pareja y a través de una cooperativa, según pone de manifiesto Miguel Tovar. Estos últimos años, este segmento de población lo ha tenido más fácil porque «los tipos de interés han sido tan bajos que salía más barata una hipoteca que una renta, pero esto ya ha empezado a cambiar», confirma.

El perfil de los compradores de segunda mano es dispar, aunque asegura que en el sector se ha venido observando en los últimos años que se está moviendo bastante debido a la población extranjera, tanto procedente del centro de Europa, como de Marruecos o Argelia.