Los segovianos contratan un 75% menos de hipotecas que antes de la burbuja

El pasado día 6 de junio, el organismo financiero europeo anunció la primera rebaja de los principales tipos de interés de la zona euro, una reducción que no se producía desde marzo de 2016. Han pasado más de ocho años para que la tensada cuerda del precio del dinero se afloje muy suavemente, con una bajada liviana de un cuarto de punto, del 4,5% al 4,25%.

Este hilito de luz en el túnel hará que muchos hogares rehagan las cuentas y revisen sus perspectivas y su capacidad de ahorro. La medida del Banco Central Europeo afecta al índice de referencia de la mayor parte de las hipotecas, el Euríbor, que por otra parte ya había empezado a menguar hace unos meses hasta marcar el pasado mes de mayo su valor más bajo desde enero. En este sentido, la bajada de tipos implica su mayor recorte en la cuota hipotecaria desde 2021. El 0,25% de la disminución en el precio del dinero representa para los compradores que están 'atados' a un préstamo para la adquisición de una casa un ahorro de casi 19 euros al mes, aproximadamente unos 227 euros al año de media.

A expensas de que esa macroeconomía tosa o mejore las condiciones, los segovianos habían firmado en los cuatro primeros meses del año en curso -que son los datos más recientes de los que dispone el Instituto Nacional de Estadística (INE)- un total de 496 créditos hipotecarios con entidades financieras. En enero, 141; en febrero, 152; bajó el ritmo a 90 en marzo, y en abril se constituyeron 113. La mayoría correspondieron a la adquisición de una vivienda. En concreto, 408 préstamos fueron con este fin.

Si se comparan periodos idénticos, desde hace tres años no se conocía un cuatrimestre inaugural con un volumen tan bajo de hipotecas suscritas en la provincia.

¿La razón? No hay una sola. Es un compendio en el que la carestía de la vida y la pérdida de poder adquisitivo se alían con la escasez de oferta en Segovia porque la promoción de nuevas edificaciones está bastante estancada, como se queja el presidente de la Asociación Provincia de Industriales de la Construcción (APIC), Javier Carretero. Los retrasos en las concesiones de licencias tienen mucho que ver en esta parálisis de nueva obra.

Con respecto a las cifras que arrojó 2023, la variación interanual de las operaciones de crédito hipotecario que se han firmado en la provincia en el intervalo que va de enero a abril, ambos inclusive, es negativa. El descenso es del 17,7%, ya que hace un año se habían constituido más de seiscientas operaciones de este tipo a través de bancos y cajas.

La disminución en el global de las formalizaciones de esta clase de préstamos, tanto para fincas de carácter rústico, como para la adquisición en propiedad de una vivienda o un solar, se refleja también en el importe conjunto contratado. En el primer cuatrimestre del presente curso, los segovianos han suscrito hipotecas por un valor total de 62,1 millones de euros, lo que supone una reducción de este montante con respecto al mismo plazo del ejercicio anterior del 6,2%.

Por lo tanto, de estos datos publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística se sonsaca que la proporción en la que cae la cantidad de hipotecas tramitadas en la provincia no es la misma que la que arroja la rebaja internual que experimenta el importe contante y sonante resultante de esas gestiones, cuya disminución es menos acusada.

Destaca que en el mismo cuatrimestre de 2022, se firmaron más hipotecas entre enero y abril del presente ejercicio; sin embargo, el importe que sumaron entonces los créditos constituidos fue bastante inferior, quedándose en 47,8 millones de euros, en torno a catorce millones menos que en la actualidad. Esto quiere decir que los segovianos están firmando préstamos por cuantías superiores, sus inversiones son más abultadas a causa de la inflación que ha encarecido la vida.

En cualquier caso, si se amplía el enfoque de la retrospectiva, los futuros propietarios de un bien se lo piensan muchísimo más a la hora de recurrir a los bancos que en aquellos años que precedieron y cocinaron el estallido de la burbuja inmobiliaria por la sobrevaloración de la vivienda y las prácticas especulativas. Aquella espita de 2008 detonó a su vez una crisis financiera generalizada que golpeó con fuerza a las economías domésticas. Se impusieron las políticas de austeridad y los ciudadanos buscaban un nuevo agujero en los cinturones para apretar aún más las cuentas del día a día. Los hogares y una parte de la actividad económica más tradicional no se habían recuperado del todo cuando en 2020 irrumpió la doble crisis sanitaria y económica desatada por la pandemia del coronavirus.

Las entidades financieras, que han ido perdiendo sucursales desde la burbuja, también han endurecido las condiciones para acceder a un préstamo hipotecario. Por su parte, el precio medio del metro cuadrado de la vivienda en venta en la provincia, pese a dibujar una subida constante desde el pasado verano, pasando de 1.205 euros en agosto de 2023 a 1.301 en mayo del curso actual, está por debajo del que dictaba el mercado antes del pinchazo del 'ladrillo'. En septiembre de 2007, meses antes del seísmo financiero internacional, se pagaba el metro cuadrado por encima de los 1.600 euros.

Segovia también vivió su fiebre inmobiliaria. Tener una casa en propiedad era el preciado objeto del deseo. Según los datos recabados por el INE, las 496 operaciones suscritas de formalización de un préstamo hipotecario en el primer cuatrimestre de este 2024 contrastan con las 1.553 registradas en el mismo periodo de tiempo veinte años atrás. Es una tercera parte del volumen de créditos que se contrataba entonces.

En lo que va de siglo, hay cuatrimestres de apertura de anualidades que todavía experimentaron un mayor movimiento de compradores que llamaron a las puertas de las entidades financieras para convertirse en titulares de una vivienda. El del curso 2006 se lleva la palma, cuando se tramitaron con los bancos y cajas de la provincia 2.134 hipotecas, sumadas las de fincas rústicas, inmuebles, solares y otros bienes. Ahora ese volumen de operaciones hipotecarias es un 75% menor.

Dos años después, el mercado iba a saltar por los aires. Entre enero y abril de 2008 aún se constituyeron 1.838 créditos para la compra de una parcela o una casa, una cantidad que quedó reducida prácticamente a la mitad un año después, cuando los compradores segovianos suscribieron menos de 950 hipotecas.

Los importes contratados también reflejan ese contraste y el punto de inflexión. En el 'boom' del ladrillo que precedió a la crisis generalizada de 2008, los segovianos llegaron a firmar préstamos para adquirir una propiedad por un valor total de 300,2 millones de euros solo entre los meses de enero y abril de 2007. En el mismo periodo del ejercicio anterior, esa cuantía rebasaba los 298 millones, mientras que en el primer cuatrimestre de 2008, aún se suscribieron hipotecas por un monto total superior a los 283 millones de euros, según recogen los datos del INE.

Estalló la burbuja y esas cantidades menguaron a menos de la mitad. En el cuatrimestre inicial de 2009, los segovianos formalizaron con la banca créditos hipotecarios por valor de 127,3 millones de euros, un precio que está todavía por encima del que arrojan las operaciones registradas por el Instituto Nacional de Estadística en el mismo plazo de tiempo de este 2024. Los 62,1 millones de euros son casi entre cuatro y cinco veces menos que las cuantías que se firmaban antes de la crisis para comprar una casa en la provincia.