135 segovianos civiles juran bandera por Santa Bárbara

La ceremonia militar, que estuvo presidida por el general Amador Enseñat y Berea, jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, tuvo lugar en la plaza de la Reina Victoria Eugenia, antesala del Alcázar, y comenzó con los honores al estandarte de la Academia de Artillería. Tras la revista, se produjo la jura de bandera por parte del personal civil. Los ciudadanos que libremente lo habían solicitado fueron desfilando delante de la enseña nacional y mostrándole sus respetos. Curiosamente, había más mujeres que hombres; y de un amplio abanico de edades, de jóvenes a mayores.

La alcaldesa de Segovia, Clara Martín intervino después, en representación de todos el pueblo segoviano, para felicitar al Arma de Artillería por la festividad y la conmemoración de la patrona y poner de manifiesto los lazos «de amistad y convivencia» que existen entre la ciudad y la Academia de Artillería. Martín subrayó el simbolismo que la jura de bandera popular atesora: «Representa la unión, el sentimiento identitario de pertenencia, de compromiso, de amor a España y a los españoles», y citó a Lord Byron -«El que no ama a su patria no puede amar nada»- antes de afirmar que la bandera «simboliza los valores constitucionales que nos hacen libres e iguales ante la ley, porque no se puede ondear la bandera de España sin respetar la igualdad entre hombres y mujeres o despreciando al diferente». Los jurandos expresaron su firme compromiso con la defensa de España, su unidad, su soberanía, su independencia y sus valores democráticos.

Acto seguido, tuvo lugar la imposición de condecoraciones, de las medallas conmemorativas del quinto centenario de la proclamación de Santa Bárbara como patrona de la Artillería española y la entrega de los títulos de Artilleros de Honor, que esta año han recaído en Ángel Luis Miguel Martín, personal laboral al servicio de la administración militar, en reconocomiento a su trabajo «ejemplar» como profesor de Inglés de la Academia de Artillería, y en Pablo Martín Torres, igualmente personal laboral, por sus más de veintiséis años consagrados al mantenimiento de las instalaciones del centro militar.

El coronel director de la Academia de Artillería, Rafael de Felipe, también se refirió, en su alocución, al la jura de bandera del personal civil: «Los ciudadanos que hoy han honrado el Estandarte nos han recordado que el orgullo de ser español y el compromiso de servir a nuestra nación no es exclusivo de quienes hemos elegido el oficio de soldado como forma de vida. Si el acto ha sido emotivo para los jurandos, no lo ha sido menos para los militares que aquí formamos», dijo.

El solemne homenaje a los caídos se desarrolló delante del Monumento a Daoiz y Velarde, obra del escultor Marinas. La alcaldesa y el jefe del Estado Mayor del Ejéricto de Tierra depositaron en el jardín que circunda el conjunto escultórico una corona de laurel. El canto del Himno de los Artilleros y el desfile cerraron la mañana, que hacía comenzado tres ahoras antes con una misa solemne en la iglesia de San Miguel. La formación, al mando del teniente coronel Guerrero Corbacho, estaba integrada por estandarte, escuadra de batidores, unidad de música del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº1 y la unidad de alumnos con alféreces alumnos de la escala de oficiales y sargentos, y caballeros y damas alumnos de la escala de suboficiales. Durante el acto, hubo dos desmayos entre los integrantes de la formación, sin mayores consecuencias.