

Secciones
Servicios
Destacamos
claudia carrascal
Segovia
Domingo, 21 de junio 2020, 13:30
Problemas de salud, económicos, riesgo de despido del trabajo, incertidumbre y mucha angustia. Esta es la situación en la que se encuentran al menos ... cincuenta residentes en Segovia que se han quedado atrapados en diferentes partes del mundo a causa de la pandemia. Solo tienen un objetivo, regresar a sus hogares lo antes posible, pero el cierre de fronteras no se lo está poniendo nada fácil. La mayoría se encuentran en países de Latinoamérica, entre ellos Colombia, Brasil, México Honduras y Ecuador, aunque también hay quien se ha quedado atrapado en África o Australia.
Desde que comenzó la crisis sanitaria las compañías aéreas no han dejado de posponer la fecha de los vuelos internacionales y ni siquiera ahora, que ha concluido el estado de alarma en España, tienen asegurado su regreso. Según el presidente de la Asociación Segoviana de Agencias de Viajes (ASAV), Luis Patiño, esto se debe a que no todos los países se encuentran en la misma situación con respecto a la pandemia. «En Sudamérica están como nosotros hace un mes y, por ejemplo, en Perú ya han dicho que no habrá vuelos internacionales hasta agosto», indica. Por eso, mientras sus aeropuertos permanezcan cerrados las opciones de salir del país son mínimas.
Por otra parte, Patiño atribuye esta incertidumbre a la reducción de servicios por parte de las aerolíneas. «Algunas de las más grandes, como Iberia, han anunciado que solo operarán con poco más del 20% de su programación habitual en un mes de temporada alta como es julio y esto incluyendo las comunicaciones mínimas». A su juicio, esta decisión es comprensible porque no les sale rentable volar con los asientos vacíos, ya que la demanda es muy limitada.
Con este panorama, cree que no será hasta el mes de agosto cuando todos los viajeros que se encuentran atrapados en sus países de destino estén de nuevo en Segovia, aunque «algunos tendrán más suerte y podrán volar en julio», apostilla. Eso sí, a pesar de las numerosas modificaciones que están sufriendo los vuelos, si viajan en las fechas que proponga la compañía no tendrán que asumir ningún coste adicional.
En cuanto a los vuelos de repatriación, considera que «han funcionado bastante mal» porque no han sido accesibles para todos los pasajeros interesados y en ellos viajaba gente de diferentes partes de Europa. Además, se les cobraba un nuevo billete cuando las compañías aéreas todavía no han reembolsado el importe abonado por el pasaje cancelado.
«No es que no nos movilicemos, es que estamos atados de manos y pies. No hay nada que podamos hacer». Así comienza su desesperado relato Ercilia Salas, una ecuatoriana que reside en Segovia desde hace años y a quien la pandemia ha dejado atrapada en su país natal. Llegó a Ecuador a finales de febrero, cuando todavía no se intuían las consecuencias mundiales del coronavirus. «Desde hace cuatro o cinco años vengo a Ecuador todos los años porque mi padre estaba enfermo y quería verlo. El año pasado vine para el funeral y en esta ocasión tenía que solucionar diversos trámites antes de que se cumpliera el año de su fallecimiento, ese ha sido el motivo de mi viaje».
Ercilia viajó con su madre y tenían programado el avión de regreso a España para el 28 de marzo, un vuelo que nunca llegó a despegar. Desde entonces la compañía aérea ha retrasado la fecha de salida hasta en cuatro ocasiones. No obstante, ahora tienen puestas todas sus esperanzas en el 3 de julio, día en el que, si no hay más cambios, podrán volver a su casa después de cuatro meses.
Contactar con la Embajada de España no ha sido fácil. Después de numerosas llamadas y correos electrónicos solicitando su repatriación, se la denegaron tanto a ella como a su madre. «Como teníamos familia y alojamiento aquí en Ecuador, no éramos prioritarias. Además, me indicaron que este tipo de vuelos eran para españoles de nacimiento y no de nacionalidad, como es mi caso». Asimismo, le dijeron que darían prioridad a personas que requirieran atención médica, de avanzada edad o embarazadas.
Aunque no se encuentra en ninguna de estas situaciones y, afortunadamente, tiene un techo bajo el que alojarse, insiste en que su único deseo es llegar a casa porque «esto no son unas vacaciones, es una pesadilla». Trabaja en una empresa que no ha cesado su actividad en ningún momento, de hecho, «se encuentra más desbordada de lo habitual, haciendo turnos incluso los fines de semana». Con el fin de facilitar su regreso a España y su reincorporación al trabajo, le mandaron un salvoconducto que, sin embargo, la Embajada no ha tenido en cuenta para su repatriación.
Admite que su empresa se ha portado muy bien. «Entienden que no es mi culpa y que no puedo hacer más, pero tengo miedo que con el fin del estado de alarma en España mi trabajo peligre. Esto se está alargando demasiado y no me puedo permitir perder el empleo con el que puedo ayudar a subsistir a mi familia de Ecuador», subraya. Su madre, por el contrario, sí que ha perdido su trabajo, cuidaba a una señora de avanzada edad y al alargarse su regreso la familia se vio obligada a contratar a otra persona de forma permanente. «Esto se ha vuelto insostenible el dinero se nos acaba y la mayor parte de mi familia de Ecuador se ha quedado sin trabajo a causa de la pandemia. Aquí se vive al día, si un día trabajas comes y si no, nada. Además, a mi sobrino, que está una tienda de motos, le han reducido el sueldo a la mitad, ahora solo cobra 230 euros al mes. Con eso es imposible vivir y yo tengo que asumir los gastos y facturas de España y de Ecuador», reitera angustiada. Hasta el punto de que admite haber pasado por una depresión, «porque la situación es insostenible».
Ercilia critica que la desesperación de gente como ella esté abriendo la puerta a las estafas. Estuvo a punto de comprar un billete de regreso en un vuelo chárter que supuestamente salía el 14 de junio. «No podíamos regresar las dos porque cada pasaje costaba 870 euros y no podíamos conseguir el dinero, pero habíamos acordado que primero volvería yo y en cuanto pudiese traería de regreso a mi madre». A pesar de la insistencia porque ingresara el dinero cuanto antes para asegurarse una plaza, Ercilia decidió hacer caso a los consejos de la Embajada y de la agencia, Viajes Patiño, que le recomendaron no pagar hasta que el vuelo no fuese oficial y contara con todos los permisos. «Afortunadamente les hice caso porque ese avión nunca salió y yo habría perdido mucho dinero», reconoce.
Viajó a Guayaquil (Ecuador) el 4 de marzo porque operaban a su hija y tenía la vuelta para el 7 de abril. Dos meses y medio después Blanca León sigue allí y reconoce estar desesperada. Según la última información que le ha proporcionado la agencia de viajes, su compañía aérea no retomará la ruta entre Ecuador y España hasta el próximo 21 de julio, por lo que la espera todavía será larga.
Su principal preocupación es su estado físico. «Tengo 68 años y muchos problemas de salud, pero sigo atrapada. He perdido varias consultas médicas y no sé qué hacer», lamenta. Recibe tratamiento oncológico y tiene otras patologías, como diabetes, hipotiroidismo e hipertensión. Con la intención de ser previsora llevó medicación para dos meses, pero en ningún momento imaginó que su estancia en Ecuador se alargaría durante tanto tiempo. «Mis hijas me mandan dinero, pero aquí las medinas son muy caras, más del doble que en España, y algunas ni siquiera las tienen», apostilla.
Blanca reside en España desde hace 20 años y aunque regresa a su país natal una vez al año, como mucho cada dos, esta ha sido la visita más triste que recuerda. «Me ha dado una pena inmensa ver mi país en este estado. Muertos tirados por la calle, niños pidiendo caridad y gobiernos corruptos». Además, con su delicada salud su estancia está siendo más problemática, lleva tres meses sin poder salir de casa y es que «si este virus es muy grave en cualquier parte del mundo, aquí lo es más porque ni el sistema sanitario ni el país están preparados para algo así».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.