Un segoviano, eliminado en el primer programa de la décima edición de MasterChef

Ser el primer expulsado de MasterChef no es plato de buen gusto, pero alguien tiene que ser y en esta décima edición del programa el primero ha sido Alberto Alonso, Berto, un segoviano de 24 años de Gomezserracín. Berto trabaja como dependiente y ya intentó entrar en el programa en la edición anterior, pero se quedó a las puertas. Esta vez pasó la prueba y logró el delantal blanco, haciendo realidad su sueño. No fue fácil, Samantha Vallejo-Nágera le dio un sí, Pepe Rodríguez no estaba tan convencido y finalmente recibió el voto favorable de Jordi Cruz. Con emoción y lágrimas, Berto dio rienda suelta a su alegría viviendo un momento accidentado junto a su abuela, protagonizando una de las escenas más comentadas en las redes sociales.

Pero no duró mucho. La primera prueba de exteriores se celebró en la Plaza de Colón de Madrid, con récord de comensales, hasta 240 personas. Tras esta prueba llegó el primer reto eliminatorio de la temporada y los aspirantes tuvieron que preparar, en 75 minutos, un plato con la sangre de cerdo como protagonista. Para ayudarles, el chef Francis Paniego (3 soles Repsol) les dio algunos consejos y les ha mostrado algunos platos con la sangre como ingrediente principal.

Su plato, un brownie dulce hecho con sangre con una salsa de chocolate y un cloulois de frutos rojos, no convenció al jurado. «He visto chalecos antibalas más blandos», comentó Pepe Rodríguez. «Creo que te falta un poco de humildad gastronómicamente hablando», añadió Samantha Vallejo-Nágera, mientras que Jordi Cruz apostilló que «generas unas expectativas que luego no cumples. Decepcionante», sentenció. El jurado valoró sus intenciones, «pero la ejecución ha sido terrible»,

Berto se convirtió así en uno de los candidatos a abandonar el programa junto con Giraldo e Iván. Finalmente, el segoviano fue el primer expulsado de esta décima edición de MasterChef. El segoviano culpó a los nervios de no haber podido salvarse. «No quiero pucheros, no quiero llantos», dijo ante los aplausos de sus compañeros. «Me llevo algunas personas maravillosas, gente del equipo y la experiencia. No es un fracaso», aseguraba antes de colgar su delantal. Para el segoviano, haber superado el durísimo casting ya es todo un logro.