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Dani Plomer intenta marcharse de dos rivales del Sanse. Juan Martín (Gimnástica Segoviana)
La crónica

Una Segoviana de más a menos pasa del perdón al susto

Los de Ramsés salvan un punto en casa de uno de los favoritos, pero ven alejarse al líder

Domingo, 8 de octubre 2023, 17:15

La Gimnástica Segoviana se ganó a pulso un punto en casa de uno de los favoritos al ascenso a Primera RFEF. Pudieron ser tres, pues los de Ramsés Gil firmaron una gran primera parte. Pero también cero, pues el San Sebastián de los Reyes ... fue a más tras el descanso y tuvo las ocasiones más claras. Es el tercer empate en tres desplazamientos del cuadro azulgrana, que sigue invicto tras seis partidos y se mantiene en puesto de 'play off' pese a que ve alejarse al Talavera, líder, y cómo le supera el Adarve, su próximo rival en La Albuera. Los otros dos imbatidos del grupo V hicieron buenos sus empates con victorias, el siguiente escalón que debe subir el conjunto segoviano, la diferencia entre el notable y el sobresaliente.

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Sanse

Jagoba, Saúl, Josín, Mayorga, Ismael, David, Miki (Pablo min 78), Perero (Yael min 78), Ces Cotos (Binke min 93), Macho (Juanjo min 60) y Arasa

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Segoviana

Carmona, Silva, Abel Pascual, Javi Marcos, Rubén, Juan de la Mata (Astray min 62), Plomer (Arranz min 83), Manu, Fer Llorente (Ivo min 76), Merencio (Arévalo min 62) y Javi Borrego (Hugo Díaz min 76)

  • ÁRBITRO: Lluís Balle Reus (comité balear). Amonestó con amarilla a Arasa por el Sanse y a Silva, Plomer y Manu por la Segoviana. Expulsó con roja directa a Nacho Gonzalo, preparador físico azulgrana.

  • INCIDENCIAS: Encuentro de la sexta jornada del grupo V de la Segunda RFEF, diputado en el estadio José Luis de la Hoz (Mataiñonera) de San Sebastián de los Reyes, con la presencia de aficionados gimnásticos.

Matapiñonera, un fortín hace dos temporadas en Primera RFEF –apenas cosechó una derrota–, perdió su aura el año pasado, el del descenso de los madrileños, y este curso ya fue tomado por el San Fernando. Y la Sego, a diferencia de otros campos aciagos al otro lado de la sierra, tiene un buen recuerdo, su victoria en 2017, también en el primer domingo de octubre. La baja de Segovia condicionó de nuevo el dibujo de Ramsés, que esta vez optó por un dibujo más dinámico que poderoso en el juego aéreo: en lugar de Astray, titular en el empate sin goles ente el Mensajero, optó por Borrego como falso nueve y fio el juego a las prestaciones de Plomer y Merencio, a banda natural, una izquierda en la que sube sus prestaciones.

El Sanse intentó dominar de salida y dio el primer aviso cuando apenas se habían jugado tres minutos en una falta lejana de Saúl que limpió el lateral derecho de la red de Carmona. Los madrileños asumían el riesgo en la creación, con su portero y defensas tocando en área chica como si aquello fuera fútbol sala. Una receta que su entrenador, Pablo Álvarez, ya aplicó en el Navalcarnero con peores jugadores. El 'campazo', que diría Ramsés por las dimensiones y el estado del césped, ayuda. La Segoviana no se amilanaba y apretaba las tuercas a los locales en la presión. Era un partido al límite: de la inminente recuperación segoviana al pase que rompía líneas y dejaba a los madrileños con ventaja en campo rival.

El Sanse amenazaba con los pases de Ces Cotos a Perero, buscando la espalda de Rubén, que mantuvo el tipo. O con la lucha de Arasa, que le ganó algún duelo a Javi Marcos, ausente por suspensión la semana pasada. Simples picotazos sin veneno que la Sego domesticó con posesión. La cabalgada de Silva, que llegó algo forzado a los primeros metros del área para castigar a la adelantada defensa local, avisó de las prestaciones azulgranas. Como la falta que sirvió Fer Llorente, que tiene en San Sebastián de los Reyes una de sus embajadas en su ilustre carrera por el fútbol nacional, con tensión al primer palo. Uno de esos envíos unos diez metros por delante del círculo central que tantos problemas crearon el año pasado.

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De la Mata y Manu acompañaban a Llorente en el dibujo más sólido que ofrece la Segoviana en sala de máquinas. Y se notó, tanto en los repliegues –apenas había contras– como en el dominio. No había ocasiones clamorosas, pero disparos tímidos como el de De la Mata servían para encender a los fieles de aficionados segovianos. La banda izquierda de Merencio protagonizaba la mayoría de las hostilidades, pero la acción más clara la tuvo Plomer, quien cruzó demasiado un dosparo en una gran transición a pocos toques de los azulgrana. Jagoba mantenía la portería local a salvo pese a que se le acumulaba el trabajo. La última tarea del primer tiempo se la dio Merencio con un latigazo centrado tras una falta sacada en corto junto al balcón del área.

La Sego volvía de vestuarios con un marcador que no reconocía sus méritos y estuvo cerca de empeorar sus previsiones porque el Sanse empezó a correr. El riesgo de dominar los partidos está en las transiciones y un rival con talento tiende a encontrar la llave para abrir la celda. Arasa pasó de mascota a felino hambriento y empezó a causar estragos. Suya fue la mejor ocasión del partido, un balón raso con lacito al punto de penalti tras una incursión de Saúl, pero la mandó alta. El delantero no solo finalizaba, también conducía. Así habilitó a Ismael, que remató con la pierna mala y su disparo raso no cogió portería.

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Superado el primer susto, llegaron los cambios. Ramsés mejoró con Astray sus opciones en el juego aéreo y relevó a Merencio por las piernas frescas de Arévalo. Y el siguiente puñetazo fue azulgrana, con una transición que desembocó en Borrego; el salmantino optó por pegarla desde la corona del área y estuvo cerca de coger la escuadra. Se echó las manos a la cara porque la vio dentro. Lo mismo le ocurriría minutos después a Javi Marcos, que cabeceó como pudo uno de esos proyectiles lejanos de Llorente a balón parado. Bastante hizo con desviar la trayectoria, pero no estuvo lejos de hacer bingo.

Ambos parecieron darse una tregua antes del último asalto, hasta que Arasa se cansó. El atacante subió las revoluciones con una arrancada letal y encontró el pase perfecto entre línea para Juancho, que se coló entre los centrales para plantarse ante Carmona. Ahí tuvo el partido el cuadro local, pero su disparo se estrelló en el palo. No se vino abajo y siguió inquietando en cuanto cogía el balón con espacios. Mientras, Ramsés confiaba en el instinto de Hugo Díaz para resolver alguna jugada suelta o en la velocidad de Arranz, que relevó a Plomer. Pero el duelo murió en área azulgrana, con Pablo remachando a bocajarro y la defensa azulgrana, sólida en el juego aéreo, salvando los últimos córners para asegurar un punto valioso.

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