Segovia ultima un parque micológico de más de 53.000 hectáreas para 2025

El parque segoviano se suma a otros dos ya existentes en Micocyl –Montes del Noroeste Zamorano, con 21.326,02 hectáreas y el salmantino, Sierras de Francia, Béjar, Quilamas y El Rebollar, con 57.804,97–, una figura que lidera Soria en la región, una provincia que ha crecido por sí sola y tiene su propio. La Junta cita en el decreto 31/2017, que regula el aprovechamiento micológico, su compromiso para crear una red de parques para reforzar la vigilancia y hacer promoción turística. Lo que convierte a un acotado normal en parte de un parque es su facilidad para la recolección y el interés de su variedad de especies. El parque de Ávila está también ultimando sus preparativos.

El modelo soriano partió de un sistema de permisos solidario con bonificación para los locales, la base que Micocyl, un modelo de gobernanza micológica impulsado inicialmente por un grupo de acción local de Almazán y que aúna a propietarios, asociaciones, recolectores, trasladó a otras provincias. Su coordinadora, Montserrat Ganado, explica el éxito de la provincia por el todos a una de Fuenteovejuna: el acompañamiento de muchas entidades públicas, la apuesta privadas desde la restauración a los alojamientos y una gran superficie –hasta 127.909,88 hectáreas– que da comodidad al turista frente a otras provincias con muchos acotados poco definidos. «La gente, aunque tenga que pagar, quiere la seguridad de estar en zona en la que no le van a multar».

Para entrar en el parque, cada ayuntamiento debe aprobar en pleno su pertenencia durante al menos tres años, un proceso iniciado tras la pandemia que se dilató en algunos pueblos por los cambios en el gobierno local. Tras un proceso de exposición pública, el proceso concluye con la firma del consejero y su publicación en el BOECYL, el Boletín Oficial de la región, un trámite que Micocyl prevé completar a lo largo de 2025 para tener el modelo en marcha en la siguiente campaña otoñal.

El parque incluirá tres acotados. Por un lado, el mayoritario, el principal impulsor del parque, Montes de Segovia (el 50.002), con 41.062,36 hectáreas repartidas en 27 términos municipales: Aldealengua de Pedraza, Ayllón, Boceguillas, Casla, Castro de Fuentidueña, Castrojimeno, Castroserracín, Cerezo de Abajo, Cerezo de Arriba, Duruelo, El Espinar, Fresno de Cantespino, Matabuena, Miguelañez, Navafría, Torreval de San Pedro, Navalilla, Navares de En medio, Ciruelos, Pradales, Riaza, Ribota, Riofrio de Riaza, Santo Tomé del Puerto, Sequera del Fresno, Torre Val de San Pedro y Torreadrada. Más los pertenecientes a las Comunidades de Villa y Tierra de Pedraza, Fresno de Cantespino, Sepúlveda, Segovia y la que forman Migueláñez, Domingo García y Ortigosa de Pestaño.

A él se sumarán las 10.563,13 hectáreas de los Montes de la Comunidad de Castilla y León en Segovia (el 50.005); es decir, de la Junta. Sus municipios son: Ayllón, Basardilla, Cerezo de Arriba, Sotosalbos, Torre Val de San Pedro, Castillejo de Mesleón, Castroserracín, Collado Hermoso, La Losa, Palazuelos de Eresma, San Ildefonso, Santo Domingo de Pirón, Santo Tomé del Puerto y Trescasas. El último añadido es el Acotado 50.008, de Samboal, con 1.576,6 hectáreas.

La coordinadora pone en valor un tipo de turismo responsable. «Hay algunos que les entra miedo, parece que les van a invadir los montes. El micoturista no es el que esquilma el monte; viene, se da un paseo, come, se aloja y marcha tan contento hablando bien de tu pueblo. Viene a respirar y si encuentra una seta, tan contento, pero no son los que vienen a llenar la cesta o el maletero». Un perfil de procedencias variadas al que no le importa viajar –Soria recibe de País Vasco o Cataluña– y que en Segovia se concentra fundamentalmente en Madrid. Frente a cuadrillas de recolectores que se mueven por la región en busca de zonas fértiles. «Yo siempre insisto que detrás de esa gente hay una empresa comprando esas setas».