Segovia registra uno de sus mejores datos de agua embalsada de la última década

La preocupación por la cruenta sequía que amenazaba durante los últimos meses parece haberse disipado, por el momento, en la provincia. Mientras que algunos de sus embalses están ya al límite de su capacidad, lo que obliga al continuo alivio de agua, otros mantienen la tendencia creciente en su nivel de reservas. En su conjunto, los principales pantanos de Segovia están al 86,4% de su capacidad cuando la media regional apenas alcanza el 69% y la nacional se rebaja al 51,7%, según recoge el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

La suma del agua contenida por el pantano del Pontón Alto, entre Segovia, Palazuelos del Eresma y el Real Sitio de San Ildefonso; el embalse de Linares del Arroyo, en Maderuelo; la presa de Burgomillodo, en Carrascal del Río; y la de Las Vencías, cerca de Fuentidueña, supera los 70 hectómetros cúbicos. Esto supone un 27% más que en la misma semana del periodo anterior y, a su vez, son siete puntos por encima de la media de la última década.

La cantidad de agua embalsada actualmente es la misma que se registraba a finales de mayo de 2022, cuando se alcanzó el máximo retenido en el transcurso de doce meses en los que se observaron más números en rojo que en verde. A su vez, es el mejor dato del actual curso hidrológico desde su comienzo en octubre. Los primeros repuntes llegaron a mediados de diciembre debido a un temporal de intensas y constantes precipitaciones, que incluso obligaron a activar la alerta por la crecida del cauce del río Eresma a su paso por la ciudad.

Desde ese momento, la tendencia de acumulación de agua ha sido positiva. Esta situación explica que el Pontón Alto permanezca al cien por cien de su capacidad de 7,40 millones de metros cúbicos, de forma consecutiva, desde finales de noviembre. Este embalse abastece a Segovia capital y localidades aledañas aun cuando es el de menor capacidad de todos los gestionados por la CHD. De este modo, el agua almacenada está al borde de los límites del pantano desde hace cuatro meses. El 3 de diciembre comenzó a soltar litros por los aliviaderos en previsión de las avenidas.

En los últimos días no se han expulsado grandes cantidades. El ritmo medio de salida de agua de la última semana es de 5,4 metros cúbicos por segundo, una décima más respecto al volumen de entrada a la presa. Esto puede atribuirse al nivel de precipitaciones recogidas en el actual año hidrológico, que alcanza los 243 litros por metro cuadrado y que está por debajo en la comparativa general con los demás pantanos regionales.

Las lluvias de los últimos días, así como los deshielos tardíos, han permitido que en el otro extremo de la provincia el embalse de Linares del Arroyo presuma de su tendencia ascendente en el número de hectómetros cuadrados que alberga. Su capacidad máxima es siete veces superior al Pontón Alto y se establece en los 55 millones de metros cúbicos. La reserva actual supera el 83% y evoluciona de forma positiva, de un modo similar al ejercicio de 2019-2020.

Así se hace visible la recuperación de los valores tras quedar relegados a mínimos durante los dos últimos meses del año pasado, con tan solo 20 hectómetros cúbicos almacenados. No se registraban cifras tan bajas desde 2017, cuando anotó quince, en un periodo conocido como 'sequía ibérica' que se acrecentó durante el otoño y fue la má grave de los últimos dos decenios.

Afortunadamente, a principios de enero las lluvias y primeras nieves contribuyeron a que la situación remontase con un drástico aumento de las reservas. Si bien es cierto que en febrero se estabilizó, el porcentaje de agua embalsada crece por décimas cada semana. En esta última, el volumen ha aumentado un 0,9% hasta los 47 hectómetros cúbicos y se almacena la práctica totalidad de los litros que entran, cuya media semanal se concreta en los dos por segundo.

No sucede lo mismo en el pantano de Burgomillodo o Las Vencías, ambos de menores dimensiones que el de Maderuelo. El primero, con una capacidad de 14 hectómetros cúbicos, permanece al 85,7%. Sus últimas actualizaciones presentan valores negativos y la tendencia es semejante a la de los últimos diez años, cuando los repuntes se concentran históricamente a mediados de abril. Por su parte, Las Vencías prosigue invariable respecto a los últimos meses, con una reserva de cuatro millones de metros cúbicos.

La CHD analiza esta situación con grandes expectativas. «El agua embalsada está dentro de la media de la última década y es superior al año pasado», se alegra su director técnico, Alejandro Barriuso. Con excepción de los sistemas del Pisuerga y Bajo Duero, donde se presentan más dificultades por los daños colaterales de la sequía, «la campaña de regadío está garantizada». Las juntas de explotación celebrarán reuniones esta semana y la siguiente para acordar su inicio.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no prevé lluvias para los próximos días en la provincia. Pese a ello, «los niveles de reserva en los embalses estatales de la cuenca del Duero permiten ser bastante optimistas», remarca Barriuso. Esto significa que, por el momento, no habrá restricciones en el uso del agua y, si la tendencia continúa, el verano será prolífico tanto para el abastecimiento a las localidades como a los regadíos.