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No hay clínicas acreditadas o concertadas ni hospitales, ya sea públicos o privados, que practiquen abortos en Segovia. Esta situación ha obligado por segundo año consecutivo a más de 200 mujeres residentes en la provincia a viajar a otras ciudades para interrumpir su embarazo, lo ... que se traduce en un aumento del 30% en tan solo cinco años, pese a que es el territorio que acumula mayor tasa de intervenciones en Castilla y León. La gran mayoría de las pacientes que se someten a un aborto lo hacen por decisión propia.
Las interrupciones voluntarias del embarazo que se notificaron en la provincia en el ejercicio de 2022, cuyos datos actualizados se publicaron hace tan solo unas semanas, suponen más del 7,6% del conjunto regional. La mayor parte de los abortos que se llevaron a cabo en estas fechas se distribuyen entre Valladolid (22,5%), León (17,9%) y Burgos (15,3%). Sin embargo, si se tiene en cuenta la proporción de intervenciones que se realizan en relación a la población, Segovia supera todas las marcas.
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La comunidad autónoma registró 1,19 abortos por cada 1.000 personas, mientras que la provincia se situó por encima de la media regional, con una tasa de 1,39 interrupciones del embarazo. Estuvo seguida por Soria (1,32) y en el lado opuesto se ubicó Ávila (0,98). Incluso superó a otros territorios de tamaño similar, como Teruel (0,91) o Huesca (1,23), aunque se alejó con creces de Cuenca (1,54).
Fueron un total de 216 mujeres censadas en Segovia las que solicitaron interrumpir su embarazo en 2022. Es el equivalente a un aborto cada 40 horas, lo que supone una cifra superior a la anotada por Zamora (204), Palencia (170) o Ávila (158), incluso cuando tienen un padrón más amplio. Junto a las vecinas de Soria, ninguna de ellas pudo cumplir con esta decisión en su lugar de residencia. Estas cinco provincias no han informado de abortos al menos desde 2010, lo que significa que las interesadas han tenido que ser derivadas a otros puntos del mapa nacional para someterse al procedimiento.
El 37% de las mujeres pagó por este tipo de intervención, cuyo coste va desde los 200 a 1.500 euros según la edad gestacional de la paciente. El resto optó por la financiación pública aunque fuese a través de un concierto con la sanidad privada. Todas aquellas que eligieron esta segunda alternativa acudieron a una clínica dentro de Castilla y León, salvo una excepción. Por otro lado, dos de cada diez segovianas prefirieron trasladarse fuera de la región, hasta convertirse Madrid en el principal destino, sobre todo para las pacientes con cita en clínicas privadas.
La imposibilidad de poder ejercer el derecho al aborto en Segovia se debe a que la plantilla de ginecólogos del Hospital General se ha acogido al completo a la objeción de conciencia, lo que también se constituye como un derecho fundamental. Es decir, los propios profesionales son los que se niegan a ejecutar estos procedimientos.
La demanda de interrupciones del embarazo está lejos de estabilizarse. De hecho, en los últimos cinco años ha experimentado un repunte de más del 30%. No se llegan a los niveles de 2011, en plena crisis económica, que ostenta el récord de solicitudes para someterse a esta práctica al alcanzar las 285. Tampoco está en los mismos niveles de 2008, cuando se conocieron 263 peticiones; o 2013, con 247. Pero el dato no deja de crecer por tercer año consecutivo, ya que la pandemia supuso un punto de inflexión, y escala a la primera posición en relación a la última década. El último valor similar se apuntó en 2007, justo antes de tener lugar el mayor incremento del número de abortos de la serie histórica.
Si se compara con el año anterior, Segovia se coloca en quinta posición a nivel de incremento, al elevarse un 7% las interrupciones voluntarias del embarazo que se han notificado. Llama la atención que sea a su vez la provincia líder en la tasa más alta de procedimientos realizados según el grupo de edad, ya que se contabilizaron cerca de 16 intervenciones por cada 1.000 mujeres de entre 30 y 34 años. Este fue el rango que registró un porcentaje más elevado cuando en el resto de los territorios de la región fueron más numerosos los abortos entre las mujeres de 20 a 24 años.
Aun así, en la provincia abortaron más veinteañeras (98) que treintañeras (88). A ellas se suman 19 segovianas de entre 15 y 19 años que interrumpieron su embarazo. Y aunque no hubo ninguna solicitud emitida por una mujer de menos de 15 años, a partir de la década de los 40 se cuantifican once intervenciones
Del total de mujeres que decidieron abortar, el 40% lo hizo hasta la séptima semana de gestación, por lo que 87 fueron candidatas a la interrupción por medio de un tratamiento farmacológico. En la mayoría de los casos, los métodos fueron instrumentales o quirúrgicos, que requieren anestesia local y, en algunos casos, sedación. La práctica totalidad de los abortos se realizaron por medio de dilatación y aspiración.
A partir de la semana 14 de gestación, los procedimientos son menos habituales (20), pues solo se permite el aborto bajo justificación médica. Con posterioridad a las 22 semanas, esta intervención solo es posible por anomalías o enfermedades fetales incompatibles con la vida. En Segovia hubo tres casos en este lapso temporal, uno de ellos en el último mes de gestación. Otras interrupciones responden a la existencia de riesgos de anomalías en el feto (13) o embarazos que arriesgan la vida de la mujer (17), aunque el 84% se ejecutan por petición expresa de la interesada.
Hay un amplio abanico de situaciones que llevan a las segovianas a demandar este procedimiento y, entre las solicitantes, existe un perfil. En su mayoría, son jóvenes que no han abortado anteriormente, trabajadoras por cuenta ajena -se conocen 54 casos de personas desempleadas y 19 de estudiantes-, tienen estudios hasta el Bachillerato o superiores y, en un amplio porcentaje, residen en la capital. El 42% vive en pareja, el 35% con padres o familiares y el 15%, en solitario.
La mitad de las empadronadas en la provincia que interrumpieron en 2022 voluntariamente su embarazo no utilizaba anticonceptivos. El 30% empleaba métodos de barrera y el 20%, hormonales. Asimismo, más del 73% de las personas que abortaron lo hicieron por primera vez, el 22% ya se había sometido a una intervención previa y dos personas acudieron a este procedimiento al menos por cuarta vez.
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