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Javier Moratalla es desde 2014 el presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Segovia Maksra, la organización que impulsa y coordina la acogida estival de menores saharauis en Segovia. El programa Vacaciones en paz es una de las iniciativas solidarias más veteranas, ... con más de 30 años de trayectoria y cientos de niños del Sáhara Occidental que han creado vínculos emocionales con familias de toda la provincia a lo largo de estas décadas.
El propio presidente ha acogido a quince niños y niñas en los 24 años que lleva colaborando; ahora pasa el verano con un menor saharaui de 5 años en su pueblo, Fuentesaúco de Fuentidueña. «Para ellos es un aprendizaje muy importante: otra forma de vivir, otra cultura. Por ejemplo, aquí hay más normas y, digamos, más ataduras a la hora de salir a la calle o jugar por nuestro propio modo de vida, los coches, las aglomeraciones…».
Moratalla reconoce que «cada vez es más difícil encontrar familias de acogida, y no se entiende muy bien por qué, ya que las experiencias de todos estos años no pueden ser más positivas». Los diez menores que pasarán este verano en la provincia conforman uno de los grupos menos numerosos de los últimos años y siete de ellos ya no podrán repetir el próximo.
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Pero no es la única dificultad que afronta: el presupuesto de la asociación es muy escaso, debido a la parquedad de los apoyos institucionales. «Segovia es de las provincias con menos ayudas para el programa Vacaciones en Paz. En otros lugares dan más apoyo y de forma más regular. Aquí el Ayuntamiento dejó de firmar el convenio, como ya ocurrió hace años con la Diputación. Aunque parece que ahora se ha aprobado una moción de IU para renovar el soporte municipal y no tener que entrar en concurrencia, después de tantos años de trayectoria», dice el presidente.
El mayor gasto en el que incurre la Asociación para llevar a cabo el programa es el traslado desde Tinduf. «Suele estar alrededor de los 700 euros por niño, viaje de ida y vuelta en un avión que tenemos que alquilar entero, con aproximadamente 150 plazas», explica.
Moratalla cree que detrás de la insuficiente ayuda económica por parte de las administraciones aparece una cierta insensibilidad con la situación que vive el pueblo saharaui. Preguntado por el cambio de postura del Gobierno español, que sorpresivamente llevó a considerar la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como «la base más seria, creíble y realista» para la resolución del conflicto, asegura con rotundidad que «el pueblo saharaui se siente traicionado, una vez más», sentimiento que ya afloró con la no celebración del referéndum de autodeterminación que contaba con el respaldo de la ONU.
Recuerda que «aún hay muchos saharauis que siguen teniendo DNI español, que son ciudadanos españoles, por ejemplo muchos de los abuelos de los niños que traemos durante el verano» y apela a la solidaridad y a la comprensión de los ciudadanos por encima de la que muestren los gobiernos de turno.
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