Segovia, la provincia que mejor resistirá la despoblación

El liderazgo segoviano en la clasificación de crecimiento demográfico de la comunidad autónoma para la próxima década era difícil de prever. Sobre todo tras la sucesiva pérdida de habitantes registrada después de la crisis económica de 2008, cuando el marcador empezó a descontar residentes en la provincia por decenas. En 2019, el censo poblacional tocó fondo, ya que apenas se alcanzaban los 153.200 inscritos.

A raíz de la pandemia, la situación demográfica en Segovia empezó a mejorar, hasta el punto de convertirse en el territorio abanderado del empuje del padrón a escala regional. Esto se debe a que, según el análisis estadístico, Castilla y León perdería un 0,71% de residentes en 2039. Es una cifra negativa, pero la caída es más ligera en relación a los pronósticos incluidos en estudios y estadísticas que han advertido sobre la sangría poblacional en recientes periodos.

Mientras que la comunidad tendría que despedirse de 16.750 castellano y leoneses, tan solo la provincia segoviana sumaría 11.304. Esto supone un incremento de censados del 7,21%, hasta superar la barrera de los 168.094 habitantes por primera vez en la historia. Este hito sería celebrado, aunque en menor medida, por otros territorios, como Ávila (con un aumento del 3,35%) y Soria (4%).

La cercanía a Madrid se constituye como un impulso a la fijación de nuevas familias. La única excepción es Burgos, ya que, pese a convivir con una mayor distancia para llegar a la capital del país, anota una subida del 2,38% en el padrón. A su vez, Valladolid, que es la provincia con mayor número de habitantes a escala regional, también sigue una tendencia positiva. No obstante, en este caso el crecimiento es más moderado, del 0,8%. Dichos territorios darían la bienvenida a 8.561 y 4.309 nuevos vecinos, respectivamente, y se igualarían prácticamente al dato de censados segovianos.

Si esta evolución se mantiene, Segovia se convertiría en la quinta provincia más poblada de Castilla y León, tras adelantar a Ávila, pese a no perder habitantes; a Palencia y también a Zamora, que se llevaría la peor parte en el análisis estadístico. Ambos territorios cuentan a día de hoy con una baja presencia de población procedente de otros países. En el último caso, el desplome se elevaría al 8,35%, lo que se traduce en una pérdida de 13.860 inscritos en su padrón. Desde 2024 a 2039, bajaría la barrera de las 160.000 personas y por muy poco conseguiría mantenerse por encima de los 150.000.

En términos absolutos, León sería el punto de la comunidad autónoma con más despedidas: un total de 17.876, es decir, hasta 1.200 cada año. Aunque se mantiene en los casi 430.000 habitantes, la caída proporcional es del 4%, una cifra inferior a otros territorios. Por ejemplo, el censo de Palencia se recortaría cerca de un 7% y se situaría en poco más de 147.000 personas. Le seguiría Salamanca, con un descenso del 2,2% y un resultado de 320.000 vecinos, tras decir adiós a más de 7.000.