Tras la pandemia, la normalidad está volviendo poco a poco y desde hace meses a las calles, lo que permite que sectores como el turístico recuperen parte de la actividad perdida. Un ejemplo es que durante la pasada Semana Santa, Segovia acogió a unos 27. ... 000 visitantes, una cifra que se sitúa ya por encima de la obtenida en 2019. De hecho, el Museo de Títeres Francisco Peralta, la Real Casa de Moneda y la Casa Museo de Antonio Machado han registrado los mejores datos de su historia en esta época.
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Así lo celebra el concejal de Turismo Miguel Merino, quien apunta que la media de turistas que visitan la ciudad en un día festivo es de 1.400 personas. Este dato, calculado a partir de los visitantes que pasaron por el Centro de Recepción de Visitantes (CRV) de Segovia el 15 de agosto de los años 2016, 2017, 2018 y 2019, es, no obstante, una cifra relativa. Como apunta el concejal, hay muchos factores (el tipo de festividad, la fecha, el tiempo) que influyen en el número de turistas que optan por visitar la ciudad en días festivos o fines de semana.
Junto con el número de visitantes del CRV, hay otro indicador que se toma como referencia para contabilizar los turistas que llegan a la capital segoviana: el número de personas que entran al Alcázar. Sin embargo, Merino explica que «es difícil dar un dato exacto», ya que no todos los visitantes pasan por este centro o por el Alcázar y, por tanto, no entran en las estadísticas.
Para tener una visión completa sobre la capacidad de acogida de visitantes en una ciudad, existe el denominado Índice de Presión Turística, un indicador que mide diferentes parámetros teniendo en cuenta la población residente. Es la ratio de viajeros en relación con el número de habitantes y la superficie de un lugar determinado, y se expresa en turistas por cada 100 habitantes. Según explica el concejal, cuanto más bajo sea este índice, más calidad de vida puede haber en esas ciudades compatible con el uso turístico.
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Este índice se calcula a partir de parámetros como, por ejemplo, las plazas de aparcamiento, la capacidad hotelera, las viviendas turísticas disponibles u otros aspectos más concretos como la contaminación acústica. En este sentido, el concejal señala que este último indicador es muy subjetivo, porque se mide en función de los altercados relacionados con el ruido que se hayan detectado y «a cada uno le molesta un tipo de presión acústica».
Si se observa el número de turistas, el 2019 fue «un año de récord» para Segovia, según el concejal. En ese año, la ciudad alcanzó un índice de presión turística de 5,95 puntos, es decir, hubo casi 6 turistas por cada 100 segovianos. En comparación con otras ciudades Patrimonio de la Humanidad, la cifra se sitúa en la mitad más alta de ranking, lo que indica mayor presión que en otras ciudades como Salamanca (4,93), Mérida (4,42), Cáceres (2,89) o Tarragona (1,61), la ciudad con una cifra más baja. Santiago de Compostela lideró el ranking con un 8,15, seguida de Toledo (7,06).
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«Este índice hay que tratar de mejorarlo siempre», declara Merino, quien insiste en que el Ayuntamiento está haciendo una «apuesta importante» en este sentido dedicando los remanentes municipales a aumentar la calidad de vida de los segovianos.
Nueva propuesta
Dentro del próximo Plan de Sostenibilidad Turística, la concejalía quiere incluir una propuesta que permitirá conocer el número de turistas que pasan por debajo o los alrededores del Acueducto a través de la detección de conexiones wifi de los teléfonos móviles. Así, si un dispositivo móvil tiene encendida la opción de búsqueda de redes wifi, automáticamente podrá ser detectado al acercarse al Acueducto, que cuenta también con puntos wifi. Esta tecnología descartaría, además, aquellos dispositivos que soliciten conectarse a la red wifi pública de forma reiterada, dado que esto indicaría que son móviles pertenecientes a personas residentes en Segovia, y no a turistas.
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Miguel Merino reconoce que no se podrán contabilizar aquellos móviles que tengan la opción de conexión wifi apagada, pero insiste en que esta propuesta es una de las más eficaces y precisas. La Concejalía también planteó la instalación de cámaras termográficas (detectan personas por su temperatura corporal), pero el inconveniente es que con este método no se pueden diferenciar los turistas de los ciudadanos residentes. Asimismo, el edil apunta que el Ayuntamiento quiere conocer también cuáles son los flujos de los visitantes y las rutas que suelen seguir los turistas en la ciudad. «Cuanta más información tengamos, tanto cualitativa como cuantitativa, mejor, para poder mejorar así la gestión del turismo», dice.
Esta iniciativa, a la que se ha adjudicado un presupuesto menor a 20.000 euros, se incluirá dentro del Observatorio Turístico y Gastronómico del Plan de Sostenibilidad Turística, se presentó en mayo a la Comisión Europea con el fin de optar a la financiación procedente de los fondos europeos, aunque primero deberá ser aprobado por la Junta de Castilla y León.
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