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Blanca Martín Huerta
Segovia
Viernes, 22 de julio 2022, 07:33
Cansados después del avión y de una larga comprobación de las identidades que les ha hecho retrasarse dos horas, los niños saharauis del programa 'Vacaciones en Paz' por fin están desde este jueves con sus familias segovianas de acogida. Es difícil saber quién estaba más contento con su llegada, si los pequeños o las personas que les alojarán y con quienes convivirán un trocito de este verano.
La Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui ha conseguido traer a seis niñas y cinco niños. Se repartirán por toda la provincia: El Espinar, Adrados, Carrascal del Río, Trescasas y Segovia capital. Su presidente, Javier Moratalla, comenta que siempre hay más niños que quieren venir que familias de acogida. Con el cambio de posición del Gobierno español sobre el Sáhara Occidental, el Frente Polisario y asociaciones españolas han pedido que la edad a la que vienen los menores sea ocho años.
Son más jóvenes que en ediciones anteriores del programa, en las que participaban jóvenes de hasta doce años. El giro dado por el Ejecutivo central con respecto al conflicto del Sáhara también ha provocado un cambio en las relaciones diplomáticas y en los trámites administrativos y burocráticos. De ahí que la llegada de los once menores saharauis se haya hecho de rogar. Normalmente vienen a España a finales de junio o principios de julio y se van los primeros días de septiembre. Este año, se quedarán un mes y diez días aproximadamente.
La asociación que preside Moratalla cumple 25 años. De momento, a lo largo de todo este tiempo actividad ha conseguido que más de 350 niños saharauis haya disfrutado de sus 'Vacaciones en Paz' . En Castilla y León, la organización ha traído este estío a aproximadamente 140 niños para alejarles de las condiciones precarias del campamento de refugiados de Tindouf, en Argelia.
«El principal objetivo es que estos niños sean embajadores de su pueblo y de alguna manera vienen reivindicando su autodeterminación, su libertad y la revolución de su suelo», explica Moratalla. El Ministerio de Salud saharaui es muy débil, así que esta estancia también es un pretexto para someter a los niños a chequeos médicos de enfermedades más graves que allí es imposible detectar.
javier moratalla
Asociación Amigos del Pueblo Saharaui
Otra de las razones por las que vienen es la alimentación. La ayuda internacional se tiene que repartir entre cada vez más refugiados. «Ellos se alimentan de harina, aceite, arroz y poco más», apunta Moratalla. El presidente de la asociación segoviana comenta que aquí podrán tener una dieta variada y rica en vitaminas. No se sabe de momento, pero cuando se lleve a los niños al médico podrían detectarse anemias u otros problemas parecidos relacionados con la nutrición.
Ana Fisac, que forma parte de una de las familias de acogida, comparte su deseo de que sea una experiencia nueva para la pequeña saharaui que se quedará en su casa. También confía en que la niña esté en un ambiente distinto al del campamento y, a mayores, que la convivencia sirva de pedagogía para su hija sobre la realidad de otro mundo en el que no hay comodidades como una 'playstation' y televisión.
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