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El sindicato profesional de Enfermería Satse va camino de la reunir 2.000 firmas solo en Segovia con el objetivo de que la Ley de Seguridad del Paciente que se está impulsando a través de una iniciativa legislativa popular sea debatida y aprobada ... en el Congreso en los próximos meses. En la recta final de la campaña, la organización ha sacado mesas a la calle de todas las capitales de España para dar un empujón a la recogida de apoyos. La meta es lograr medio millón de adhesiones en el país. Dicha ley intenta «garantizar la seguridad en la atención sanitaria a través de un número suficiente» de efectivos en los hospitales, centros de salud y resto de entidades sociosanitarias, expone la delegada segoviana del sindicato, Miriam Rubio.
La situación del colectivo a lo largo y ancho de la provincia arma de razones a Satse para reclamar un aumento de las plantillas, tanto en el ámbito de las especialidades hospitalaria como en el primer nivel de la Atención Primaria. La portavoz sindical pone encima de la mesa los datos que evidencian el déficit de personal, que Miriam Rubio cifra en unos 500 profesionales en el cómputo total.
Así, en lo que respecta a las dotaciones, «Segovia se encuentra muy lejos de la media de los países europeos al tener 2,5 enfermeras por cada mil habitantes». «Es la peor ratio de Castilla y León», critica. Además, en los estados del entorno comunitario, ese promedio es de 8,8, precisa la delegada provincial de Satse al justificar ese medio millar de profesionales que hacen falta en Segovia.
Por áreas, la Atención Primaria arrastra más carencias que la Especializada. Miriam Rubio señala que en la provincia trabajan 154 enfermeras en los centros de salud y consultorios. El cupo de pacientes que asume de media cada uno de esos trabajadores es de en torno a mil. En el medio rural, la ratio es más baja; pero está el añadido de los traslados que han de realizar entre pueblos incluidos en la misma zona básica. La media se dispara en los centros urbanos de la capital, llama la atención la representante de Satse, donde hay efectivos de Enfermería que pueden abarcar 2.000 tarjetas.
En el Hospital General, la proporción es mejor que en la Atención Primaria. Según los datos facilitados por la organización profesional, a cada enfermera le corresponden una media de dieciocho pacientes, cuando en Europa la asignación es de entre seis y ocho personas por profesional de esta rama de la sanidad pública. Por lo tanto, los 315 efectivos con los que cuenta en al actualidad el complejo hospitalario de referencia en la provincia tendrían que multiplicarse por dos por tres.
«Lo ideal, que sería igualar el número de médicos y de enfermeras, no se produce», apostilla en su queja Miriam Rubio. El acabar con esta desproporción es una antigua aspiración del sindicato que continúa sin cumplirse ni regularse, se lamenta la responsable provincial.
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