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«El punto negro de la provincia es la velocidad a la que se circula». El jefe provincial de Tráfico en Segovia, Pedro Pastor, tiene claro que el principal problema que tienen las carreteras segovianas es la elevada velocidad a la que se circula por ... ellas. De forma general y por toda la red viaria. Es decir, los segovianos –y los conductores de fuera que también utilizan las carreteras de Segovia– no solo pisan de más el acelerador cuando circulan por carreteras de alta capacidad como autovías o autopistas. También es un comportamiento habitual en vías convencionales de doble sentido.
Pastor pone dos ejemplos que demuestran ese exceso de velocidad por las carreteras de Segovia. En primer lugar, la comparación estadística con el resto de provincias. Mientras que en la tasa de denuncias por conducir bajo los efectos del alcohol Segovia sale bien parada y por debajo de la media nacional, cuando se trata de medir las infracciones por exceso de velocidad la media de denuncias en la provincia duplica a la nacional.
El segundo ejemplo es la comprobación sobre el terreno. Así, el responsable de Tráfico en la provincia explica que cuando han observado la velocidad media en determinadas carreteras los límites han sido sobrepasados con claridad. «En la carretera de Arévalo (CL-605) hemos detectado velocidades medias de 160 kilómetros por hora, otros a 140...», expone Pastor. «Son carreteras muy rectas que, salvo que las observes con prudencia, invitan a correr rápido», declara. Si el foco se pone en autopistas o autovías, se observan comportamientos como el conductor pillado hace unos días a 285 kilómetros por hora en la A-6.
La subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín, insistió en la problemática que supone el exceso de velocidad, la principal infracción detectada en las carreteras de la provincia «muy por delante del resto». Martín indicó que para poner solución a este problema se realizarán campañas preventivas y se sancionarán los incumplimientos, pero también señaló la importancia de que los conductores cumplan con la normativa.
Para poner freno al exceso de velocidad y al resto de infracciones en la carretera, destacaron la Estrategia de Seguridad Vial 2021-2030, que contempla objetivos como reducir a la mitad el número de fallecidos en las carreteras. Pedro Pastor afirmó que con el anterior plan se consiguió bajar un 37% la tasa de fallecidos en accidentes de tráfico, así como los heridos graves o las víctimas menores de 25 años. Pero indicó que hay nuevos problemas a los que hacer frente, como el cada mayor número de usuarios vulnerables –motoristas y peatones– en las carreteras o la problemática que supone el envejecimiento de la población. Además, Pastor señaló el cambio de movilidad que ya se observa en los entornos urbanos con un uso cada vez mayor de bicicletas o vehículos de movilidad personal (VMP), así como las distracciones que generan las nuevas tecnologías.
En esa estrategia, el jefe provincial de Tráfico apuesta por la concienciación social –y puso como ejemplo la implantación del carné por puntos–, la puesta en marcha del carné de conducir B1 (a partir de los 16 años) o la inclusión de una asignatura de educación vial en el curriculum escolar. Por último, también considera necesaria una mayor formación en las empresas debido a que la mayor parte de los accidentes se producen en las horas de entrada y salida del trabajo, mejorar la asistencia y respuesta cuando se produce un accidente o la mejora de la seguridad en las vías, con la implantación de diseños '2+1' en determinados tramos de carreteras de doble sentido para facilitar los adelantamientos.
Donde ve poco margen de mejora es en cambios en trazados o cruces de carreteras, más allá de los que ya se están acometiendo en puntos de la CL-605 o la CL-607. «La capacidad de evitar errores es limitada. Cuando analizas el trazado de las carreteras y la señalización tras un accidente no se ven grandes cosas que se puedan hacer desde el punto de vista constructivo», relata.
Pedro Pastor participó en la Comisión de Tráfico y Seguridad Vial, en la que se reflejó que en lo que va de año 1.153 conductores de la provincia han perdido 3.673 puntos del carné de conducir. La comisión también indicó que durante el primer semestre de 2022 cinco personas han perdido la vida en las carreteras de la provincia, una más que en todo 2021. Además, las 119 víctimas en accidentes de tráfico durante en poco más de cinco meses y medio hacen pensar que será un 2022 con más siniestralidad que el año pasado.
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