Segovia decomisa más de 90 kilos de boletus desde que comenzó la temporada

La recogida de setas es una práctica que tiene límites. Ya sea en zonas acotadas o libres de la provincia de Segovia, los aficionados a la micología deben cumplir una serie de obligaciones para no ser sancionados. Las infracciones más habituales están relacionadas con la falta de permiso para recoger ejemplares en algunas áreas, pero no son las únicas. Quienes exceden unas cantidades máximas pueden ser denunciados. Estos comportamientos han provocado el decomiso de más de 90 kilos de setas desde que comenzó la actual temporada micológica. Es decir, en apenas dos meses.

Los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León son los encargados de realizar controles en la recolección en Segovia, sobre todo en aquellas comarcas con mayor presión recolectora, que se localizan sobre todo en la sierra. En lo que va de campaña han decomisado más de 90 kilos solo de boletus a recolectores que carecían de autorización y también a aquellos que, pese a contar con licencia, superaban ampliamente las cantidades máximas. Es lo equivalente a más de 30 grandes cestas a rebosar.

Esto se debe a que algunas personas han sido sorprendidas con muchos más kilos de lo permitido, incluso el triple. La Delegación Territorial de Segovia informa de que se han formulado denuncias a infractores que han recogido más de 30 kilos de boletus edulis cuando el límite está en cinco por persona y día en el caso de que los ejemplares se encuentren en los montes acotados -de los que hay once en la provincia- y el titular cuente con un permiso recreativo.

Es un umbral de peso que no se debe superar tampoco en el caso de los níscalos y el resto de especies comestibles, incluido si se mezclan. En algunos casos, la cantidad recolectada debe ser mucho menor: tres kilos. Es una medida que afecta a la seta de cardo y los perrechicos. Este dato se amplía a diez kilos si se cuenta con autorización comercial para venta de setas. Si se trata de boletus, níscalos y otras especies, la cantidad máxima de mercancía recolectada alcanza los 50 kilos.

Uno de los ejemplos de áreas provinciales en los que se han llevado a cabo más controles para comprobar el cumplimiento de las condiciones de recogida y combatir el furtivismo micológico es la comarca forestal de Navafría. Los agentes medioambientales han llevado más de 200 registros en lo que va de temporada, que pueden ser tanto estáticos como en patrulla. Son varios los comportamientos negativos detectados, entre los que se incluye la recolección en recipientes que no cumplen con la normativa. Estos deben ser semirrígidos y aireados. Por ello, las inspecciones se realizan sobre cestas y mochilas, pero también en maleteros de vehículos.

En la mayoría de las comprobaciones, los recolectores cuentan con el permiso del acotado pero se ha observado que algunos de ellos no disponían de la autorización de los titulares de los espacios en los que desarrollaban la actividad micológica. Cuando la práctica tiene lugar en terrenos no acotados pero cuya propiedad ha puesto de manifiesto su voluntad de prohibir la recolección a terceros, es necesario contar a su vez con permiso. Si las parcelas en cuestión no se encuentran dentro de un acotado o reservado, la recolección es libre y será considerada episódica, por lo que la cantidad de setas aprehendidas no deberá exceder los tres kilos.

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