Segovia cierra parques y en La Pinilla el viento sopla a 89 kilómetros por hora

La colocación de los precintos en estos espacios verdes, de esparcimiento y juegos se ha llevado a cabo a lo largo de la mañana. La predicción pinta la provincia de amarillo, el color que simboliza el riesgo de que se produzcan a lo largo de estas horas, al menos hasta las nueve de la mañana de este lunes día 25, rachas intensas de viento. Así lo advierte el gabinete meteorológico. Esas ráfagas serán más intensas en las zonas de montaña de la geografía segoviana. En concreto, con respecto al Sistema Central, la Aemet avisa de que el vendaval puede alcanzar los 80 kilómetros por hora.

El nivel declarado por la Agencia Estatal de Meteorología es el mismo para la Meseta: amarillo. Las áreas más llanas y a menor altura sobre el nivel del mar también van a notar la virulencia por momentos del viento durante este domingo. La predicción anuncia rachas de 70 kilómetros por hora en zonas como la propia capital segoviana o Cuéllar.

A las 9:40 horas, la estación medidora de la ciudad ya registraba la racha más veloz de la primera mitad de este domingo: 62 kilómetros por hora. Sin embargo, la palma se la lleva la estación de esquí de La Pinilla, donde poco después de las ocho de la mañana el viento ha soplado a casi 90 kilómetros por hora.

Además de cerrar el paso mediante precintos a parques y jardines, el Ayuntamiento de la ciudad también ha adoptado la medida de impedir el acceso a instalaciones al aire libre con el objetivo de evitar situaciones de peligro para la integridad de las personas. Cabe recordar que el paso del huracán Kirk, además de dejar un reguero de daños materiales, se saldó con un herido al ser golpeado por una puerta.

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Mientras dure esta alerta amarilla, el Consistorio aconseja a la población que tome medidas de seguridad para eludir peligros como la caída de ramas o de cascotes de fachadas endebles. Los responsables municipales inciden en solicitar precaución. Por lo tanto, se recomienda no transitar por zonas arboladas y alejarse de edificios y estructuras que puedan ser objeto de algún desprendimiento por esas rachas fuertes de viento.