Segovia cierra 2023 con el alquiler un 10% más caro y sin visos de moderación

Es difícil encontrar un alquiler cuyo coste esté por debajo de los siete euros por metro cuadrado en la capital. En noviembre, el valor registrado fue de 6,75 euros, lo que se traduce en que un piso de superficie media -70 metros cuadrados- asciende a 475 euros. En la provincia, por este mismo precio se pueden encontrar casas de hasta cien metros cuadrados.

No obstante, lo cierto es que los inmuebles para el arrendamiento que se publican en páginas web y escaparates próximos a esta cuantía desaparecen al momento. «La demanda de alquiler es muy grande, supera con creces la oferta», asegura el presidente de la Asociación Segoviana de Empresas Inmobiliarias, Gonzalo Marina Villanueva.

Su propia experiencia en el sector corrobora esta situación. «Cada piso que anuncio se alquila al día siguiente», insiste. Todo ello cuando los precios se incrementaron en Segovia más de un 2% al cierre del año pasado, dato que se eleva al 10% si se compara con el mismo periodo de 2022, según adelanta el director de Estudios del portal inmobiliario Pisos.com, Ferran Font. Marina sitúa este ascenso más cerca del 20%.

En cualquier caso, el actual índice de precios del alquiler es el más elevado de la serie histórica, tal y como refleja el Instituto Nacional de Estadística (INE), con registros desde 2002. Esta tendencia de la renta al alza se percibe en las grandes urbes y municipios de costa. En estos últimos, por «convivencia con alquileres turísticos», indica el portavoz. Segovia no cumple con ninguna de estas características. Aun así, «es un mercado en el que se ve la diferencia de lo que es la capital, que concentra la demanda, y el resto de la provincia», añade.

En el medio rural, el precio del alquiler comenzó a descender a mediados de agosto. La caída se aceleró hasta estabilizarse en un 6%, por lo que el metro cuadrado es más económico que en el año anterior al tener un coste de 4,84 euros, según el último informe mensual de Pisos.com. Al contrario, en la capital el valor de la renta se desplomó hasta julio, pero a partir de agosto aumentó de nuevo y por el momento no se prevé que vaya a tocar techo. «Cada vez sube más», puntualiza Font.

La ciudad es una «plaza particular», considera Marina. Aparte de ser Patrimonio de la Humanidad, de gran atractivo turístico, también cuenta con dos universidades. Por un lado, la Universidad de Valladolid, con aproximadamente 2.700 estudiantes inscritos, de los que el 45% «se quedan aquí en residencia durante la temporada de estudios», afirma el presidente. Por otra parte, IE University, con cerca de 3.000 matriculados, los cuales en su práctica totalidad alquilan una vivienda durante el año completo.

«Los estudiantes son una parte muy importante del mercado del alquiler, a los que se suman la persona física, normal y corriente, y también los funcionarios, desde sanitarios a profesores», observa el profesional inmobiliario. El sector inmobiliario segoviano no se sorprende ante el auge que han experimentado las solicitudes de pisos en renta para entrar a vivir de inmediato.

Si la demanda crece y la oferta se mantiene igual o se reduce, los precios suben. Esta afirmación se trata de una ley a la que hacen alusión todos los negocios del sector, lo que hace prever que en el futuro próximo «los alquileres van a seguir disparados», sostiene Rufo Gómez de Pablos, responsable del grupo Best-House Segovia.

En la capital «no hay vivienda», coinciden los profesionales consultados. La única manera de que la balanza dé un vuelco es que se restrinja el apartamento vacacional para que «los propietarios lo tengan que sacar para alquiler normal» o que construyan nuevas promociones de viviendas de protección pública y oficial. «Lo mismo sucede en el caso de la compraventa», afirma Gómez.

El precio del alquiler en la ciudad se encarecerá a lo largo de los próximos doce meses, aunque los incrementos serán más moderados que en anteriores periodos. Así lo afirma Font, quien abre la puerta a un posible cambio en caso de que las administraciones públicas «tomen decisiones que ayuden a paliar el desequilibrio» entre inquilinos y viviendas disponibles que hay en el mercado. «Tendrán impacto sobre todo en personas que tienen una peor situación económica o en aquellos jóvenes que desean emanciparse e iniciar un proyecto de vida», relata.

Al menos un 32% del gasto medio total por segoviano se corresponde con la vivienda, porcentaje que ha permanecido invariable en los últimos años, salvo en la pandemia, cuando se llegó al 35%. En total, el coste de acceso a una residencia supera los 4.000 euros anuales.

En lo que respecta a los jóvenes, un trabajador de entre 16 y 29 años debe destinar el 63% de su salario al alquiler, si vive solo; o un 25,5%, si comparte piso con otros inquilinos, según el último estudio elaborado por el Observatorio de Emancipación de Castilla y León. Una de las conclusiones que se extraen del informe es que Segovia es la segunda capital de la región donde más difícil es independizarse, ya que tan solo se ubica por detrás de Salamanca en niveles de costes.

El sector inmobiliario arremete contra la ley por el derecho a la vivienda, que entró en vigor el pasado mayo. Entre otras cuestiones, la normativa congela subidas de la renta por encima del 3% para el año recién comenzado. A juicio del presidente de las inmobiliarias segovianas, «ha producido lo contrario a lo que pretendía: el Gobierno quiere controlar el alquiler y poner los precios, lo que hace que mucha gente haya retirado sus pisos del catálogo y los que los sacan, los están poniendo muy caros».

La misma realidad percibe Gómez, quien determina que la nueva ley «ha perjudicado las partes arrendadoras», lo que repercute directamente en los alquileres. «Los dueños deciden aumentar los precios y piden que los inquilinos cumplan más requisitos, todo se endurece», asevera. «Cuando hay poca demanda y mucha oferta, no pasada nada; cuando sucede al revés, al final el que tiene el inmueble en posesión es el que decide», reitera el profesional inmobiliario.

El goteo de arrendatarios a las oficinas convive en los últimos meses en un interés creciente en la adquisición de vivienda. Ante los precios desorbitados, son cada vez más las personas que optan por comprar un inmueble. «Lo que pasa que los bancos ahora no están para dar, se ha juntado todo», señala Gómez. En caso de no llegar a un acuerdo, son muchos los que miran a la provincia. «En los pueblos no hay problema», concluye.