Segovia celebra una tranquila Nochevieja

A las doce de la noche, las calles de la ciudad estaban prácticamente vacías. Tan solo en la Plaza Mayor se pudo ver a alrededor de cuarenta personas que decidieron tomarse las doce uvas delante del Ayuntamiento de Segovia y de un reloj que, pese a haber sufrido una avería el mismo 31 de diciembre, funcionó a la perfección para despedir 2023 y dar la bienvenida al nuevo año.

Apenas pasaron unos minutos para que los petardos y los fuegos artificiales dieran muestra de las ganas de festejar de los segovianos. Pese al llamamiento de asociaciones como Autismo Segovia o la Protectora de Animales de los trastornos que causa la pirotecnia en personas con TEA o en animales, los petardos y los fuegos artificiales fueron visibles y oíbles en numerosos puntos de la capital y de la provincia durante los minutos posteriores a la medianoche.

Con la pirotecnia en el cielo de Segovia, en las calles cada vez se veía más ambiente. De las casas salían chicos y chicas -en un alto porcentaje con trajes y vestidos- dispuestos a encontrarse con amigos para festejar la primera noche del año. Así, el Acueducto volvió a ser el punto de encuentro de numerosos segovianos que aprovecharon para hacer junto al monumento el primer brindis del año. Mientras, en las calles cada vez se veían más coches de gente que emprendía el camino de regreso a casa tras cenar fuera de su vivienda.

En los hoteles y restaurantes con cotillones la fiesta ya estaba en marcha. Desde el final de las campanadas, la música de los DJ contratados puso la banda sonora a una primera noche del año que volvió a llenar salones, en muchos casos con gente llegada desde otras provincias.

Aunque también hubo fiestas en viviendas particulares, la mayor parte de los segovianos que decidieron salir de casa apostaron por bares y discotecas. Los negocios que abrieron de madrugada vivieron una noche con gran afluencia de público, como se pudo comprobar con varias colas a las puertas de los principales establecimientos de ocio nocturno de Segovia.

Una vez dentro, la música acompañó una primera noche del año que muchos acabaron ya durante el día. Como también es tradición, y con el sol ya bien visible en el cielo segoviano, la búsqueda de un lugar donde reponer fuerzas con un bocadillo o unos churros contrarrestaba con los primeros paseos matutinos de aquellos que vivieron una Nochevieja todavía más tranquila.