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Los peregrinos de camino a la ermita de San Frutos, a su paso por Valdesaz. El Norte
De Segovia capital a la ermita de San Frutos en 16 horas

De Segovia capital a la ermita de San Frutos en 16 horas

Los ocho participantes segovianos en el desafío se proponen como próximo reto hacer a nado los 7,5 kilómetros de las Hoces del Río Duratón

Lunes, 12 de junio 2023, 11:36

Los atrevimientos a veces tiene sus consecuencias. En este caso, el resultado inmediato fue caminar 85 kilómetros en tan solo un día para cumplir un reto. Es un acto de peregrinaje que tiene como meta la ermita de San Frutos y como protagonistas, a ocho segovianos. El próximo desafío que tienen en la mente es completar el circuito de 7,5 kilómetros de las Hoces del Río Duratón a nado.

Todo surgió de un simple comentario mientras paseaban por la sierra a mediados de noviembre del año pasado. «Cada año proponemos un reto distinto», comenta Gabriel Pérez, uno de los miembros del grupo de amigos, en el que hay seis representantes de Carrascal del Río y dos de Cabezuela. Hace poco decidieron recorrer el Camino de Santiago, de 200 kilómetros en total, en cuatro días. Les pareció poco, por lo que diseñaron, proyectaron y compartieron nuevas ideas.

Su tierra les llamó en esa fase de reflexión. «¿Por qué no hacemos el Camino de San Frutos en una jornada?«, propuso uno de ellos. »Nunca nos echamos atrás«, remarca Pérez, así que en ese preciso momento comenzaron los preparativos. En diciembre acordaron llevar a cabo el peregrinaje el primer sábado de junio, lo que fue inamovible pese a las tormentas e intensas precipitaciones que estaban previstas para la jornada.

85 kilómetros

es la distancia que separa la Catedral de Segovia con la ermita de San Frutos, en el término municipal de Carrascal del Río.

Hay varios itinerarios relativos a esta ruta. «Decidimos hacer el más largo», asevera, de aproximadamente 85 kilómetros. Este comienza en la ciudad de Segovia y discurre por numerosos pueblos, como Basardilla, Torre Val de San Pedro, Pedraza, Villar de Sobrepeña y, finalmente, Villaseca. Hubo una fase preparación en la que estudieron cada piedra del recorrido, su historia y sus secretos.

El entrenamiento previo consistió en varias quedadas. Lo primero fue hacer el camino en sus cinco etapas y luego, en dos días en Semana Santa. Después de estos ejercicios de iniciación, ya estaban listos para sumergirse de lleno en el desafío. El punto de partida se decretó a las 5:00 horas, durante la madrugada, en la puerta de la Catedral de Segovia y a las 21:30, justo al anochecer, besaron la roca de la ermita de San Frutos.

Caminos hacen amigos

«Empezamos ocho personas, en Pedraza se sumaron dos más, en Orejanilla, cinco; y en el Villar, siete», explica Pérez. Eran totales desconocidos que habían sabido del reto por el boca a boca. Pese a ello, después de horas y senderos, «hemos entablado una amistad muy grande», matiza. «Son caminos que hacen amigos», sugiere.

Hubo momentos de cansancio y altibajos, sobre todo en el primero y también último tramo, «más durillo», al presentar más dificultad por el desnivel. Sin embargo, «a medida que la gente se unía, nos íbamos animando», declara.

Las mochilas de los senderistas iban prácticamente vacías, con lo indispensable, para facilitar el movimiento durante el recorrido. Eso requirió establecer una red de voluntarios, que habilitaron cuatro puntos de avituallamiento en los que reponer energía. En todos ellos realizaron paradas que, en conjunto, apenas llegaron a la hora. «En Orejanilla comimos y nos tuvimos que ir rápido porque nos cayó una tromba de agua», refiere. Llevaban chubasqueros, pero no fueron suficientes para aguantar «el diluvio», bromea.

Los participantes en el reto a su paso por Condado de Castilnovo, La Matilla y el puente de Villaseca, respectivamente. El Norte
Imagen principal - Los participantes en el reto a su paso por Condado de Castilnovo, La Matilla y el puente de Villaseca, respectivamente.
Imagen secundaria 1 - Los participantes en el reto a su paso por Condado de Castilnovo, La Matilla y el puente de Villaseca, respectivamente.
Imagen secundaria 2 - Los participantes en el reto a su paso por Condado de Castilnovo, La Matilla y el puente de Villaseca, respectivamente.

Se mojaron, pero mereció la pena. «Ha sido una experiencia maravillosa», traslada Pérez para animar a realizar esta ruta al resto de segovianos. El grupo de peregrinos rememora la explosión de emociones que vivieron cuando alcanzaron el final del Camino de Santiago. De ningún modo es comparable a lo que sintieron cuando vieron el discurrir del río Duratón bajo la hoz en la que está enclavada la ermita segoviana.

«Es distinto; aquí todo se concentra en un día, estás en tu tierra, es la ermita de nuestro pueblo, la que siempre visitamos... Se nos cayeron las lágrimas a todos de la emoción«, aseguró Pérez. En ese preciso instante celebraron que, después de 16 horas y de atravesar toda la provincia, al fin lo habían conseguido.

Parajes desconocidos

No lo hicieron con un propósito fijo, aunque a medida que caminaban pensaban que los parajes que conforman el Camino de San Frutos eran muy desconocidos. «Queremos que lo conozca el mayor número de personas posibles; incluso algunos segovianos no imaginan el entorno de ensueño que tenemos», se enorgullece el representante de los senderistas.

Una de las peticiones que hacen extensivas a la población es que se animen a realizar algunas de sus etapas, o a recorrerlo entero en dos, tres y sucesivos días. En caso de que los interesados elijan la senda que discurre por el corazón del parque natural, recomiendan sacar un permiso. «Es un tramo de unos seis kilómetros en el que hay que tener más precaución e ir en silencio», insiste.

La planificación del próximo reto ya se ha iniciado. Una de las propuestas más votadas tiene como escenario este mismo entorno, ya que aspiran a recorrer nadando los 7,5 kilómetros de Hoces del Río Duratón. Otro de los próximos deseos será subir al Aneto, en los Pirineos.

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