Segovia busca fórmulas para llevar las energías renovables al casco histórico

Es el caso de las grandes antenas de comunicación o de las placas solares, elementos que sí han proliferado en otras zonas de la capital (como en San José con la rehabilitación de edificios) pero que en el casco antiguo no están permitidas.

Hace unos meses, y coincidiendo con el aumento de los costes de la energía, el portavoz del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Segovia, Miguel Merino, dejó entreabierta la posibilidad de estudiar la instalación de placas solares en el recinto amurallado. El Colegio Oficial de Arquitectos había solicitado una mayor flexibilización del Plan Especial de las Áreas Históricas (Peahis) –la norma urbanística que regula el 40% de la ciudad– para permitir la implantación de equipos de eficiencia energética en el centro de la capital, pero Merino ya advirtió en su momento de que se trataba de una cuestión importante pero compleja. «Estamos fiscalizados por la Unesco», recordó.+

Meses después de aquella petición del Colegio Oficial de Arquitectos de Segovia, la alcaldesa, Clara Martín, confirma que las comunidades de vecinos del casco antiguo seguirán sin poder instalar placas fotovoltaicas en su tejados. Pero precisa que no se podrá ni en Segovia ni en ningún otro conjunto histórico declarado Patrimonio de la Humanidad. Ocurrirá lo mismo, por lo tanto, en ciudades vecinas y similares como Toledo, Ávila o Salamanca.

«Cuando realizamos la modificación del Peahis fue algo que discutimos mucho, pero Patrimonio de la Junta de Castilla y León dijo que está totalmente prohibida su instalación», afirma la alcaldesa, que se remite tanto a la Ley de Patrimonio Histórico Español como a la Ley de Patrimonio Cultural como las dos principales normas que impiden la instalación de placas.

Ratificada la imposibilidad de extender por el casco antiguo este tipo de instalaciones, Martín declara que tanto el Ayuntamiento de Segovia como el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad estudian alternativas que permitan a los residentes de los conjuntos históricos poder acceder a estas energías renovables. Así, la regidora apunta las opciones que ofrecen las comunidades energéticas y de las que podrían beneficiarse los bloques de viviendas del casco antiguo.

Pero también es una alternativa compleja, aunque el funcionamiento es simple. Las comunidades energéticas estarían ubicadas fuera del conjunto histórico protegido, ya sea en parcelas o en edificios con capacidad para ello. «Las comunidades de propietarios pueden tener o asociarse con una de estas comunidades energéticas», explica la regidora. Sin embargo, y según la regulación del Estado, no pueden estar ubicadas a cualquier distancia.

El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico aprobó en otoño ampliar a dos kilómetros la distancia entre una instalación de autoconsumo y el núcleo urbano donde se vaya a utilizar la energía generada. Martín declara que es una circunstancia que «hay que ver»,pero adelanta que en Segovia no será fácil poder cumplir con esos requisitos. «Nosotros no es el conjunto histórico, es todo el entorno de la ciudad con vistas protegidas; para poder colocar unas instalaciones fotovoltaicas que estén en un entorno no protegido... seguramente superaríamos los límites permitidos por el Estado», declara.

Con este escenario, la alcaldesa recuerda que durante los últimos meses las asociaciones de madres y padres de alumnos de colegios como San José y Nueva Segovia han solicitado colocar placas solares en los edificios de sus centros educativos y crear comunidades energéticas con las que poder suministrar a sus barrios. Pero en este caso, tanto San José como Nueva Segovia son zonas que no cuentan con protección (al contrario de otras del resto de la ciudad), por lo que las comunidades de vecinos sí tienen la posibilidad de instalar placas en sus propios edificios.

«¿A quién le damos prioridad? ¿A quién lo puede colocar en sus cubiertas o a quiénes no tienen esa posibilidad?», pregunta Martín. Es decir, la alcaldesa deja abierta la posibilidad de destinar esa energía a los edificios de zonas como el casco antiguo.

«Primero vamos a ver qué edificios municipales están preparados para albergar este tipo de instalaciones, tanto por ubicación como por estructura; luego veremos a qué público objetivo lo destinamos. Está muy bien que sea para el entorno de ese colegio, pero lo mismo así se beneficia a unos residentes y se penaliza a otros. Hay que modular esa fórmula», concluye.