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14 de abril de 2020. Se cumplía el primer mes de la instauración del estado de alarma declarado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La pandemia del coronavirus llenaba el Hospital General de Segovia y la actividad económica prácticamente se paró. La aplicación de ... los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) se impuso como «escudo social», como lo definió el delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo. La suspensión provisional de los contratos trataba de paliar el tremendo impacto de la primera ola de la covid en el ámbito laboral. Ese día, hoy hace un año, en la provincia de Segovia ya se habían tramitado 2.078 ERTE, que afectaban entonces a 9.506 trabajadores.
Y lo que quedaba. Una semana después ya eran más de 9.700; un mes más tarde, coqueteaba con los 10.000, y a lo largo del verano se sumaron más suspensiones temporales y más empleados implicados en alguno de los cerca de 2.250 expedientes que se abrieron hasta que el calendario comenzó a deshojar el otoño. Octubre empezó con 10.178 segovianos en ERTE.
Hoy, 14 de abril de 2021, la pandemia del coronavirus va por su cuarta ola. La crisis sanitaria lo es también económica. En los últimos doce meses, según se extrae de los datos del Ministerio de Trabajo, se han perdido 1.410 empleos en la provincia. El pasado mes de marzo cerró con 8.875 demandantes de un puesto apuntados en las oficinas de empleo. Pero esa lista de parados en la provincia no estaba completa, no tenía en cuenta a los 2.686 ciudadanos que al empezar este abril seguían inmersos en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, según advierte el secretario de la Federación de Servicios Públicos de la Unión General de Trabajadores en Segovia, Miguel Ángel Mateo. «Estamos hablando de en torno a 11.500 trabajadores que no están en activo», apostilla.
Si se compara con la situación de hace un año, hay menos ERTE y menos empleados afectados por estas regulaciones laborales. Desde el estallido de la crisis sanitaria de la pandemia hasta el pasado mes de marzo en la provincia la bolsa de trabajadores incluidos en un expediente temporal de empleo ha menguado un 115%, lo que supone que había alrededor de 6.800 segovianos menos integrados en los 820 ERTE que continuaban abiertos al término del mes anterior.
Esta suspensión temporal de contratos es un reflejo de la actividad productiva de la provincia. Bares, restaurantes, establecimientos hoteleros y el comercio copan la inmensa mayoría de los expedientes activados. Para muestra, el botón de febrero que recoge la Junta en su actualización de los datos sobre el impacto en el mercado laboral de la covid-19. En dicho mes se acumularon en Segovia 37 solicitudes de aplicación de un ERTE. De ellas, catorce se encuadraron directamente en el sector de la hostelería, y más específicamente a los servicios de comidas y bebidas. Además, el comercio al por mayor e intermediarios, es decir, proveedores, registró cinco de esas peticiones tramitadas hace dos meses; mientras que el comercio minorista, en el que no entra la venta de vehículos, contabilizó cuatro expedientes más. Por continuar con el sector servicios, uno de los 37 expedientes de regulación se abrió en la categoría de alojamientos.
La repercusión laboral de las medidas que se adoptan para contener la expansión del coronavirus es patente. De ahí que durante buena parte de este año y un mes de pandemia la patronal de la hostelería en la provincia viene reclamando ayudas directas y mucha mayor clarividencia y anticipación en la Administración regional a la hora de implantar determinadas restricciones que afectan a los aforos o a la propia actividad de los negocios.
En Segovia, el 8 de marzo pudieron abrir los interiores de los bares y restaurantes con sus limitaciones y guardando las medidas de protección estipuladas en cuanto a separación entre personas y número máximo de comensales en la misma mesa. Entonces muchos de estos establecimientos sacaron a empleados que tenían en ERTE. No duró ni un mes. Las nuevas medidas excepcionales adoptadas por la Junta la semana pasada han vuelto a forzar el cierre del interior de los locales en los lugares con la incidencia del virus más alta y con la tendencia más peligrosa y, con ello, parte del personal ha vuelto a estar incluido en una Expediente Temporal de Regulación de Empleo. En al provincia la medida afecta a los locales de la capital, El Espinar, Riaza y Palazuelos de Eresma.
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