El Segosala deja vivo al Telde

El partido, adelantado a las cuatro para no competir en franja horaria con el España-Croacia de la Eurocopa, mejoró si cabe el ambiente de la vuelta de semifinales. En parte, porque el Telde, buen conocedor del Pedro Delgado de tantas visitas para medirse al Unami cuando compartían grupo en Segunda, no viajó solo: una convocatoria visitante digna de las aficiones rivales del Caja Segovia. Como entonces, ocuparon la esquina habitual. No tardaron en celebrar el 0-1. Porque la primera ocasión fue local, un mano a mano de Valle, que no pudo superar la salida de la portera, tampoco en el rechace. Pero el primer gol fue canario: Gema se cosió el balón en la frontera del área y enganchó un tiro raso cruzado que superó a Laura.

Prueba de madurez para el Segosala, que apenas tardó 80 segundos en devolver las tablas al electrónico. No llegó de forma convencional, pues el tiro de María lo desvió a córner Mariona, pero la portera alucinó cuando vio a Cris de Andrés sacarse un trallazo sin apenas ángulo que se coló por su portería con el toque de gracia de la madera. Hechas las presentaciones, ambos empezaron a afilar sus armas: la presión sin fin de las locales y la pizarra canaria a balón parado.

Una de las claves del éxito del Segosala está en su fondo de armario: todas cuentan. También en una final por el ascenso. Por eso Sonia, la portera suplente, jugó los últimos diez minutos del primer tiempo. Salió a un partido parejo, sin grandes amenazas en las áreas, con dos púgiles intercambiando golpes de tanteo. Pero nadie veía imposibles. Y vio cómo su equipo imponía su lenguaje antes del descanso, su desbordante físico, unas transiciones a las que ya llegaban tarde las camisetas amarillas, que apelaban a la pillería, a un saque rápido aprovechando que la portera local no estaba bajo palos. Pero la cancha se inclinó y empezaron a llegar las ocasiones. En parte, por fe, la de Clau, que se sacó un pase letal cuando caía al parqué. Por talento, una conducción de costa a costa de Sara que terminó en falta a centímetros del área. Y por velocidad: Sandra se quedó en mano a mano tras un corte y pared, superó a la portera por el flanco derecho, pero estrelló la pelota contra el lateral de la red. El casi de los casis.

El paso por vestuarios bajó las pulsaciones y el Telde volvió errático, torpe en la salida de balón, tardón en los cortes. La consecuencia fueron cuatro faltas en apenas cinco minutos, luces rojas encendidas. Con solo una falta de colchón ya no podían ser incisivas en la presión y el Segosala lo aprovechaba con pases más afilados como el que encontró a Cris a la contra, pero la jugadora que estuvo a un gol de ascender a Primera en 2016 con el Unami perdió la ventaja en el control. Cuando volvió al banquillo, dio una arenga de veterana: «Vamos chavalas». No cayó en saco roto.

Antes del 2-1, el Segosala se dejó en el camino otro casi, el tiro de Sandra tras una pérdida canaria que se marchó lamiendo la madera con todo a favor. Al final, la asistencia llegaría con la mano, un pase de 'quarterback' de Laura que leyó perfectamente Miriam: sin prisa, dejó botar el balón y metió la bota en el momento justo para superar la salida de Mariona. Sin tiempo para terapias, el Telde vio como Jime, otra joven respondona, se colaba por velocidad por el carril central y hacía el 3-1 con un toque sutil al palo largo. Ya no quedaban faltas en la recámara para cortar contragolpes.

Momento de eliminatoria para el Telde, que paró el partido a siete minutos del final y lo arriesgó todo con el portero-jugador. Idoya apenas necesitó diez segundos para colarse con esa camiseta rosa por el carril central y batir a Laura con un tiro por alto. Un lance que cambió el momento anímico y consolidó la apuesta en el juego de cinco contra cuatro de las canarias, que igualaron dos minutos después: jugadoras abiertas, ocupando toda la pista, y pases letales, como el envío desde la banda izquierda que Escribano embocaba a placer.

Otro test de estrés del que se levantó el Segosala, que pareció encontrar el consuelo de una victoria por la mínima tras una aceleración genial de Clau, que ganó línea de fondo y asistió la ejecución de Miriam desde el corazón del área. Pero la portería vacía canaria volvió a llevarse el bote. Apenas necesitaron un minuto para que Idoya volviera a romper los esquemas con su conducción antes de asistir a Vir. Su equipo estuvo 15 minutos sin cometer la quinta falta, pero cuando llegó, a un segundo del final, con el 4-4 publicado en el BOE, lo lamentó. Cris de Andrés se reía ante el papelón de tirar una falta desde su campo, con su portera en área rival, pero se sacó un trallazo al larguero. Y sonó la bocina.