El Segosala busca la ambición del aspirante para su cartel de favorito

El Segosala ha evolucionado de aspirante a favorito, el cartel para un club que no ha bajado del cuarto puesto en sus tres años en Segunda y que se quedó a detalles de ganar la final por el ascenso a Primera en junio. Un estatus que otorgan los rivales. «Ahora la gente cuando juega contra nosotros salen con más intensidad», resume su técnico, Agustín Pérez. Un halago y una amenaza al mismo tiempo. El reto de las segovianas es asumir su condición sin la relajación de sentirse un paso por encima. «Que seas favorito porque realmente estás ejerciendo de ello». Tras dos victorias apuradas para iniciar su campaña en el grupo I y una tercera superior, llegó el sábado la primera derrota, en casa ante el Meigas (2-3), un equipo de mitad de tabla que evidenció las consecuencias de cualquier atisbo de relajación.

Pérez valora el camino recorrido y pone en valor la victoria en Navalcarnero de la tercera jornada por 1-7, «un partido difícilmente mejorable» tras dos victorias ajustadas. «Dimos el punto que estábamos buscando, salir enchufados desde el primer minuto, algo de lo que habíamos carecido». Si la calidad va acompañada de intensidad, el Segosala es un hueso duro de roer: la presión que provoca errores y la solvencia para sentenciar en el ataque posicional. «Si no tenemos ese hambre, se nos van a escapar más puntos». Pone el ejemplo de la victoria de Majadahonda, el único equipo que ha ganado todos los partidos, ante el colista con un gol en propia y otro en el último minuto. La derrota ante el Meigas se explica por los errores defensivos de las suyas, ahora sextas: dos de los tres goles llegaron a balón parado. «El resultado no refleja lo que fue el partido, pero nuestra actitud, sin ser mala, no fue la del Futsi».

El relato de Pérez es que en las dos primeras jornadas tuvo más intensidad el rival. Hay explicaciones en el aspecto físico –jugadoras tocadas como Cristina de Andrés que no debutó hasta Navalcarnero– o la adaptación que requieren cuatro caras nuevas: la gallega Alba –la segunda anotadora del grupo el curso pasado– más Isa, recuperada de una larga lesión, y las canteranas Sara y Paula. «En el aspecto ofensivo, tengo claro que eso lleva un tiempo, pero en la defensa echaba de menos esa actitud que hemos recuperado. Lo bueno es que hemos sido capaces de sacar dos partidos muy complicados».

El valiente Alcorcón, que se saltó el cuórum entre los rivales de no salir a presionar arriba al Segosala porque te mata con espacios y puso contra las cuerdas a las segovianas en el Pedro Delgado dando la vuelta al argumento: cuando más calidad, menos tiempo para pensar hay que dar al enemigo. Lo resolvieron con su alto ritmo, producto de una amplia rotación que agota a cualquiera. Al final, 3-2, con un gol de Claudia en el 39'. Pese a que el tiempo se esfumaba, Pérez no usó el portero-jugador, la misma decisión que tomó en la final del 'play off'. «Mucha gente tiene en la cabeza que cuando vas perdiendo tienes que hacer juego de cinco, pero a ti te tiene que dar más confianza el juego de cinco que lo que estás haciendo. Y yo tengo mucho para uno. Estábamos acumulando ocasiones y era cuestión de acierto». A ello suma dos condicionantes para vaciar la portería. «Uno, la juventud. Y otro, que no tengo zurdas».

Eso no quiere decir que no lo use cuando se dan las circunstancias: así remontaron un duelo clave ante Mioño la temporada pasada que perdían 3-0. La solución para voltear su segundo partido, en la pista del Muslera, vino al marcar una falta directa desde campo propio al ver a la portera adelantada. Así cambiaron la inercia anímica de un duelo que perdía 2-0 a media hora del final. «Tirando la pizarra a tomar por saco». De nuevo, el físico sonrió al Segosala ante un rival fundido en el tramo final. El gol perdido con la salida de Miri –la internacional sub-19 que ahora juega en Primera con el Poio Pescamar– lo han suplido Alba y Sara. La primera, de nuevo entre las máximas goleadoras del grupo; la segunda, con apenas 15 años, es «una bomba», avisa su entrenador. El trabajo de base hace que seis jugadoras del filial entrenen con el primer equipo.

El éxito del Segosala parte de mantener la intensidad de aquel novato descarado. «De otra manera, no vamos a ser capaces de entrar en el 'play off' o ascender a Primera. Sé que es difícil, que es un cambio de rol, pero ellas son conscientes de que este año va a ser más difícil porque hay más equipos en la pomada». Desde el Bembrive, al que recibirán en la sexta jornada, al Majadahonda, recién descendido. «El año pasado sacamos muchos puntos con el margen de un gol con ese estatus de equipo aspirante. Eso no tiene que cambiar. Además de la calidad, si hemos llegado hasta aquí la actitud ha tenido mucho que ver».

Para ello Pérez implanta una filosofía prudente. «No estarán de acuerdo conmigo muchos entrenadores, siempre se dice que como se entrena se juega. Yo bajo mucho la exigencia en muchos entrenamientos, tengo que saber regular la intensidad y la motivación. Tengo muy encuentra el desgaste mental, que influye en el físico». Entrenar a menos revoluciones para competir mejor durante más tiempo. Porque no solo se trata de estar entre las cuatro primeras, el requisito para el 'play off' sino de ganar el grupo y jugar la vuelta de las eliminatorias en casa, el ingrediente que les apartó del ascenso. «Primero voy a trabajar por el 'play off, pero una vez ahí voy a trabajar por ser primero. Este año el objetivo no va a ser vivir la experiencia, sino dar un paso más».

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