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La Gimnástica Segoviana ya no es ese equipo frágil que perdía por inercia, pero su mejora no allana la ruta hacia la permanencia. Una semana ... después de empatar en casa ante el líder, los de Ramsés Gil sacaron un punto en Salamanca ante Unionistas, el mejor local del grupo I de Primera RFEF, que solo ha perdido un partido en casa. Dos resultados que, aislados, serían un éxito para un recién ascendido, pero el contexto lo es todo y ya no valen las tablas porque los rivales suman de tres en tres y los azulgranas tienen ante sí su mayor abismo con la salvación del curso, cinco puntos, a nueve jornadas del final.
Unionistas
Iván Martínez, Imanol Baz, Ramiro, García-Die, Vergés, Iñaki González, Chuca, De la Nava, Rastrojo, Jonny Arriba y Pablo García.
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Segoviana
Oliva, Silva, Abel Pascual, David López, Marcel Céspedes, De la Mata, Fer Llorente, Astray, Hugo Díaz, Berlanga y Josh Farrell.
Cambios Unionistas: Santamaría por Pablo García (m. 56), Álvaro Gómez por Rastrojo (m. 72), Pau Martínez por De la Nava (m.72), Rabadán por Chuca (m. 72) y Dani García por Carlos García (m. 84)
.Cambios Segoviana:J avi Borrego por Astray (m. 60), Tellechea por Hugo Díaz (m. 76), Manu por Juan de la Mata (m. 76), Diego Gómez por Farrell (m. 76) y Fernán por Fer Llorente (m. 80).
Goles: Sin goles
Árbitro: Fernando Bueno Prieto, asisitido por Jaime Campelo Núñez y Eduardo Martí (colegio madrileño). Amonestó con amarilla a García-Die y Santamaría por Unionistas; a Fer Llorente y Fernán por la Sego.
Otros datos: Encuentro de la 29ª jornada del grupo I de Primera RFEF, disputado en el Municipal Reina Sofía (Salamanca) ante 4.008 espectadores, con la presencia de mas de 200 aficionados de la Segoviana.
Ni la afición más ruidosa silencia los gritos de Ramsés para orquestar la presión. Puso a Berlanga, de nuevo por la izquierda, y Astray como escuderos de Farrell para discutir el balón a los locales, que también molestaban de lo lindo con Pablo García como perseguidor infatigable. Así empezó la cosa, buscando el error ajeno. Casi lo encuentra Unionistas en un balón suelo en el área tras un saque de banda, pero se perdió en el bosque de camisetas azulgranas, que se acomodaron tras alguna salida errática con Juan de la Mata haciendo de pegamento entre los centrales.
Dos equipos que iban a cada disputa con todo, algo que comprobaron Astray y Farrell, que buscaron un resuello en el césped tras duros golpes en la cabeza. No le gustó al público, como que el asistente levantara el banderín para invalidar el mano a mano de Pablo García –y el empujón de López que seguramente hubiera sido penalti y expulsión– al entender que venía de un rebote y eso debió habilitar a su delantero, muy peligroso en las caídas ante cada balón largo, atento a cualquier indecisión. Pasaba lo justo y el primer córner, local, no llegó hasta el minuto 25: desembocó en un derechazo de Rastrojo por abajo. Atajó en dos tiempos Oliva, titular tras la vuelta a la convocatoria de Carmona, recuperado de su apendicitis.
Sin grandes ocasiones, Unionistas se había adueñado del territorio y reducía el espacio vital del cuadro visitante, forzado a cursar la asignatura de defenderse sin balón, aprobada con nota ante la Cultural durante 89 minutos. Abel cortaba un pase endiablado de Carlos de la Nava a su espalda o ponía la cabeza para repeler el disparo de Jonny Arriba, pero basta un borrón para estropear el test. Por eso Ramsés animaba a los suyos a salir, alejar la llama de sus dominios. Y el susto llegó en la otra portería, con el error de Vergés al despejar un balón en largo: el rechace le cayó a Astray, que remató con la izquierda a bote pronto para no dar tiempo a la cobertura y solo una manopla salvadora de Iván Martínez evitó un gol de resumen. Aún daría tiempo a que Vergés ganase línea de fondo y Chuca diese un susto a Oliva con un disparo a bocajarro tras un buen control de pecho. El descanso aplazó un gol que se veía venir.
Unionistas recuperó su dominio posicional al regreso de vestuarios, esperando la jugada mágica, con Rastrojo caracoleando por la frontal para buscar un tiro a la escuadra. Los locales se ponían el mono de trabajo para que la bombilla se encendiera, encadenando córners y saques de banda en zonas comprometidas. Los defendía bien la Segoviana que, sin embargo, no olía el gol. Por eso sacó Ramsés a Javi Borrego, el charro que buscaba ser profeta en su tierra y tuvo la primera en un centro pasado que cabeceó forzado al segundo palo, sin coger portería. Lo cierto es que ambos equipos llegaron a la última media hora con un marcador que no colmaba sus necesidades. Porque el Celta seguía ganando en Barakaldo y el Lugo ya se había adelantado en Ponferrada: empatar implicaba para la Sego acabar la jornada un punto más lejos de la salvación de lo que la había empezado
Borrego salió tan enchufado que se lanzó al césped para cortar un pase peligroso en defensa. Conectó también a la línea ofensiva y Hugo Díaz aprovechó un balón propicio en la corona del área para abrir a Berlanga, que disparó de primeras, pero solo consiguió un córner. Seguía siendo un duelo de balones divididos, de rebotes en el área que no se convertían en remates, pero el cansancio dibujaba cada vez más espacios a la espalda de las defensas. Y el último asalto fue para los suplentes.
Ambos técnicos devolvieron energía a sus plantillas con un triple cambio. El de Unionistas cambió de arriba abajo el centro del campo, mientras Ramsés sacó la pólvora que le quedaba en la recámara: Tellechea y Gómez. Les acompañó Manu, que relevó a un De la Mata que pedía ayuda para levantarse tras una tarde llena de esfuerzos en la sombra. El técnico segoviano agotaría los cambios con Fernán, que marcó precisamente ante los charros su único gol de la temporada en el empate a uno de la primera vuelta en La Albuera, relevando a Fer Llorente, cuya tarde acabó tras engatillar otro de esos balones sin dueño en las áreas fuera del marco local.
La Sego puso el cierre a un partido sobresaliente en defensa, la redención del equipo más goleado del grupo (55), el primero que sale de Salamanca con la portería a cero en toda la temporada. Tras su fragilidad de comienzo de año, sobre todo en este ámbito, los azulgranas han recuperado la solidez, pero la permanencia se ha encarecido y la defensa ya no es argumento suficiente para acercarse a ella. Para eso hacen falta goles. Y la tuvo Abel Pascual, que se quedó arriba y embolsó un balón largo ante el despiste de la línea defensiva de Unionistas, que se quedó pidiendo fuera de juego. Ante la Cultural, embocó una acción propia de un delantero, pero esta vez estrelló el mano a mano contra Iván Martínez. Se echó las manos a la cabeza, como Borrego cuando vio poco después a Silva cruzar en exceso una contra de libro, culminaba con una descarga ideal de Fernán. Si los defensas tienen que meter los goles que no meten los delanteros, malo. Tellechea tuvo la última, pero no se atrevió al disparo. El partido murió con su equipo en área rival, pero no llegó el gol.
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