El sector privado rescata el proyecto de crear en la ciudad una red de calor por biomasa

Hace más de tres años que la empresa Veolia anunció que implantaría en Segovia un proyecto de estas características, pero después no se volvió a oír hablar del tema. Hasta ahora. «No se llegó a ejecutar, y ahora mismo se está trabajando para poderlo ejecutar», responde la concejala de Urbanismo, Clara Martín, al interrogante de qué fue de aquella iniciativa. El proyecto en el que se trabaja es muy parecido al anunciado entonces y consiste en una inversión totalmente privada de aproximadamente 14 millones de euros; pero la edil no especifica si será la misma compañía que estaba detrás en 2018 la que lo ejecutará ahora, ya que en estos momentos aún rige el principio de confidencialidad.

Por parte del Ayuntamiento, «se está avanzando en varias cosas», apunta Martín. «Hay que declarar las estructuras de interés general para poder hacer concesiones de la vía pública para este tipo de infraestructuras, ese sería el primer paso», relata. También se está trabajando en cómo será la implantación de la central en el polígono de El Cerro, «lo más cercano a la zona residencial, sin estar allí».

En el Consistorio no tienen ninguna certeza sobre los plazos en los que la idea de la planta de biomasa pueda fructificar y cristalizar en una realidad porque depende de la compañía. «Queremos agilizarlo lo máximo posible», señala la edil, quien calcula que a lo largo del próximo año al menos se puedan llevar a cabo la mayor parte de las concesiones.

La red de calor funciona a partir de una central que, a modo de «gran sala de calderas», calienta agua a través de la combustión de biomasa, que en este caso serán restos forestales, a unos noventa grados y luego la distribuye por la vía pública a través de tuberías soterradas hasta llegar a los hogares, que la pueden aprovechar para la calefacción y para consumo.

Para hacer realidad este plan harán falta una serie de obras en la vía pública para conducir la red de calor por la ciudad, bajo la tierra. Después, cada comunidad de vecinos que desee contratar el servicio tendrá que hacer una renovación de su caldera por este tipo de instalaciones, pero nada más. Los radiadores habituales de agua que hay en las casas y que actualmente funcionan con gasoil o gas natural servirán igual, solo que en este caso el agua ya «viene» caliente desde la central.

La inversión del proyecto será de 14 millones de euros, que correrán a cargo de la empresa, que tendrá que abonar el canon por el uso de vía pública que es habitual en estos casos cuando se plantean estas infraestructuras.

Una de las mayores ventajas de esta fuente de energía es que es renovable y tiene un bajo impacto en el medio ambiente porque implica bajas emisiones de CO2. Otro de los beneficios es el ahorro que supone para los consumidores, que la empresa encargada cifra en aproximadamente un 25% respecto a la factura de los combustibles tradicionales, informa Urbanismo.

De materializarse próximamente, este proyecto llegaría en un buen momento, cuando el precio de los combustibles fósiles no para de crecer. Además, la compañía podrá aprovechar el tirón de los fondos europeos para financiarlo, ya que esta energía verde encaja con el tipo de planes que promueven las ayudas. También el lugar es propicio. «Teniendo en cuenta las características y el frío de Segovia, que tiene unos consumos muy altos de calefacción, yo creo que la ciudad es un buen sitio para implantar este tipo de infraestructuras», reflexiona Clara Martín.