Los secretos mejor guardados de la muralla

Quienes habitualmente disfrutan cada verano de la iniciativa 'Con el patrimonio puntualmente', son conocedores de muchas de las riquezas que atesora Cuéllar, algunas de las cuales saltan a la vista, como pueden ser el castillo o las iglesias, pero también su muralla, que permite caminar por parte de su paseo de ronda. Lo que muchos no saben es que, además de bajo sus arcos, existe un lugar en el que se puede pasar bajo la muralla, uno de los secretos que alberga Cuéllar y que ayer pudieron descubrir quienes participaron en la primera cita de este ciclo, que, un año más, está dirigido por el historiador Juan Carlos Llorente, quien quiso realizar esta visita para «ver cómo se traspasa la muralla por debajo y que la gente tenga conciencia de lo monumental que era».

Se trata de un espacio que se encuentra dentro de una vivienda, la de José Antonio González 'Escopeta', que ayer abrió sus puertas a cuellaranos y visitantes para que pudieran conocer el paso de la muralla en su vivienda, con tres metros de anchura situado en una antigua bodega. El anfitrión, además, invitó a todos los participantes en el ciclo a pasar a su antiguo bar, la taberna 'La barrera', donde pudieron degustar vino y pastas, mientras que desde el Ayuntamiento, organizador de este ciclo de visitas, se le realizó un obsequio.

Esta visita tuvo lugar pasada ya la mitad de un recorrido que comenzó ayer junto al arco de San Basilio, con Juan Carlos Llorente explicando detalles de este monumento, de la muralla y la contramuralla de la que forma parte, de lo que fue el antiguo convento de San Basilio y sus escudos e incluso de la estatua Hermanos de Leche, que corona la rotonda situada junto a estos enclaves. La ruta continuó después hacia la iglesia de San Andrés, que suele ser una de las que se visitan en esta iniciativa para conocer el patrimonio, aunque en esta ocasión no fue solo su interior, sino también el exterior, ya que el ciclo de este año se centra en buena parte en las curiosidades que se pueden ver en las calles, sin tener que acceder a los monumentos.

Además de introducir en la historia de la construcción del templo, Llorente realizó algunas explicaciones sobre la arquitectura del edificio, su portada, las curiosas naves laterales, una de ellas cubierta por la torre, que en sus inicios era una torre-fuerte, el modo de defensa del barrio, aunque luego se le aplicaron campanas.

También invitó a los visitantes a detenerse en detalles de algunos capiteles, como los de la puerta de acceso, con imágenes como la bíblica huída a Egipto, y especialmente en los canecillos románicos del alero, con curiosidades como una sirena con alas o un burro tocando un instrumento musical. Además, para que los participantes pudieran observarlo con más detalle, mostró algunas fotografías, al igual que hizo en otros puntos del recorrido. Un recorrido que también descubrió algunos detalles del interior del templo, donde el historiador habló de arcos, del trabajo de los ensambladores e imagineros, de algunos de sus altares y sus ábsides, accediendo también a la sacristía y la sala de los santos, y haciendo una parada especial en el calvario del Cristo de la Encina, un grupo escultórico de gran valor que ha estado presente en dos ediciones de la exposición de arte sacro Las Edades del Hombre.

Tras la visita al arco y la plaza de San Andrés, fijándose en detalles como la barandilla, se continuó por la calle Magdalena, donde los asistentes pudieron conocer dónde se ubicaba el antiguo teatro, en el que incluso llegó a actuar García Lorca, y pudieron visitar el albergue, su patio y pozo y las antiguas dependencias del hospital de La Magdalena, concluyendo la visita en la capilla del mismo.

Las rutas continuarán el próximo 29 de julio, con salida desde San Martín para descender hasta la plaza de San Gil y conociendo más sobre lugares como el arco de la Judería, el estudio de gramática, las casonas de la travesía de Santiago, el arco del mismo nombre, la plaza del Campo, la calle Duque de Alburquerque, el interior de San Esteban y la plaza del Mercado del Pan.

Ya en agosto, el día 5, se visitarán el palacio de Pedro I, haciendo especial hincapié en su alfarje mudéjar, además de la capilla de Niñas Huérfanas, la plaza Mayor, Santa Marina, el Desángel, el entorno y fachadas del convento de los Trinitarios y la iglesia de El Salvador. El ciclo finalizará el sábado 12 de agosto con una visita exclusiva al templo de Santa María de la Cuesta.

• Temas
• Cuéllar