Santiuste de San Juan Bautista: Un santo que da el nombre al pueblo y a la iglesia

Santiuste de San Juan Bautista es tierra de vinos y de amor. Su pujante sector vitivinícola, adscrito a la denominación de Rueda, ha dado reconocimiento al pueblo; y el amor, se lo debe al molino del mismo nombre, que se encuentra en un bello paraje a las afueras

Vino y amor unidos, en un municipio cuyo topónimo hasta hace poco, el siglo XIX, era Sant Yuste; en su término existió un poblamiento en el pago del Hornillo y una necrópolis romana, así como dos despoblados más: Otero y Sanchón. Al nombre de Santiuste se le añadió el apellido de su iglesia, la gran joya del patrimonio histórico y artístico del pueblo.

El templo, ahora de San Juan Bautista y que en otra época estuvo dedicada a los santos niños Justo y Pastor, fue en origen un edificio románico, tal y como puede observarse en su exterior, ya que conserva su ábside semicircular que fue rehabilitado a principios de este siglo. De esta época y estilo también es la pila bautismal que se encuentra en el jardín de acceso a la iglesia.

El edificio es de una sola nave y su interior está cubierto con una bóveda de medio cañón con yeserías barrocas y que en su presbiterio cuenta con un retablo mayor churrigueresco, con la imagen del santo que da nombre al pueblo y a la iglesia. La iglesia custodia un magnífico Cristo románico del siglo XII, junto con la talla de la misma época de la Virgen de Sanchón –nombre de uno de los despoblados del municipio–, así como una espléndida cruz procesional de plata realizada en Segovia en 1618 y un cáliz del mismo material y de un siglo posterior.

Santiuste tuvo ermita y dicen, aunque no está probado, que también un convento carmelita, en un edificio en el que se conserva un escudo del Carmelo. El municipio cuenta con una pedanía, Bernuy de Coca, en la que sobresale la iglesia de San Vicente Mártir, de estilo gótico mudéjar.

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