Sanchonuño celebra los cien años de Epi, «un veinte como persona»
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Ayuntamiento y vecinos se unen en un emocionante homenaje a la centenaria, que ha estado arropada por su familia y amigosAniversario ·
Ayuntamiento y vecinos se unen en un emocionante homenaje a la centenaria, que ha estado arropada por su familia y amigosDecenas de vecinos de Sanchonuño se han reunido este sábado en el salón de actos del Ayuntamiento de la localidad segoviana para rendir homenaje a Epifanía Herrero Madroño por su centenario, en un acto organizado por el Consistorio y los propios vecinos en agradecimiento ... a su trabajo y su ejemplar convivencia durante sus cien años de vida.
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Desde que se anunciara el acto todo han sido alabanzas y elogios para Epi, como es conocida de forma cariñosa en el municipio. Esa cascada de felicitaciones se han extendido tanto a través de las redes sociales como en el tributo de este sábado en persona, en un evento en el que la centenaria ha estado rodeada de su familia, vecinos y amigos que no han dudado en regalarle el reconocimiento merecido a toda una vida, buena parte de ella al servicio de Sanchonuño regentando una tienda.
Carlos Fuentes
Alcalde de Sanchonuño
Así lo recordó el alcalde, Carlos Fuentes, que además de congratularse del lleno del salón de actos, que se quedó pequeño para la ocasión, apuntó que cuando era pequeño su abuela Guillerma le mandaba hasta su tienda a por gaseosas o aceite. «Siempre a cualquier hora, siempre con una sonrisa, aunque estuviera viendo la tele. Estaba tranquilamente en su casa y le molestábamos a cualquier hora y ella siempre estaba dispuesta», evocó, lo que fue corroborado por muchos de los vecinos que se sumaron al aniversario.
Epi es «una de las pocas personas de las que yo nunca he oído hablar mal a nadie», aseguró el alcalde, destacando su calidad humana y la alegría de todos los vecinos de Sanchonuño por poder realizar ese homenaje, deseándole que cumpla muchos más con salud y trasladándole el cariño de todo un pueblo.
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Además, como reconocimiento, «para que veas lo que te quiere todo el pueblo», se le hizo entrega de un ramo de flores y una placa con un reloj del tiempo «por los años que ha vivido». Entre fuertes aplausos, Epi recibió emocionada y agradecida los regalos, a los que se añadió otro de una vecina.
Seguidamente, el salón de actos se llenó de música y baile. Las dulzainas con las que fue recibida a su llegada a la plaza del pueblo volvieron a resonar en el interior del Ayuntamiento, en esta ocasión acompañadas de las danzas de vecinas pequeñas y mayores, ataviadas con el traje regional, a las que se sumaron algunos familiares y amigos.
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El cariño y el reconocimiento de los vecinos continuó con la proyección de un vídeo con imágenes de recuerdo de su familia, su marido Germán (fallecido), sus dos hijas, sus dos nietos y sus dos biznietos, con los que aún juega a las cartas, realiza puzzles o construye 'legos', porque «no se le resiste nada», pero también con amigos, en Sanchonuño y en Benidorm.
Unos recuerdos que emocionaron a los presentes, como lo hizo también una de las hijas de Epi al leer una poesía; o su otra hija, que aseguró que la centenaria, como madre, había sido un diez, pero como persona «creo que es un 20», destacando algunos de los valores que ha transmitido, como el amor a los demás y el de la justicia igual para todos, y recordando la figura de su padre, que «no está aquí, pero si estuviera, la felicidad que tendría», lanzando un beso para Germán.
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Carlos Fuentes
Alcalde de Sanchonuño
Todo ello regado con multitud de aplausos, alguna lágrima de emoción y muchos halagos, porque «es muy buena persona y mejor vecina». Un homenaje «muy merecido por su trabajo y atención al público», pues de ella destacaron su excelente trato cuando regentaba la tienda, su actitud amable y comprensiva, mientras la felicitaban por «este siglo tan bien llevado».
En el homenaje, además de algunos vecinos que ensalzaron la figura de Epi, también participó una de sus sobrinas en representación de todos los primos García, agradeciéndole todo lo que les había cuidado y congratulándose por «unos flanes maravillosos que no he vuelto a comer». Entre aplausos y vivas, el acto concluyó con unas palabras de agradecimiento a todos los asistentes por parte de una de sus nietas, Alicia Arranz. Mientras las dulzainas volvían a sonar, todos los asistentes se dirigieron hasta casa de Epi para disfrutar de un aperitivo para devolver a los convecinos el cariño recibido durante todo un siglo.
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