San Andrés en fiestas: hay vida vecinal en el casco antiguo

Colonizado por turistas y estudiantes adinerados, despojado de sus comercios tradicionales y de su espíritu de corrala, el casco antiguo de Segovia va camino de convertirse en un inmenso decorado de cartón piedra desprovisto de carácter; pero la sangre nueva vuelve a fluir en uno de sus barrios, San Andrés, donde una juventud entusiasta está poniendo de nuevo en pie la vida vecinal, como demuestra el éxito de sus fiestas patronales, resucitadas después de quince años de la última edición.

San Andrés celebra este fin de semana las fiestas de la Virgen de la Merced. Lo ha hecho con verdaderas ganas y animado por el buen tiempo que anuncia el veranillo de San Miguel. Salvador Lucio Cuesta, el popular Salva, anunciaba la noche del viernes la llegada de las horas de solaz, armonía y convivencia popular, y los propios vecinos respondieron el sábado participando masivamente en las actividades organizadas por la Asociación de Vecinos de San Andrés, impulsora de las celebraciones. La jornada sabatina amaneció con una tamborrada protagonizada por la banda de tambores El Cirineo, de la Feligresía de San Andrés, continuó con la misa, el vermú y la paella popular, y concluyó con una larga tarde de juegos para niños y mayores, discomóvil y una cena a base de perritos calientes. Este domingo, festividad de Nuestra Señora de la Merced, tendrá lugar la solemne celebración religiosa.

«Las fiestas, que se organizaban la tercera semana de agosto, dejaron de celebrarse porque la directiva de la asociación de aquella época estaba cansada, quedábamos tres directivos, y era imposible ya organizar nada. Gracias a Dios, ahora ha entrado este equipo de juventud que lo ha recuperado todo», señala Goyo Garrido, expresidente de la asociación vecinal.

Blanca García, la actual presidenta, encabeza ese grupo de jóvenes que está insuflando aliento al barrio. «Es verdad que es un barrio en el que viven personas muy mayores y en el que el precio de los alquileres y de las viviendas han empujado a muchos a abandonarlo; pero los que somos de aquí de toda la vida estamos tirando del carro para conseguir revitalizar la vida vecinal. Goyo llevaba muchos años encargándose de la feligresía y de la Tajada de San Pedro y había que tomar el relevo. Tenemos un grupito muy majo, con muchas ganas de hacer cosas, y contamos con la ayuda de la feligresía. La recuperación de estas fiestas patronales era uno de nuestros objetivos», explica García.

Garrido cree que el futuro está asegurado: «Va a ser para mucho tiempo. Y los niños de ahora, que son muchos, tomarán el relevo de los jóvenes».

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