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Samboal: el matrimonio entre los resineros y los agricultores

Samboal: el matrimonio entre los resineros y los agricultores

Samboal y Narros de Cuéllar, unidos en la época de Adolfo Suárez como gobernador civil, comparten lucha pese a sus diferenciadas identidades: que sus vecinos se queden

El Norte

Segovia

Viernes, 12 de mayo 2023, 01:14

Samboal, con tradición resinera y de aprovechamiento de su pinar, y Narros de Cuéllar, con una presencia hegemónica de la agricultura, forman un matrimonio administrativo bien avenido. El enlace los propició Adolfo Suárez en su etapa como gobernador civil; Narros trató de independizarse más tarde, con el apoyo de Samboal, pero no pudo hacerlo porque no llegaba al millar de habitantes. Dos conyugues con la misma circunstancia, una importante caída demográfica desde los 80, con el cierre de una fábrica de moldura que daba mucho empleo al pueblo, que se ha aplanado en los últimos años. El resultado es una pirámide envejecida que entre ambos núcleos no alcanza el medio millar de habitantes.

El alcalde de Samboal, José Carlos Martín, se incorporó al padrón por causalidad. «Era médico. Vine para poco tiempo y me he quedado toda la vida». Asegura que el pueblo no puede quejarse de atención sanitaria, con una médica que visita tres días por semana Samboal y otros dos a Narros. El pueblo matiene población joven que trabaja en Segovia, Cuéllar o Navas de Oro.

«Hubo una ola de emigración, pero como subió el precio de las viviendas la gente se ha ido quedando y han buscado trabajo en los pueblos de alrededor». Porque la fábrica de resinas, otro de los negocios de Samboal, también cerró. El pueblo mantiene una carpintería y una fábrica que aún trabaja en sector maderero. Por su parte, Narros conserva una empresa hortícola de referencia y a los fieles agricultores de toda la vida.

Ante las dificultades para crear nuevas empresas, el Ayuntamiento construyó a principios de siglo una veintena de viviendas que están ya ocupadas; todas se vendieron. El Consistorio también cuenta con alquileres a un precio muy reducido para facilitar que el padrón crezca. «Nos hemos convertido en dormitorio. Hay muchos inmigrantes que llegan a trabajar en empresas de Chañe; al mejor tenemos 80 o 90 personas en casas y en el albergue. En el día a día, por lo menos se ve gente por la calle», sonríe el alcalde, que también habla de pueblo de veraneo. Un lugar que mantiene servicios como farmacia, piscina, frontón o pádel. «Eso siempre atrae».

Los inviernos son duros. «Pero a la gente le gusta vivir en su pueblo, que es lo que tiene que hacer», defiende. El pueblo mantiene un bar –más el de la piscina en verano– pero ha perdido la panadería. En cambio, queda una tienda de comestibles. Entre las novedades está la pista de pádel; el siguiente paso será cubrirla. El cambio de luces a LED para ahorrar energía y el asfaltado de prácticamente todas las calles. También las tuberías: adiós al fibrocemento. Las zonas verdes de Narros requieren más mantenimiento por el movimiento de los tractores. El día a día de un matrimonio.

RETOS Y FUTURO

  • Instalaciones deportivas El Ayuntamiento ha instalado una nueva pista de pádel y ahora pretende cubrirla.

  • Mantener las zonas verdes Narros de Cuéllar requiere un mayor cuidado de sus caminos debido al paso de los tractores.

  • Web www.samboal.es

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