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La provincia de Segovia tiene una nueva centenaria. Rosina García Muñoz, que vive en la residencia Virgen del Bustar de Carbonero el Mayor, sopló el martes cien velas. Natural de Pinarejos, hija de Robustiano y Valentina, Rosina vivió los años en que en los pueblos de Segovia el reloj laboral era el sol; y el campo, la huerta y el cuidado de los animales y el hogar daban la felicidad necesaria para sacar a los hijos adelante.
Esta centenaria, que goza de buena salud, según explica la dirección de la residencia, es la mayor de siete hermanos: Sofía, Felisa, Fidel, Segundín, Basilio y Dioni. Rosina adoptó el papel de sus padres –cuidando a sus hermanos–, al fallecer estos muy jóvenes. Comenzó a servir en Carbonero el Mayor, en casa del veterinario «don Luis», y a los 25 años se casó con Cándido, dedicándose con mucho esfuerzo a las labores del campo –escardar, espigar...– o ayudando en los bares en las fiestas locales cuando no había que lavar en el río. Cuando Cándido vendió las ovejas a un «mal pagador», tuvo que emigrar a Francia (Lyon) como peón de albañil y descargando camiones para enviarle dinero. Mientras esperaba su regreso, Rosina pasaba las tardes de paseo, con las vecinas o en una partida alrededor de una mesa con mantel y sillas de madera junto a mujeres del barrio. Fruto de su matrimonio nacieron sus hijos, María Jesús, Fernando y Julio, de los que han nacido ocho nietos y cinco biznietos.
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