La romería de Malangosto, ante una doble amenaza

Esta romería que impulsó en 1969 Jaime Alpens Gasparini se lleva desarrollando desde entonces gracias a la Asociación de Amigos del Libro de Buen Amor. Sin embargo, en 2020 la pandemia frenó su celebración y este agosto los vecinos de las dos vertientes de la Sierra de Guadarrama tampoco podrán disfrutar de su querida romería.

«El año pasado no teníamos permiso porque no se autorizaban en este tipo de actos. Este año tanto la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León como el Ayuntamiento de Basardilla nos han concedido el permiso, pero consideramos que lo más prudente es cancelarlo», afirma el presidente de la Asociación de Amigos del Libro de Buen Amor, Juan Antonio Tapia. A su juicio, con la situación actual de pandemia no es responsable juntar a 300 o 350 personas, aunque sea al aire libre y con mascarilla.

Reconoce que esta es una «triste noticia» para todos aquellos que cada año se reúnen para recordar un momento simbólico de la historia, que quedó recogido en el 'Libro de Buen Amor', obra del mester de clerecía del siglo XIV. «Muchos llevamos tiempo sin vernos y lo estamos deseando, también queremos recuperar una tradición tan arraigada, pero somos conscientes de que hay posibilidades de que se produzca un brote. No queremos correr riesgos innecesarios y manchar esta celebración con la desagradable noticia de los contagios y confinamientos, por eso, preferimos aplazarlo al próximo año», argumenta.

Por último, Tapia incide en que en la asociación siempre han sido muy tenaces para mantener esta romería y seguirán siéndolo cuando la situación sanitaria se estabilice, pero cree con este año lo más responsable es cancelar. En este sentido, defiende que esta decisión debería ser una muestra de que la prudencia es uno de los valores fundamentales de la organización.

Por eso, aprovecha para recordar a las administraciones y la dirección del Parque Nacional Sierra de Guadarrama que determinadas restricciones que se impusieron las dos últimas ediciones «no tenían sentido» y solo han servido para «poner en peligro la supervivencia del evento». En concreto, se prohibió hacer fuego en la zona por riesgo de incendio y, por tanto, la celebración de la comida multitudinaria.

«Seguiremos insistiendo porque no consideramos justo que se prohíba hacer dos paellas un día puntual y con todos los medios y precauciones necesarias, ya que en el espacio en el que lo hacemos no se corren riesgos», comenta. La asociación no comprende que algo que se ha hecho con todas las garantías durante 50 años ahora se prohíba y Tapia advierte de que el próximo año tratarán de retomar las conversaciones con la Junta de Castilla y León y la directora del Parque Nacional. Su objetivo será recuperar esta romería con todas sus actividades, incluida la paellada, porque «estamos convencidos de que si no se autoriza es por desconocimiento».

A pesar de este cambio, muchos de los asistentes al 50 aniversario de la romería buscaron el modo de pasar la jornada completa en este idílico entorno y acudieron con bocadillos y latas de conserva para hacer su particular comida. Tapia recuerda que los años de máxima afluencia han llegado a concentrar 500 personas, la mayoría procedentes de municipios de la zona como Basardilla, Sotosalbos, Sonto Domingo de Pirón o Torrecaballeros en la vertiente segoviana y en la madrileña otros como Rascafría y Alameda del Valle. «Es una jornada de convivencia y hermandad muy emotiva para todos los que participamos, un día para compartir y disfrutar que recuperaremos en 2022», sentencia.

Los últimos años también se establecieron limitaciones para el acceso de vehículos a motor. De modo que tan solo se permitía la entrada de 40 vehículos desde Majalperro hasta El Chozo de la Chata y otros 20 podían quedarse en el aparcamiento de Majalperro. Para las personas que llegaban desde la vertiente madrileña también se habilitó una zona de estacionamiento cerca del lugar de celebración de la misa. Además, se pedía a los conductores que no circularan a más de 20 kilómetros por hora y que evitaran el uso del claxon o de música a un volumen elevado para evitar molestias a la fauna del entorno. Unas normas que previsiblemente se mantendrán en próximas ediciones.