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Roberto Martín de Frutos llevaba uno de los dos megáfonos del Frente Navaverde, la peña que presidía con orgullo. Pero lo cierto es que no necesitaba artilugios para hacer oír su «¡Vamos Nava!» Porque su impronta queda ya para siempre en el cántico fetiche del club. «Tenía una voz muy potente. Cogía aire, pegaba el chillido y retumbaba en todo el pabellón incluso cuando lo cantaba sin megáfono. No le hacía falta». Lo explica su amigo José Luis Torres 'More', uno de esos chavales que cogieron un bombo, un tambor y una dulzaina y empezaron a animar en el viejo frontón en aquellas tardes gélidas de principios de siglo. Los que hicieron un pasillo a su ataúd el día del entierro, ataviados con la camiseta de la peña. «Se lo merecía por su carisma, porque tiraba del carro».
Los padres de Roberto, que sufrió un infarto años atrás, se extrañaron porque su hijo no bajaba para irse a trabajar. Nada en su salud indicaba un desenlace así a los 45 años. «Era súper activo, no paraba quiero un momento». Falleció la noche del domingo al lunes en la casa familiar de Melque de Cercos, el pueblo que defendió durante años de asociacionismo. Alguien que se enfundó la camiseta cuando el Nava estaba lejos de la élite; en la fase de ascenso de Badajoz, con el equipo en Primera Nacional, en 2010.
Eran los chicos de Melque. «Empezaron a seguir al equipo a partir de ahí. Eran tres o cuatro que venían a Nava de fiesta o a ver a sus amigos. Era muy conocido por sus actividades culturales y entre los dos pueblos ha habido siempre muchos vínculos». Uno de sus legados es que 13 años después hay partidos con una veintena de melqueños en las gradas. «Ha ido creciendo la bola, siempre ha habido buen rollete con la gente de allí. Los de Nava de la Asunción iban a las fiestas de Melque y ellos venían a las fiestas de aquí. Gente que vive en un pueblo y trabaja en el otro. O chicas que salen con chicos».
Esa experiencia le llevó a mejorar el funcionamiento de una peña que dirigía desde hace dos temporadas, elevando los fieles a 143, todo un hito para un grupo que se constituyó oficialmente en 2019 con medio centenar de socios. «Al estar en la directiva de la peña, nos decía cómo gestionar algunas cosas. Era alguien muy querido en Nava porque pasaba aquí mucho tiempo». La parroquia navera era escéptica respecto a la pasada temporada tras el descenso desde Asobal, pero la peña mantuvo el barco a flote. «Teníamos miedo de que la gente se desilusionara, pero hemos subido el número de socios incluso estando en Plata».
El trato informal se trasladó al balonmano. Porque el Frente Navaverde –el nombre de un prado del pueblo– estuvo ahí desde Segunda Nacional, la cuarta categoría. More estrechó el contacto con él por amigos comunes en los días de partido, una rutina cuidada que empieza mucho antes del pitido inicial. «Nos juntamos antes, siempre hacemos alguna comida para que haya ambiente». Y que sigue después. Define el espíritu de la peña en vivir el balonmano «con un poco más de alegría».
Este aparejador –revisaba obras por la provincia y por Madrid– tejió un vínculo especial con la afición del Novás, el anfitrión de dos ascensos naveros, hasta el punto de viajar a O Rosal con cierta frecuencia. La prueba es que el martes acudieron al entierro tres compañeros gallegos. «Salieron por la mañana, estuvieron un ratito con nosotros, lo que duró el funeral. Y se volvieron. Con eso te lo digo todo». Porque la bandera del frente es la convivencia, por eso fue premiada por la Federación de Balonmano de Castilla y León. «Da igual el resultado, el ambiente es magnífico».
El club del Balonmano Nava es conocido a nivel nacional por saludar en fila a los jugadores de ambos equipos cuando acaba el partido, una tradición que ha seguido hasta el Barcelona. Roberto fue un embajador ideal para la afición navera fuera de la provincia de Segovia, un club respetado por competir en la élite del balonmano pese a no superar los 3.000 habitantes. «Tenemos una relación buenísima con las peñas de Asobal; hay un grupo de Whatsapp y hablamos casi todos los días de fichajes o de las ideas que tenemos para que luego cada uno las pueda aplicar».
La idea de despedir a Roberto ataviados con los colores de la peña estaba en el tintero y se materializó cuando su hermana trasladó su deseo de que así se hiciera. Está previsto un minuto de silencio en el primer encuentro de pretemporada del Nava, el 12 de agosto, y la peña está valorando un gesto simbólico para recordarle. En las próximas fechas habrá un homenaje conjunto entre Melque y Nava, dos pueblos hoy más unidos por culpa de alguien que siempre tiraba del carro.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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