Riaza defiende su eslogan: el pueblo más sano. Por su sierra, su entorno natural privilegiado a una altitud de 1.200 metros, garantía de aire puro. Es un lugar especial porque está en la distancia justa con Madrid para recibir visitantes de forma sostenible. No sobran lugares en el Sistema Central que no estén masificados y este es uno de ellos. El plan estratégico del pueblo se basa en fomentar la naturaleza en todas sus vertientes, desde el senderismo a la bicicleta de montaña o al esquí.
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Rutas como las de los pueblos rojos y negros, el entorno gastronómico o la montaña, con itinerarios muy especiales como el de la Ermita de Hontanares o el Hayedo de la Pedrosa. «Intentamos aprovechar al máximo el entorno de la sierra para que la gente pueda disfrutar de él», subraya su alcalde, Benjamín Cerezo. Lo que era en sus orígenes un pueblo de herreros funcionó con la agricultura y la ganadería como grandes pilares hasta la llegada del turismo, el gran pilar de las últimas décadas. Eso se ha traducido en un casco urbano muy cuidado, con zonas ajardinadas. «Todo limpio, un pueblo saneado que recicla mucho. Que la gente intente conservar el entorno lo mejor posible»»
El siguiente paso es reducir el coste de la energía en busca de la autosuficiencia, no solo con luces LED, sino apostar por los 'pelets' como combustible o un proyecto fotovoltaico pendiente de los fondos europeos. «La idea es hacer un centro solar en el propio casco, aprovechando nuestras instalaciones, para poder vender a los vecinos la luz más barata. Que el propio Ayuntamiento sea el productor de la energía».
La estación de esquí de La Pinilla es un paliativo para sostener a la economía en los duros inviernos. Y también en verano, con su transformación en parque de descensos en bicicleta. Es el aporte de una instalación que pretende abrir los 365 días del año.
El pueblo tiene unos 2.000 habitantes censados y unas 4.000 viviendas de alta; en las temporadas altas de verano o Semana Santa llega a los 12.000 o 14.000 habitantes. «La mayoría de los pueblos duplican o triplican; nosotros quintuplicamos. Eso lo hace el entorno». Aire puro a una hora de Madrid. Por eso la pandemia hizo mucho daño y provocó el cierre de muchos negocios que no pudieron costear el alquiler sin la llegada de madrileños.
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Cerezo habla de puntos de mejora. «Nos faltaría un poco de industria, pero el teletrabajo empieza a funcionar. Sí que buscamos que la gente se asiente en Riaza, pero la consecuencia de que venga tanta gente es que el suelo se encarece. Todo tiene sus cosas buenas o malas». Festivales como el Huercasa redundan en ese concepto de vida sana. Lo mismo ocurre con el fomento de las setas o la del cordero lechal. Es el variado menú de un pueblo sano.
Independencia energética El Ayuntamiento aspira a un centro solar para vender energía más barata a los vecinos
Más industria Una tarea pendiente para un pueblo tan turístico es ampliar la presencia de industrias
Web www.riaza.es
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