Riaza suma el cuarto brote en 24 horas, pero la Junta los considera «fáciles de controlar»

En la localidad se está haciendo un «exhaustivo» seguimiento de los casos tanto para conocer los contactos de los positivos como para tratar de determinar el origen de los distintos focos. Cerezo apunta que algunos vecinos presentaron síntomas compatibles a mediados de agosto y comenta que una de las opciones que se baraja como foco está en la fiesta del cordero que tuvo lugar a finales de julio, en la que participaron varios de los positivos confirmados.

La declaración de los brotes ha generado un ambiente «raro» en las calles del pueblo, intensificado por los rumores de un posible confinamiento que no se baraja, de momento, por parte de la Junta de Castilla y León. «La detección de los brotes nos apartan del confinamiento. Son además familiares, más fáciles de controlar», reitera José Mazarías, delegado territorial de la Junta en Segovia, quien pone en valor el trabajo realizado por los rastreadores para dar con todos los posibles contagios. Ayer. el número de nuevos positivos en los últimos siete días descendió por primera vez en una semana en la zona básica de salud de Riaza.

«A nosotros nos dicen que apenas hay transmisión fuera del entorno de los positivos», añade el alcalde, quien reconoce que veía «ilógico» que Riaza se librase de los brotes pese a «doblar o triplicar» durante el verano su población y la cercanía de localidades que han sufrido una alta incidencia del virus como Aranda de Duero o Cantalejo. «Además ha venido mucha gente de fuera. Por eso cerramos los mercados. Este verano Riaza ha estado como nunca», sostiene el regidor, confiado en que la llegada de visitantes seguirá siendo constante durante el otoño y el invierno. En Coca, donde también se ha declarado un nuevo brote esta semana, su alcalde, Mariano Herrero, señala la «incertidumbre» generada en entre los vecinos por los nuevos casos, nervios que añade se disipan cuando observan que el control de los positivos es «rápido».

Medianoche del viernes

En Cantalejo y Carrascal del Río ya cuentan las horas para salir de un confinamiento que terminará con cuando el viernes llegue a su fin. En la localidad briquera, su alcalde, Javier de Lucas, subraya las ganas de sus vecinos, sobre todo de aquellos que tienen negocios y que han visto como las dos semanas de restricciones les han ocasionado pérdidas superiores de hasta más de un 35%. Por ello, confían en que el regreso a la normalidad sea rápido. «El nombre de Cantalejo ha quedado tocado pero no manchado», insiste el alcalde, que anuncia campañas de publicidad para promocionar el turismo en una zona «segura».

Carrascal del Río da verano por perdido. Aunque la situación también está controlada, el virus sigue presente con tres de sus vecinos ingresados en el Hospital General. Además, 45 de las 50 personas que dieron positivo aún permanecen aisladas a la espera de una segunda prueba PCR negativa. «Aquí nos va a costar mucho volver a arrancar. No sé si hay miedo, pero si reparo y preocupación. Esto nos ha pillado durante los 15 días de agosto en los que podíamos remontar», afirma Henar de Pablo, su alcaldesa.