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Aunque es pronto para ver resultados tras el cambio en la titularidad del área municipal de Urbanismo, el presidente de la Asociación Provincial de Industrias de la Construcción (APIC), Javier Carretero, hace hincapié y reitera sus quejas por los retrasos que acumula el departamento ... en la concesión de licencias. Las pilas de expedientes -según critica el representante de la patronal del ladrillo- crecen sin que se note de momento la mano de Jesús García Zamora, quien sustituyó a Clara Martín, actual alcaldesa, cuando ésta traspasó la cartera de la gestión urbanística de la ciudad al coger el timón del Ayuntamiento de Segovia y reorganizar funciones y responsabilidades. De esto hace un mes.
Esta semana, García Zamora, Carretero y el presidente de la Federación Empresarial Segoviana (Fes), Andrés Ortega, en la que está integrada la APIC, han mantenido un encuentro de trabajo para precisamente hacer un «análisis conjunto de la situación del área de Urbanismo, tanto de las mejoras introducidas para agilizar la gestión del departamento como de aquellos aspectos que demandan los empresarios sobre los que el Ayuntamiento de Segovia sigue trabajando para su mejora», informaron fuentes de la patronal.
La reunión, que se desarrolló en un «clima de cordialidad y de colaboración institucional», no ha arrojado luz sobre las sombras de las que se quejan los industriales del sector. Javier Carretero lamenta que el departamento «sigue atascado», a pesar de «las buenas palabras y de las promesas» de la administración local, que se ha venido amparando en la conjunción de un alto volumen de trabajo con ausencias de personal que han tardado en cubrirse.
El retraso en conseguir una licencia de obra menor, por ejemplo, es de «seis o siete meses», critica el presidente de los constructores, que alarga la espera hasta «cerca del año y medio» cuando se trata de algunas promociones de viviendas y bloques de pisos que están pendientes del permiso. Estas demoras encarecen y «paralizan» proyectos de edificación de viviendas individuales o de bloques de pisos, destaca Carretero, quien asegura que hay alguna obra cuya licencia arrastra un retraso de «catorce, quince y hasta dieciséis meses», en alusión, por ejemplo, a una promoción de pisos en un inmueble vacío en la esquina de Ortiz de Paz y José Zorrilla.
El bloqueo que, a juicio del presidente de los constructores, sufre el departamento de Urbanismo, «ahuyenta a empresas» que quieran desarrollar promociones inmobiliarias en la provincia. Es un efecto dominó. «El promotor, parado; los fontaneros, parados; las empresas auxiliares, paradas», se queja Carretero, quien echa en falta grandes proyectos en Segovia.
De momento, «hay mucha obra pequeña, de reforma de una fachada o de arreglo de un tejado». La eclosión de rehabilitaciones de viviendas para acondicionarlas al contexto epidemiológico de la covid «ya no se nota» en la actividad de los industriales del sector.
En el capítulo de las paralizaciones en la gestión urbanística de la capital, el portavoz empresarial recuerda que «no se ha vuelto a hablar del desarrollo del sector 1 y 2», que contempla la expansión de edificaciones residenciales por detrás de las piscinas municipales de La Albuera.
La asociación gremial agrupa a unos 400 socios. El 80% de las empresas de la construcción tienen uno, dos o tres trabajadores como mucho, matiza el presidente de APIC, quien advierte del problema que suponen los retrasos en las licencias para la ejecución también de obra pública. En este sentido, intuye las trabas con las que se pueden topar obras recientemente puestas en marcha.
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