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El entrenador de la Gimnástica Segoviana, Ramsés Gil, no oculta que la visita del domingo a León para medirse a la Cultural (17:30 horas) no es una tarde más. «Es un partido de los que llevamos muchos años peleando por poder jugar. Estadios como ... el Reino y rivales muy buenos. La exigencia es máxima, pero imbatibles, para nada». El equipo que sale a ganar cada partido buscará la hazaña de tumbar al líder del grupo I de Primera RFEF, un puesto que ha ocupado casi por decreto desde que empezó la temporada. Será la sexta vez que el cuadro azulgrana se enfrenta a un equipo que encabeza la clasificación desde que el segoviano está en el banquillo –marzo de 2022–, con un balance de dos victorias, dos derrotas y un empate. Como los dos triunfos fueron en casa, sus pupilos buscarán el primero a domicilio ante uno de los rivales más duros ante los que se han medido en su historia.
El poderío de la Cultural no solo lo ilustra su historia, sino su trayectoria este curso. Líder destacado, con seis puntos de ventaja sobre el segundo, la Real Sociedad B, pese a que ha perdido tres de los últimos cinco partidos. El análisis de Ramsés es que en los partidos como local somete a los rivales con un juego combinativo. «Vamos a ver si, en la medida de lo posible, tenemos capacidad para quitarles el balón y generarles peligro a la espalda».
Los precedentes hablan de una misión posible, pues la 'Cultu' ha caído en sus dos últimos partidos como local ante rivales que están por debajo de la Sego en la tabla. Ramsés contextualiza los tropiezos. El primera, ante el Sestao (1-2), «es difícilmente perdible por ellos, pero los tocaba perder ese día ante un equipo que defendió muy bien y acertó en sus dos oportunidades». En el del Bilbao Athletic, hubo una expulsión cuando ya perdían por 1-2 –el resultado final– en la segunda parte. «Ese día probablemente sí perdió con justicia». A eso hay que añadir la derrota del domingo por 3-0 en Barakaldo, que el técnico azulgrana acuñó como 'barkaldada', que definió así: «Ir a jugar a Lasesarre con una tromba de agua brutal y un equipo que lo hace increíblemente bien en su estadio». Con todo, esa trayectoria no implica para él que haya bajado el nivel. Y lo argumenta por su victoria en Tarragona ante el Nástic, que en entonces era segundo. «Es un partido de 'play off' ante un rival muy potente. Es verdad que están encajando más, pero hay rachas para todos los gustos en una temporada».
Con esos elementos, la Sego buscará un premio que no consiguió en sus otras visitas a casa de un líder. Cayó en Melilla en marzo de 2023 (1-0) en la primera temporada entera de Ramsés como técnico. El curso pasado visitó al Illescas en la última jornada de la primera vuelta, un duelo entre primero y segundo que terminó como empezó: 0-0. La semana siguiente repitió ante el Numancia en Los Pajaritos, un duelo que perdió por 3-1 en una mala tarde a balón parado. La lista de partidos ante líderes la completan dos experiencias exitosas en La Albuera. La primera, en noviembre de 2022, con la remontada al Melilla (2-1). La segunda, el triunfo en febrero ante el Sanse (1-0): valió a la postre un ascenso porque ese enfrentamiento particular terminó separando a ambos equipos al final de liga.
Ganar en León obliga a enjugar el gran debe azulgrana: el rendimiento a domicilio. Con cinco puntos en ocho salidas, es el segundo peor visitante del grupo, solo superado por el Amorebieta, que lleva tres y es el único que aún no conoce la victoria. Tras ganar al equipo vasco en el debut, la Sego lleva dos empates y cinco derrotas, la mayoría claras: el average en ellas es de 15 goles encajados por solo cuatro anotados. «Es cuestión de solvencia en situaciones puntuales, la calidad de los rivales es superior a la que veníamos encontrando. Obviamente, los números te están diciendo que hay que mejorar mucho. Es nuestra cuenta pendiente para la segunda vuelta».
La Segoviana recupera para su visita a León a David López y Rodrigo Sanz. «Serán de la partida, si no hay ningún contratiempo», subraya su técnico, Ramsés Gil, que toca madera mientras el hueco que dejan ambos en la enfermería lo ocupan dos nuevos caídos que participan en su dinámica diaria: Rodrigo Ibañes y Pichu. Aunque el primero es juvenil y el segundo pertenece al Turégano, con el que el club tiene un convenio de filialidad, ya han debutado con el primer equipo en liga y su ausencia repercutirá en la calidad de los entrenamientos. No se espera aún a Carmona, «en la última fase de su recuperación» tras su esguince de tobillo. Ni a Sergi Molina: dos meses para sanar sus ligamentos del tobillo.
«A ver si la Navidad trae buenas noticias, la gente se va recuperando y en la segunda parte de la temporada tenemos un poquito más de suerte. Sí que es cierto que llevamos una media de cinco [lesiones] prácticamente desde que iniciamos el campeonato», pide el míster, que admitió su error al mantener a David López en el campo tras una rotura fibrilar en Vigo cuando ya había agotado los cambios para no quedarse con diez. Esa media hora agravó el problema y le ha tenido mes y medio fuera. Se sentó en el banquillo el sábado ante Unionistas para una emergencia extrema. Si juega de inicio, liberará a Rubén, que ha ocupado el puesto de central izquierdo en las dos últimas jornadas y podría volver al lateral, un activo no solo defensivo, sino ofensivo. Sanz se lesionó el húmero en octubre ante el Real Unión; aunque fue menos que la rotura de hombro que se temió en un primer momento, el cuerpo técnico ha sido muy prudente a la hora de permitir contactos durante su recuperación.
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