La reserva de orquestas para 2023 ya alcanza el 40% debido a su alta demanda

El calendario de celebraciones en la provincia de Segovia es intenso, en especial, desde principios mayo hasta mediados de octubre, que se considera la época fuerte para el sector de las verbenas. Además, este año promete ser muy especial porque tanto los artistas y promotores como el público desean recuperar esta arraigada tradición, que ha podido celebrarse durante dos veranos debido a las restricciones de aforos o la distancia social, entre otras medidas impuestas para frenar la covid-19.

A principios de abril comenzaron las primeras actuaciones de esta temporada, que los promotores auguran será igual o mejor que la de 2019, ya que tienen todo el verano «prácticamente cubierto», según el gerente de la empresa Prin Espectáculos, Darío García. Al respecto, comenta que la demanda está siendo muy alta, pero la oferta es inferior a la existente antes de la pandemia porque «3 de cada 10 orquestas han desaparecido».

La ausencia de ayudas, la imposibilidad de trabajar durante casi dos años y las deudas acumuladas han sido motivos más que suficientes para que agrupaciones de todo el país se hayan visto obligadas a desmontar sus escenarios de forma definitiva. «Muchos empresarios no han podido soportar esta situación y los artistas se han tenido que buscar la vida en otros sectores, por eso, ahora es muy complicado encontrar personal». A pesar de todo sus dos orquestas principales, La Huella y Pikante han logrado mantener a sus líderes e incorporar a nuevos componentes que, tal y como indica, han salido «con mucha fuerza».

El gerente de la empresa Arco Espectáculos, ubicada en Ayllón, Toño Feliux, cuenta que encontrar baterías, teclistas o cantantes no está siendo tarea fácil. «La mayor parte de los músicos se han buscado otros trabajos y ahora tienen su sueldo fijo y libran los fines de semana, a lo que se suma que suelen estar en sectores con una temporalidad más baja», por lo que admite que no es fácil que regresen al mundo del espectáculo.

La primera actuación que ha gestionado este año tuvo lugar el 30 de abril en Ayllón y ya tiene todos los sábados del calendario ocupados hasta octubre. De hecho, asegura que, en general, los ayuntamientos han mostrado buena predisposición para recuperar la normalidad en estos festejos. «Se está reactivando todo y tan solo unos pocos pueblos han preferido esperar porque todavía tienen miedo a que la covid vuelva a complicar el panorama. Uno de estos casos puntuales es el de Marazuela, «el único de los municipios con los que trabajamos en 2019 que por el momento nos ha dicho que las fiestas no están aseguradas», explica Feliux.

Estima que el 95% de los pueblos volverán a celebrar sus fiestas patronales con normalidad. Por eso, a estas alturas ya es muy difícil encontrar orquestas para los meses de agosto y gran parte de septiembre, pero «es algo que ya advertimos en noviembre, en especial, a aquellos que están acostumbrados a cerrar estos festejos a última hora».

Esta escasez de oferta está repercutiendo también en los precios de las orquestas que, según Feliux, han subido entre un 10 y un 20%. Muchos de los promotores no han puesto precios más altos porque ya habían cerrado las tarifas cuando se han producido estos desfases tan importantes en el mercado. «Llevamos dos años asumiendo costes sin apenas ingresos y los últimos meses los precios se han disparado», matiza. Una situación que se compensa, al menos en parte, porque la mayoría de los ayuntamientos han incrementado sus partidas presupuestarias para las fiestas.

En la misma línea, Darío García atribuye esta subida en las orquestas a los elevados gastos que tienen que asumir tanto en contratos laborales como en hoteles, restaurantes, vehículos o equipos de sonido. «Algunos productos y servicios, como el combustible son un 30%, más caros. Antes hacíamos 15.000 km con un camión y una furgoneta por 650 o 700 euros, cuando ahora ese viaje no baja de los 1.000 y no podemos asumir esas pérdidas», puntualiza.

No obstante, considera que estas subidas han sido muy moderadas si se comparan con las de otros sectores y «no todos hemos incrementado los mismos porcentajes», aclara. De media las orquestas se han encarecido un 10%, ya que hay algunas que superan el 20% de subida y otras que han optado por aumentar los precios menos del 5% porque creen que «lo importante es salir adelante».

A pesar de la compleja situación, desde el sector se muestran optimistas y confirman que las primeras actuaciones de la nueva normalidad han superado todas las expectativas. «En uno de los conciertos de Pikante había más de 12.000 personas y cifras similares en La Huella. Se nota que la gente tenía ganas de fiesta y el buen tiempo y la calidad de los grupos ayudan», afirma García.

De hecho, prácticamente todas las actuaciones que han tenido sus grupos hasta la fecha las han dejado apalabradas también para 2023. En este sentido, explica que cuando concluye la temporada en octubre ya tiene un 40% del verano siguiente reservado. Durante los meses de noviembre y diciembre «se produce una avalancha de gestiones y en enero, tras el parón de las vacaciones de Navidad, se reanudan las contrataciones».

Los espectáculos que han predominado estos dos años de crisis sanitaria más vinculados al folclore quedarán relegados a un segundo plano porque ahora «la gente quiere volver a estar de pie en la plaza, dejar la mascarilla a un lado y desconectar de la vida cotidiana». Una opinión que también comparte Toño Feliux, de Arco Espectáculos, quien recalca que sobre todo los jóvenes consideran que han sido años perdidos y están ansiosos por recuperar esos momentos de encuentro y diversión.